Tierra Estella: románico, vino, pacharán e Idiazabal en la Navarra más gourmet
Desde el punto en el que confluyen los Caminos Francés y Aragonés en Navarra, recorremos Tierra Estella en busca de su patrimonio y los sabores de sus vinos ecológicos, sus quesos y su pacharán
Al oeste de Navarra, la histórica merindad de Tierra Estella atesora bosques atlánticos y mediterráneos, sierras y llanos, paisajes tan espectaculares como el nacedero del Urederra y sus imponentes cascadas y fondos de increíble azul turquesa y las sierras de Urbasa, Andía y Lóquiz, pero también antiguas ciudades como Estella, la ‘Toledo del norte’, monasterios cistercienses, prestigiosas bodegas, salinas y el pacharán más famoso de España.
Una historia ligada al Camino
El Camino de Santiago divide Tierra Estella de este a oeste. Al norte de este Camino, se despliegan montañas, bosques, pequeños pueblos colgados de las sierras y horizontes cerrados de circos naturales de piedra.
Al sur, las vegas, los regadíos, los espacios abiertos y las tierras de cultivo en donde los ríos reposan su cauce camino del Ebro y nacen algunas de las delicatessen de Navarra en forma de verduras y vinos.
Nuestro itinerario, que puede hacerse caminando o en bici de montaña (la empresa Northern Spain Travel organiza la ruta con todo lo necesario para disfrutarla) arranca en la misteriosa iglesia de Santa María de Eunate, el lugar donde confluyen los caminos Francés y Aragonés.
En el Valle de Ilzarbe, a 2 km de Muruzábal, este templo románico totalmente aislado destaca por su planta octogonal, muy inusual en estas construcciones, y por la galería porticada de 33 arcos, con capiteles decorados, que la rodea.
La siguiente parada es Puente La Reina, un pueblo dispuesto en torno a una calle principal en el que se funden los dos ramales del Camino Francés que entran en la península.
Su célebre puente, es muestra intachable del románico más señorial y un emblema de la ruta jacobea pues a partir de aquí el Camino se hace uno.
Estella, la Toledo del norte
Llegamos a Estella, capital de la comarca, y con una historia ligada desde hace siglos al Camino de Santiago.
De calles empedradas, su casco histórico repleto de iglesias, palacios y puentes medievales da buena cuenta de la influencia de los peregrinos.
La historia de Estella siempre ha estado ligada al Camino de Santiago. Es ciudad populosa, plena de actividad comercial y que cuenta con un interesante casco histórico en el que destacan las iglesias de San Pedro de la Rúa y la de San Miguel.
La primera, encaramada en un alto desde el que domina la ciudad, recibe con un bello pórtico del siglo XIII, de arcos lobulados de influencia árabe, una imponente torre, y un interior que alberga un claustro del siglo XII considerado uno de los conjuntos de mayor riqueza escultórica del románico navarro.
La segunda, en la margen izquierda del río Ega, en el barrio de San Miguel, destaca por su portada norte, con uno de los conjuntos escultóricos más representativos del románico tardío, dominado por el Cristo en Majestad.
Tampoco hay que perderse el Palacio de los Reyes de Navarra, en la plaza de San Martín y uno de los pocos ejemplos del románico civil de Navarra, ni la calle Mayor, con sus edificios blasonados y palacios, el edificio de la Estación, el palacio del Gobernador, actual Museo del Carlismo y los arcos góticos que daban entrada a tiendas y hospederías jacobeas.
Además, su judería -fue la tercera en importancia después de las aljamas de Tudela y Pamplona y por eso la ciudad forma parte de la Red de Juderías de España – Caminos de Sefarad– puede rastrearse en la parte más antigua de la ciudad, como los lienzos de la muralla que separaba la judería del resto de Estella, la Rúa de las Tiendas o la iglesia de Santa María Jus del Castillo, un templo románico levantado exactamente sobre la primera sinagoga.
Antes de retomar el camino se pueden reponer fuerzas en Parranda Wine Bar, la vinoteca de Bodegas y Viñedos Quaderna Vía, en la carretera de Estella a Logroño, el lugar perfecto para catar uno de sus vinos ganadores del Challenge Millésime Bio, concurso de vinos eco más importante del mundo.
Ruta (también) de vinos
Tomamos después rumbo a Arínzano, en el término municipal de Aberin y una de las bodegas más prestigiosas de Navarra, que elabora vino de pago y donde la vid se cultiva desde hace mil años.
En esta exclusiva finca a orillas del Ega se puede realizar un paseo en 4×4 por los viñedos que se remata con una cata-maridaje de vinos con excelentes vistas sobre la propiedad, que combina edificios históricos de un antiguo señorío con otro de vanguardia diseñado por el prestigioso arquitecto Rafael Moneo.
De vuelta a la bodega nos espera una mesa repleta de quesos con D.O Idiazábal, ensalada de tomate de la huerta sazonada con sal de Salinas de Oro, espárragos si es temporada y jamón ibérico, todo ello acompañado de vinos de Arínzano.
El pacharán más famoso
Nos queda por conocer Los Arcos, otra de las localidades emblemáticas del Camino de Santiago a su paso por Navarra, con su calle Mayor en la que surgieron los primeros edificios, hospederías, hospital de peregrinos, casas de comerciantes y edificios de fábrica noble, y Viana, fronteriza con la comunidad de La Rioja.
De apenas 4.000 habitantes, Viana atesora numerosas casas solariegas, palacios e iglesias que muestran el esplendor que vivió entre los siglos XVI y XVIII. Destaca la majestuosa iglesia gótica de Santa María, a cuyos pies descansan los restos del que fuera guerrero, príncipe y cardenal, César Borgia.
El broche final a esta ruta por Tierra Estella la una copa de pacharán en Destilerías Zoco.
Ubicada en los jardines del Palacio de la Condesa de la Vega, en Dicastillo, la bodega explica el innovador sistema de cultivo de endrinos y propone al visitante participar en un taller de coctelería con pacharán.