Las mejores playas del Alentejo: guía de uso y disfrute del paraíso portugués

Escarpados acantilados, playas infinitas enmarcadas por dunas y arrozales y pequeños pueblos pesqueros en una costa de más de 100 kilómetros hacen del Alentejo un paraíso muy cercano

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Além Tejo o más allá del Tajo, que es lo que significa su nombre en portugués, el Alentejo es la región más grande de Portugal. Dedicada al corcho y al vino, eminentemente rural y con tesoros por descubrir como la ciudad de Évora y los preciosos pueblos de Monsaraz, Marvão o Castelo de Vide, cuenta también con una amplia franja costera que atesora algunas de las playas vírgenes más espectaculares de Portugal y de Europa.

Desde Odeceixe, en el límite con el mucho más famoso Algarve, hasta el estuario del Sado, a pocos kilómetros de Lisboa y sus playas, la costa alentejana es una sucesión de arenales salvajes y pueblos de ambiente relajado, paisajes salpicados de dunas y arrozales, olas atlánticas perfectas para surfear y rincones protegidos de aguas tranquilas y transparentes perfectas para el baño.

No pueden ya catalogarse de secretas, al menos desde que cantantes, actores, diseñadores, políticos, royals e influencers hayan caído rendidos por sus atractivos, especialmente en las zonas de Troia y Comporta.

Litoral del Alentejo. Foto: Antonio Mendes | Unsplash.

La protección de la que goza la zona, especialmente en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, ha permitido proteger un bellísimo y valioso ecosistema, pero también preservarlo de la urbanización desmesurada.

El resultado, maravillosas playas, de las que 31 gozan este año de la bandera azul que reconoce la calidad del agua, limpieza e infraestructuras, pero también pequeñas calas y arenales salvajes que merece la pena conocer.

Porto Covo

Entre Vila Nova de Milfontes y Sines, el coqueto pueblo de pescadores que es Porto Corvo late al ritmo pausado característico del Alentejo, especialmente fuera de la temporada veraniega.

A sus mejores playas se llega siguiendo el Sendero de los Pescadores, un recorrido que sigue el trazado del litoral y forma parte de la Ruta Vicentina.

Playa de Porto Covo. Foto: Turismo del Alentejo.

Se puede optar por la playa Grande de Porto Covo, un refugio de paz entre formaciones rocosas o por la de Samoqueira, al norte de la localidad, que destaca por su aspecto salvaje y por las piscinas naturales que se forman con la bajamar. También al norte, las de Espingardeiro y del Salto, relajadas y calificadas como naturistas

También en Porto Covo merece la pena acercarse a la pequeña Praia dos Buizinhos y a la de Pessegueiro, de aspecto salvaje pero con todo tipo de servicios como duchas, bar y servicios de alquiler y deportes acuáticos, que toma su nombre de un islote frente a la costa de Porto Covo.

Ya utilizado por romanos y cartagineses, que lo emplearon como refugio para sus barcas de pesca, de su actividad hay constancia en la Ilha de Pessegueiro por los restos de una factoría de salazón de pescado. Hoy se puede ver también la una vieja fortaleza del siglo XVI.

Isla de Pessegueiro. Foto: Turismo del Alentejo.

Zambujeira do Mar

Integrada también en el Parque Natural del Sudoeste Alentejano y de la Costa Vicentina, la playa de aspecto salvaje de la pequeña localidad de Zambujeira do Mar son un destino ideal para amantes del surf y la naturaleza.

Su ubicación entre altos acantilados le confiere una identidad única y regalan increíbles panorámicas al atardecer.

Si lo tuyo es el naturismo, pon rumbo a la playa Dos Alteirinhos, perfecta con su arena fina y dorada.

Playa de Zambujeira do Mar. Foto: Turismo del Alentejo.

Carvalhal y la más tranquila y familiar Amália (esta última fue playa privada de la cantante de fados y actriz portuguesa Amalia Rodrigues) son otras de las playas para disfrutar en Zambujeira do Mar.

Melides

La extensa y llana playa de Melides, en el concejo de Grândola, se ha popularizado entre las celebrities por su privacidad y su atmósfera de sencilla elegancia.

Además de nuevos resorts que abogan por un lujo slow, la zona cuenta con una fauna y flora privilegiadas gracias a su laguna, que conecta con el mar y riega los arrozales del interior y que se atraviesa por una preciosa carretera de 4 km.

Playa de Melides. Foto: Turismo del Alentejo.

Comporta

Se trata de una extensísima playa (suma 60 km) enmarcada por dunas, arrozales y el propio océano. En ascenso como playa chic por excelencia de la zona, conserva sin embargo su personalidad alentejana y su estilo relajado y natural.

Integrada en la Reserva Natural do Estuário do Sado y de olas más tranquilas que en otras zonas de la costa, es una zona perfecta para la práctica de surf (hay diferentes escuelas), pero también para realizar paseos a caballo (como los que, según dicen, le encantan a Madonna), a pie y en bicicleta.

Playa de Comporta. Foto: Turismo del Alentejo.

Otra de sus populares postales es el Cais Palafítico de Carrasqueira, un viejo puerto de pesca elevado sobre palafitos y aún en activo que regala, especialmente al atardecer, preciosas panorámicas.

Troia

En la península de Troia se ubican algunas de las mejores playas del Alentejo y de toda Portugal.

Aunque se puede llegar en coche, la mejor forma de acceder a este pequeño paraíso portugués es a través de un ferry desde la vecina localidad de Setúbal atravesando el río Sado.

Praia Tróia Galé. Foto: Turismo del Alentejo.

Las dunas y la arena blanca y finísima son las notas predominantes en esta zona costera, con tres playas de referencia: Tróia-Mar, Tróia-Galé y Tróia-Bico das Lulas, desde las que se avista, al otro lado del estrecho, la Sierra de Arrábida.

Vila Nova de Milfontes

Ubicada en la desembocadura del río Mira, la localidad de Vila Nova de Milfontes, con casitas blancas combinadas con toques de azul o amarillo, atesora una de las costas mejor preservadas del continente europeo.

El fuerte de San Clemente, un monumento que conmemora el primer vuelo entre Portugal y Macao, que tuvo lugar en 1924 y la silueta del Klemens, un barco holandés encallado en 1996 frente a su orilla, son otros de los lugares a visitar, aunque ninguno supera en belleza a la vista de un atardecer.

Praia da Fanquia, Vilanova de Milfontes.

Por su localización, cuenta con playas de tipo fluvial, como das Furnas y la de Franquia, de aguas tranquilas que las hacen perfectas para familias, pero también para practicar deportes como el paddle surf y el kayak.

Entre las playas oceánicas, destaca la Praia do Malhão, más salvaje, con dunas y matorrales entre acantilados.

Almograve

En un pequeño pueblo pesquero, las playas de Almograve Norte y Sul, limitadas por altas dunas, presentan una particular orografía de rocas que se adentran en sus aguas azules, rincones tranquilos y otros donde las olas recuerdan el ímpetu del Atlántico (los preferidos por los surfistas).

Playa de Almograve. Foto: Turismo del Alentejo.

Cuando la marea baja se forman además piscinas naturales.

Aunque se trata de una única línea de arena, se divide dos, Norte y Sur, que cuentan con accesos y servicios propios. Las dos lucen la bandera azul.

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