Azeitão: el desconocido paraíso de palacios, quintas, azulejos y vinos a 40 minutos de Lisboa
El antiguo refugio de la nobleza portuguesa es hoy un bucólico destino en el municipio de Setúbal donde pasear entre palacios y bodegas y degustar quesos y vinos
Estoril, Cascais, Sintra… si algo hay que reconocerle a la realeza y la nobleza portuguesa es su buen ojo para escoger lugares donde relajarse y disfrutar de la vida. Mucho más desconocido, ajeno a yates, fiestas y hoteles de relumbrón, otro de sus refugios favoritos podemos encontrarlo en Azeitão.
En plena Sierra de la Arrábida, dentro del municipio de Setúbal y a apenas 40 minutos de Lisboa (donde siempre es fácil encontrar vuelos a buen precio), cerca de playas tan espectaculares como las de Coelhos, Galapos o Galapinhos, Azeitão no es estrictamente un pueblo sino una freguesia o parroquia que integra diferentes localidades, como Vila Fresca de Azeitão y Vila Nogueira, que adoptaron los nombres de las fincas alrededor de las cuales se desarrollaron.
Fincas construidas por la nobleza portuguesa especialmente a partir del siglo XV, cuando la presencia de las grandes familias aristocráticas aquí dio lugar a hermosas residencias de verano, quintas y palacetes.
Villas, palacios y bodegas
Es el caso de Quinta Fresca, donde el rey João I fundó un palacio que daría lugar a la localidad de Vila Fresca de Azeitão. Más tarde conocido como Palacio da Quinta da Bacalhoa, debido al mote dado a una de sus propietarias, se trata de uno de los más hermosos del país y uno de los primeros edificios portugueses con elementos renacentistas, catalogado como Monumento Nacional.
Con planta en forma de L, líneas rectas y preciosos jardines en torno a una fuente, cuenta también con una destacada azulejería portuguesa de los siglos XV y XVI con motivos en formas geométricas o inspirados en la naturaleza que no podrás dejar de fotografiar.
La quinta tiene su propia bodega, Bacalhôa Vinhos de Portugal, que permite visitas (imprescindible reservar) con paseo por las viñas e instalaciones que se rematan con una cata del apreciado moscatel de Setúbal.
Los azulejos también son el plato fuerte de la Iglesia de S. Simão, originaria del siglo XVI, testigo vivo de esta tradición, al igual que los talleres que aún continúan produciendo a mano azulejos portugueses como S. Simão Arte, de cuyos talleres sale preciosa cerámica en forma de jarras, fuentes o platos, pero también azulejos que decoran hoy hoteles boutique pero también oficinas, capillas y todo tipo de proyectos.
En sus instalaciones, que se pueden visitar todos los días (bajo reserva), se pueden observar todas las etapas de producción de los típicos azulejos lusos blancos y azules, aunque también de otros estilos. Además, se puede pintar una baldosa propia o, si uno no es muy artista, encargar piezas diseñadas a nuestro gusto.
Vila Nogueira de Azeitão
Otro de los núcleos urbanos es Vila Nogueira de Azeitão, surgido en este caso alrededor de Quinta da Nogueira, propiedad de Constança Manuel, esposa del rey Pedro I de Portugal.
Edificada en el siglo XIV, la población desarrollada en torno a esta quinta cuenta hoy con una plaza central, Pelourinho, la Iglesia de S. Lourenço, la Fonte dos Pasmados y los antiguos Lavadouros de Azeitão.
Merece la pena hacer una parada en Casa Museo José María da Fonseca, un palacete de fachada tradicional y preciosos jardines edificada en 1834, germen de la bodega José Maria da Fonseca, una de las más antiguas de la región.
En la visita se detalla la historia de la compañía y se accede a las antiguas bodegas: Adega da Mata y Adega dos Teares Novos, donde envejece el famoso vino de mesa Periquita, y Adega dos Teares Velhos, donde reposan los moscateles más antiguos de Setúbal, algunos de los cuales son auténticas reliquias que tienen más de 100 años.
Entre sus elaboraciones más curiosas, su Moscatel Torna Viagem. Elaborado a partir de barricas de moscatel que viajaban a bordo de barcos de la marina portuguesa en época de máximo esplendor del comercio marítimo, sumando así nuevos sabores y aromas al vino, aún hoy se replican estos viajes con algunas de las añadas, que después se conservan en el museo.
Una cata de las elaboraciones de la bodega y un paseo por su tienda ponen el broche a la visita.
Quintas de nobles y duques
También en Vila Nogueira, otra de las fastuosas quintas nobles es el Palacio de los Duques de Aveiro, en estilo renacentista. Además, no hay que dejar de echar un vistazo a l barroco Fontanario dos Pasmados.
Entre Vila da Nogueira y Vila Fresca de Azeitão, la Quinta das Torres destaca por sus imponentes torreones y su lago de más de 900 metros cuadrados, con las enredaderas y hiedras decorando el edificio del siglo XVI.
Su patio exterior, sus reconocidas fuentes y sus cúpulas hacen de esta quinta un espacio de ensueño, hoy dedicado a acoger eventos y celebraciones.
Vinos y quesos para gozar
No hay viaje a Setúbal que se precie sin catar sus vinos, y en Azeitão se elaboran blancos, rosados o tintos, así como el auténtico Moscatel de Setúbal, con denominación de origen aunque mucho menos conocido que otras referencias lusas como el oporto o los madeira.
Entre sus platos estrella, la zona es conocida por el excelente Queijo de Azeitão, algo así como una Torta del Casar a la portuguesa que cuenta con Denominación de Origen Protegido en Europa. De leche cruda de oveja y pasta blanda, para untar en pan y no parar, es sin duda uno de los mejores souvernirs que se pueden llevar de la zona.
En los platos, destacan también elaboraciones de pescado y marisco, especialmente las sardinhas asadas y los chocos fritos.
Además, Azeitão es también tierra de dulces, como demuestra su Torta de Azeitão, un bizcocho con toques de canela y limón, o las Esses de Azeitão, unas sencillas pero deliciosas galletas de canela.