Ruta por la Zona Media de Navarra: bienvenidos al reino del vino

De Olite a Ujué entre viñedos, olivos, trufas y villas medievales, el vino y las bodegas representan la columna vertebral de una ruta circular por la Zona Media de Navarra

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Tierra de reyes, guerreros y abades, de fortalezas, castillos y palacios, la Zona Media de Navarra es un tablero en el que la historia ha jugado no pocas partidas a lo largo de los siglos. Atravesada por el Camino de Santiago, con villas medievales como Ujué, robustas iglesias románicas como la de San Martin de Tours y palacios góticos tan fantásticos como el de Olite, los viñedos y el vino son también parte de su identidad.

De hecho, esta franja que atraviesa Navarra entre y que el río Arga divide en dos partes (Zona Media Oriental y Occidental) es un verdadero reino del vino donde probar famosos rosados, pero también tintos jóvenes, blancos de chardonnay o moscatel y grandes tintos crianza y reserva. También donde visitar espectaculares bodegas y proyectos singulares en torno al vino y donde disfrutar, claro, de una gastronomía a la altura.

La primavera y el otoño, con la vendimia y los espectaculares paisajes de viñedos teñidos de mil y un colores que van del verde al rojo intenso pasando por toda la gama de ocres y amarillos, son los mejores momentos para visitar la Zona Media de Navarra en este viaje en torno al vino y el buen comer.

Palacio Real de Olite
Fantasía gótica en el Palacio Real de Olite. Foto: Francis Vaquero | Turismo de Navarra.

Olite

Olite y el Palacio Real de los reyes de Navarra marcan el arranque de esta ruta, que no por casualidad iniciamos en la capital del vino navarro.

El espectacular conjunto de torres, lujosas estancias y jardines de ensueño que parece extraído de algún libro infantil de cuentos (su mayor impulsor, Carlos III ‘el Noble’, mandó a los maestros artesanos a examinar las construcciones más grandiosas de Francia de la época) domina la villa de calles empedradas, casonas nobles, galerías medievales y espléndidas iglesias, entre las que destaca la de Santa María La Real, unida al palacio, y su atrio gótico.

Atravesando el portal de la Torre del Chapitel se llega a la plaza Carlos III, donde se ubica el señorial ayuntamiento, rodeado de terrazas perfectas para tomar un vino y tomar el pulso a esta villa de alrededor de 3.000 almas.

Plaza Carlos III El Noble, en Olite
Plaza Carlos III El Noble en Olite. Foto: Javier Campos | Turismo de Navarra.

Para adentrarse en lo que nos ocupa, el vino y el enoturismo, merece la pena pasar por Enozentrum (Plaza Teobaldos, 4) que en un edificio histórico del siglo XVII permite descubrir la cultura vitivinícola de la región en un viaje de 2.000 años.

Además, bodegas como Ochoa y Pagos de Araiz, ofrecen interesantes experiencias enoturísticas para conocer sobre el terreno cómo se elaboran sus vinos.

Bodega Pagos de Araiz en Olite
Pagos de Araiz en Olite. Foto: Francis Vaquero | Turismo de Navarra.

Añorbe y Valdorba

Pero la Zona Media de Navarra no es solo tierra de vinos, sino también de olivos y cultivos de cereal.

Rumbo al norte, en la localidad de Añorbe, es posible visitar un trujal (prensa) en Bodegas Nekeas. Protegido de los fríos vientos pirenaicos, en sus parcelas crecen numerosas variedades, tintas y blancas, como la cabernet sauvignon, la merlot, la tempranillo, la garnacha, la chardonnay, la viura y la moscatel.

Las viñas conviven aquí con un olivar (ambos se visitan en la experiencia enoturística) con cuyos frutos se elabora un excelente aceite de oliva virgen extra.

Muy cerca, Valdorba es otro de los valles con más encanto de toda Navarra. Aquí la belleza natural y la tranquilidad de sus campos convive con numerosas muestras de románico rural en forma de iglesias, ermitas y hasta un hórreo.

Además de vino, el valle puede presumir de otro producto estrella de la gastronomía: la trufa negra, a la que cada mes de diciembre se dedican unas jornadas con una catas de vino y trufa, charlas y paseos para ver cómo se recolecta esta joya gastronómica.

El encantador Hotel Valdorba en Sansoáin organiza actividades como showcooking y degustación del ‘diamante negro’ de la Valdorba. Su restaurante es también un referente a la hora de degustar este producto, así como otras especialidades locales, como los platos de caza y los asados cordero lechal, cabrito y gorrín al horno de leña de encino.

En temporada no hay que dejar de pedir las alcachofas de Tudela, las pochas de Sangüesa, o el cardo de Navarra.

Valdorba, Zona Media Navarra
Paisaje del valle de Valdorba. Foto: Javier Campos | Turismo de Navarra.

San Martín de Unx

Otra interesante bodega para visitar está Lerga, una localidad de poco más de medio centenar de habitantes. Aquí, en el prepirineo navarro, Bodegas Caudalía, liderada por Raquel Grandival e Iván López han trabajado los últimos 25 años por recuperar unos viñedos centenarios destinados al abandono con los que lograr vinos que logren la máxima expresión varietal de la Baja Montaña.

Además de su labor, que se traduce en delicados vinos de parcela, organizan también visitas y experiencias enoturísticas por la bodega y los viñedos, que se distribuyen entre Lerga y San Martín de Unx a altitudes entre 500 y 700 metros.

La villa medieval de San Martín de Unx es otro de los platos fuertes de la ruta. Este pueblecito de empinadas calles y casas de piedra respira vino por los cuatro costados.

San Martín de Tours
Iglesia de San Martin de Tours. Foto: Francis Vaquero | Turismo de Navarra.

Para ver, no dejes de subir al lugar donde se ubicaba su castillo, del que no queda nada salvo las excelentes panorámicas sobre la Ribera de Navarra, y entrar en la iglesia de San Martín de Tours, una mole de piedra del siglo XII y estilo románico que esconde bajo el suelo una verdadera joya: una cripta donde las columnas y la luz que entra por un ventanal revestido de alabastro se alían para crear una atmósfera tan bella como mágica.

Para beber, recomendamos acercarse a Máximo Abete, una pequeña bodega familiar que transforma en excelentes vinos rosados y tintos el carácter de las viñas de la Sierra de Guerinda y la Baja Montaña.

Sus visitas permiten conocer cómo se elaboran y conocer de la mano de sus protagonistas la historia que hay detrás: los secretos, las emociones y las pasiones que han dado lugar a sus vinos más especiales.

Bodegas Máximo Abete
Parcelas en la Sierra de Guerinda. Foto: Bodegas Máximo Abete.

Ujué

El recorrido termina en la villa medieval de Ujué. Incluida en el catálogo de los Pueblos más Bonitos de España, fue el primer bastión defensivo del Reino de Pamplona y aun hoy se erige como una atalaya majestuosa.

En sus calles estrechas parece revivirse el Medievo, mientras nos vigila desde lo más alto su iglesia-fortaleza de Santa María de Ujué, donde el románico y el gótico conviven entre capiteles, sillerías de nogal y frescos, como el de la imagen de la Virgen de Ujue y el corazón de un rey, Carlos II de Evreaux.

Por nada hay que perderse la típicas y riquísimas migas de pastor, que se sirven en brasero y, ya puestos, probar las almendras garrapiñadas, el pan artesano, el aceite, las pastas y rosquillas, siempre con un buen vino de la zona en la copa.

Ujué, Navarra
La localidad medieval de Ujué. Foto: Javier Campos Turismo de Navarra.

Un buen lugar para hacer una parada es Casa Urrutia, un obrador en el que la misma familia lleva elaborando repostería tradicional desde hace tres generaciones.

En su comedor sirven un menú con todas las opciones gastronómicas de Navarra en el que nunca faltan las citadas migas de pastor hechas con su propio pan.

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