Buitres, escenarios de cine y las vistas más espectaculares de Arribes del Duero: así es el Mirador del Fraile
En voladizo y suspendido sobre una de las presas más impresionantes de España, el Mirador del Fraile suma un atractivo más a los paisajes de los Arribes del Duero
A caballo entre las provincias de Zamora y Salamanca, justo cuando el Duero entra en Portugal se forman los cañones más profundos y extensos de la península ibérica. Son casi 100 km que discurren entre altísimos acantilados de granito por el Parque Natural de Arribes del Duero, un espacio natural privilegiado que ahora se puede observar desde una nueva perspectiva gracias al Mirador del Fraile.
En voladizo, sus casi 13 metros de largo dejan a quien lo visita suspendido sobre el precipicio. Arriba, buitres negros y leonados, alimoches, águilas reales y otras rapaces. Abajo, la presa de Aldeadávila, una de las obras de ingeniería hidroeléctrica más importantes de España y, sin duda, también una de las más escenográficas, con una altura de 139,50 metros.
Solo los más valientes caminarán hasta el final de la pasarela, donde una abertura cubierta de rejilla de acero ofrece la visión en caída libre de la lámina de agua más de cien metros por debajo de sus pies.
Mirador del Fraile
A cinco kilómetros de la población de Aldeadávila de la Ribera, en la provincia de Salamanca, y dentro del espacio natural de las Arribes del Duero (también declarado zona de especial protección para las aves, zona especial de conservación y reserva de la biosfera), el Mirador del Fraile es una de las últimas infraestructuras en unirse a la red de atalayas desde las que se divisan los dramáticos paisajes que forma el Duero en su paso de España a Portugal.
Inaugurado en 2022, para visitarlo hay que llegar a Aldeadávila de la Ribera, a 100 kilómetros de la capital salmantina, y continuar por una carretera otros 7 km. Los últimos dos kilómetros están cerrados al tráfico y deben recorrerse caminando.
El proyecto, impulsado por la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León, fue diseñado por Hollegha Arquitectos para sustituir un antiguo mirador ubicado sobre un macizo rocoso.
Vista en caída libre
Ideado como una plataforma en voladizo de 25 m2, la pasarela avanza hacia el vacío durante 12,8 metros y, gracias a su posición, ofrece puntos de vista completamente nuevos sobre el precipicio.
Construido con acero corten, cuenta con barandillas laterales del mismo material lo que, junto al suelo de la plataforma, da lugar a una estructura ligera y elegante, que se integra en el paisaje granítico y dibuja una sugerente silueta recortada contra el cielo, dejando solo a la vista la pasarela y ocultado la cimentación.
Sus responsables destacan además el “círculo de vida cerrado” del material constructivo, ya que es “reciclable al 100% sin pérdida de calidad, lo que lo convierte en el único material de construcción que no genera residuo ninguno”.
La pendiente continua del 6% permite un cómodo acceso para todas las personas, incluidas las de movilidad reducida.
Paisajes de cine
Una vez encima del Mirador del Fraile es fácil entender por qué tantos antes que nosotros se han enamorado de estos paisajes rocosos y angostos que sobrevuelan las rapaces y vigilan, más escondidos entre encinas y alcornoques, zorros, lobos y jabalíes.
El mirador es un buen lugar para practicar una de la actividades más especiales en el Parque Natural de Arribes del Duero y la Ruta del Vino de Arribes –con permiso de las visitas a bodegas y las catas de sus excelentes vinos-, como es la observación de aves.
Pero es que además el entorno de la presa de Aldeadávila, los túneles y las carreteras dentro del Poblado del Salto de Aldeadávila ha seducido a directores de cine y buscadores de localizaciones para todo tipo de rodajes de películas y spots publicitarios.
Entre los largometrajes rodados aquí se cuentan Doctor Zhivago (1965), ganadora de cinco Oscar, donde pueden verse chorros de agua de la presa, aunque localizadas supuestamente en Siberia; La Cabina (1972), de Antonio Mercero, en este caso las galerías subterráneas y las empinadas carreteras que conducen al fondo del cañón; y Terminator 6 (2019).
Historias de contrabandistas
Otro balcón a tener en cuenta para conocer la historia de este lugar lo encontramos en Hinojosa de Duero, también en la provincia de Salamanca. Se trata del Mirador del Contrabando, que forma parte de la conocida como ruta de los contrabandistas.
Además de las vistas, es un buen lugar para descubrir la actividad que, como en tantas zonas fronterizas, llegó a convertirse en medio de subsistencia en la zona de la raya hispano-lusa y de la que aún quedan vestigios en forma de pinturas, grabados y recuerdos en localidades como Fermoselle.
Miradores y avistamiento de aves
También se observa el curso del Duero desde el Mirador Las Barrancas, junto a la ermita del Castillo de Fariza, en la provincia de Zamora, donde el arroyo Pisón se precipita en pequeñas cascadas al Duero.
Las espectaculares formaciones geológicas labradas durante miles de años por la fuerza del agua y el bosque de enebros de Cozcurrita se combinan aquí de forma excepcional con el avistamiento de aves.
No en vano en las inmediaciones de este mirador anidan buitres leonados, alimoches –unas de las aves más representativas de la zona-, cigüeñas negras y águilas perdiceras.
Además, un pequeño centro de interpretación al aire libre explica la importancia de la piedra granítica en Arribes.
El Mirador del Picón del Moro, también una plataforma suspendida en el vacío, en este caso a 4,5 kilómetros de la localidad de Saucelle, en la provincia de Salamanca y muy cerca de la frontera con Portugal, es otro de los balcones más increíbles sobre el Duero.