Los pueblos medievales más bonitos de Huesca

De las impresionantes Aínsa y Alquézar a la localidad más pequeña de España con catedral, Roda de Isábena, esta es una ruta por los pueblos más bonitos de Huesca

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Origen de los condados que después formarían el Reino de Aragón, la provincia de Huesca y, en concreto, el Alto Aragón, es un territorio plagado de historia y tradiciones. Arquitectura, gastronomía, vestimenta -con ejemplos como el celebrado traje ansotano-, mitología, folclore o lengua, el aragonés, por cierto en peligro de desaparición según la UNESCO, dan testimonio de ese pasado, que aún hoy pervive en muchos de sus pueblos.

Algunos incluso reconocidos entre los más hermosos del país e incluidos en la red de ‘Pueblos más bonitos de España’, como los de Aínsa, Alquézar, Ansó y Roda de Isábena, trazamos una ruta por los municipios medievales de Huesca para viajar en el espacio y en el tiempo entre murallas y torres vigía, fortalezas árabes e iglesias románicas, paseando por sus intrincadas callejuelas empedradas y sus miradores desde los que divisar hermosos paisajes a las faldas de los Pirineos.

Aínsa

En la comarca del Sobrarbe, estratégicamente situada en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, la bellísima Aínsa domina el entorno desde una atalaya a 589 metros de altura y en una de las encrucijadas más importantes de esta zona pirenaica, entre el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara y el Parque Natural Posets-Maladeta.

Plaza Mayor de Ainsa. Foto: Wikimedia Commons.

Más de un milenio de historia se sienten en sus calles empedradas, en las puertas de sus antiguos recintos, ampliados a lo largo de los siglos, y en los lienzos de sus murallas, pero también en leyendas y tradiciones, como la de la Cruz de Sobrarbe, que habría guiado a los cristianos en el año 724 en una batalla frente a las tropas musulmanas.

Esa cruz es hoy símbolo del Sobrarbe y aparece en uno de los cuarteles del escudo de Aragón, mientras la victoria se sigue conmemorando con la fiesta bianual de La Morisma.

Declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1965, su casco histórico es uno de los que mejor conserva su esencia medieval de toda Aragón, como en la Plaza Mayor con porches laterales, donde se celebraban las ferias (y cada mes de febrero se instala la Ferieta de Aínsa).

Ainsa, Huesca
Sobre un alto a 589 m de altitud, Aínsa domina todo el entorno. Foto: Welmoed Wigarda | Unsplash.

Su castillo es otra de las paradas imprescindibles, una fortaleza construida sobre restos árabes, si bien su aspecto actual es posterior a la Edad Media, así como la iglesia de Santa María, de finales del siglo XI y mitad del XII, un claro ejemplo de la sobriedad románica del Alto Aragón.

Alquézar

También figura entre los pueblos más bonitos de Huesca y de España y motivos no le faltan, pero además Alquézar es un destino que, con solo pisarlo, nos hace retroceder varios siglos atrás.

Ubicada en el Somontano, a 48 km de la ciudad de Huesca, la amurallada villa de Alquézar está encaramada en una colina a 660 metros, una posición que le permite dominar un bellísimo paisaje modelado por el río Vero, donde destaca un cañón ideal para la práctica del barranquismo, pero también cuevas de arte rupestre e impactantes paredes de piedra.

Alquézar espera en la comarca del Somontano. Foto: Pixabay.

Declarado Conjunto Histórico-Artístico, además de dejarse llevar por sus calles estrechas e irregulares, hay que visitar el castillo y la majestuosa Colegiata de Santa María, ambos de estilo románico.

Desde su atalaya a 660 metros de altura, Alquézar domina un bellísimo paisaje modelado por el río Vero

También la parroquia de San Miguel y la Plaza Vieja porticada, a la que hay que acceder por el portalón gótico, puerta de entrada a la antigua villa. Te garantizamos el ‘efecto WOW’.

Plaza Mayor Rafael Ayerbe en Alquézar
Plaza Mayor Rafael Ayerbe en Alquezar. Foto: Los Pueblos Mas Bonitos de España.

Roda de Isábena

En el valle de Isábena, en la comarca de la Ribagorza, elevado sobre un promontorio encontramos un pequeño enclave que guarda más de una sorpresa. Su población apenas llega hoy al medio centenar y, sin embargo, Roda de Isábena es uno de los núcleos originarios en la formación del Reino de Aragón.

La catedral de Roda de Isábena se jacta de ser la más pequeña de España. Foto: Wikimedia Commons.

Aquí, en el siglo X, se levantaba una atalaya de vigilancia que creció en importancia al instalarse la sede del obispo de Roda, lo que la convirtió en capital política del condado de Ribagorza.

Su gran joya es la ex-catedral de San Vicente, un tesoro románico que además presume de ser la catedral más antigua de Aragón y la más pequeña de España.

También una de las más bellas: su construcción comenzó en el siglo XI en estilo románico lombardo y, a lo largo de los siglos, sufrió reconstrucciones y ampliaciones que nos dejan hoy un austero aunque encantador claustro y una iglesia de tres naves cerradas en tres ábsides semicirculares de estilo románico decoradas con hermosas pinturas murales.

Roda de Isábena forma parte del club de los Pueblos más bonitos de España. Foto: Wikimedia Commons.

Más allá del templo, un paseo por las portadas, pasadizos y murallas de la localidad son suficientes para hacer volar la imaginación a su época de mayor esplendor.

Graus

También en la Ribagorza encontramos la Muy Noble y Muy Antigua Villa de Graus, con su historia impregnada en casas, puentes e iglesias.

Aún se conservan tres puertas de su antigua muralla, las de Chinchín (o de Barbastro), la de Linés y la del Barón, aunque quizás lo más llamativo sea el urbanismo de su Plaza Mayor, donde además de su planta de pentágono irregular, destaca el conjunto de estilos arquitectónicos de las casas Heredia y del Barón, decoradas con pinturas alegóricas en sus fachadas, las de Bardaxí, Capucho y el Ayuntamiento, del siglo XVI, con su arquería mudéjar.

Fachadas decoradas en la Plaza Mayor de Graus. Foto: Wikimedia Commons.

También hay que visitar la basílica de la Virgen de la Peña, de origen románico, pero donde también convergen varios estilos entre los que destacan el gótico y el renacentista. Además del claustro, cuenta con un Museo de Iconos con una gran colección de imágenes religiosas de oriente y occidente, y un mirador que ofrece una bella panorámica sobre Graus y los valles del Isábena y el Ésera.

Como curiosidad, a unos 10 km de Graus se encuentra el templo budista Dag Shang Kagyü, fundado a finales de los años 1980 por el monje tibetano Kalu Rinpoche y sede de la escuela Kagyu en Europa.

Ansó

Situada en el Pirineo aragonés más occidental y límite con Navarra y con Francia, en esta hermosa villa pirenaica de la comarca de la Jacetania el tiempo parece haberse detenido y, de hecho, destaca la conservación de su casco urbano, considerado Conjunto Histórico-Artístico.

Piedra, madera, forja y teja son los elementos principales de su arquitectura tradicional, ajena al correr de los siglos, como también su profunda identidad. Entre sus mayores orgullos está la conservación de uno de los trajes tradicionales más ricos de España, con prendas que se remontan a la Edad Media y al Renacimiento.

Foto: Turismo de Ansó.

Al traje ansotano se le dedica incluso una festividad que se celebra el último domingo de agosto. Si no coincide con tu estancia, no te preocupes, en el Museo del Traje Típico Ansotano podrás conocer todos los detalles.

Su gastronomía basada en las carnes procedentes de las razas autóctonas de la zona, las migas de pastor, la caza y las setas son otra buena razón para parar en esta hermosa localidad.

Montañana

Y de nuevo en la Ribagorza nos trasladamos a Montañana, un pequeño municipio pirenaico (apenas cuenta con tres decenas de habitantes) en el que adivinar la grandeza de un pasado mucho más espléndido.

Basta cruzar el hermoso puente de doble arcada que hace las veces de emblema de la villa para viajar de golpe al medievo mientras se pasea entre fachadas de piedra, tres iglesias románicas y los restos de dos castillos.

Montañana. Foto: Thierry Llansades | Flickr.

Libre de cualquier masificación turística, todo se confabula para dejarse llevar por las ensoñaciones sobre la vida de sus gentes en la Edad Media.

Su riqueza arquitectónica le ha valido los títulos de Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural. La iglesia de Nuestra Señora de Baldós, del siglo XII, con su portada, tímpano y su espectacular campanario, la torre de la Cárcel y la ermita de San Juan son algunos de los monumentos más destacados.

El Pueyo de Araguás

En lo alto de un cerro alargado sobre el barranco de El Soto, a los pies de La Peña Montañesa se encuentra el municipio de El Pueyo de Araguás con un perfil que parece replicar en el paisaje la gran mole de piedra bajo la que se cobija.

El Pueyo de Araguas. Foto: Wikimedia Commons.

De claro sabor medieval, este municipio presume de albergar el que, según algunos expertos, es el monasterio más antiguo de España: el Real Monasterio de San Victorián, cuyos orígenes se remontan al siglo VI y en el que se superponen varios estilos.

Bien de Interés Cultural, destacan la esbelta torre de su iglesia, su claustro, los lienzos de la muralla y los restos del antiguo monasterio, que se considera además una de las cunas de la Corona de Aragón.

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