La huelga indefinida de Rhenus lleva a Ford a dejar a sus 4.800 empleados de brazos cruzados
La factoría de Ford Almussafes y su parque de proveedores ha entrado en una nueva fase. El proveedor Rhenus, con 120 empleados, empieza una huelga que afecta directamente a los 4.800 empleados de la factoría que pasan a estar en modo «brazos cruzados». La duración de la huelga, según los trabajadores del proveedor Rhenus, se extenderá durante todos los días previstos de producción que Ford tiene en noviembre y diciembre. Ford ha comunicado al resto de proveedores que el parón de la producción durará dos días (hoy y mañana).
La huelga se activó definitivamente ayer cuando el Tribunal de Arbitraje Laboral, que depende de la conselleria de Educación, Universidades y Empleo que dirige José Antonio Rovira, se reunió sin lograr ningún avance en la negocación, según informan desde Comisiones Obreras. Rhenus ha planteado un ERE de extinción de sus 120 trabajadores. Entre sus funciones, esta compañía realiza piezas tanto de la Transit Connect como para el Kuga. Por tanto, sin el suministro de piezas de Rhenus, Ford no puede fabricar ningún coche en Almussafes.
En este contexto, no hay que medir si el seguimiento de la huelga es mayor o menor porque, de momento, los sindicatos de Rhenus ya han conseguido el mayor objetivo que pueden pretender. La fábrica de Ford Almussafes ha decidido parar de manera preventiva ante el anuncio de que le van a faltar piezas.
La postura sindical es negociar las mejores condiciones para sus despidos, que se producirán con total seguridad. Los 120 empleados de Rhenus acabarán fuera del sector de la automoción porque la idea de Ford, tal y como contó Economía Digital, es que sus funciones las haga Ilunion, filial del Grupo Once, y/o Improving. Ambas empresas son centros especiales de empleo, lo que significa que sus empleados tienen el certificado de discapacidad. Esta cuestión impide, a priori, la subrogación de los empleados derivado del cambio que Ford ha decidido entre sus proveedores.
Respecto a la negociación, la información disponible hasta el momento se limita a que está prevista hoy una jornada de negociación del ERE y que Rhenus tiene la necesidad de terminar dicha negociación en lo que queda de año. La huelga registrada por el comité de empresa de Rhenus mediante el proceso ordinario no es una huelga indefinida aunque lo parezca. El caracter indefinido lo pierde porque la semana de los festivos del 6 y 8 de diciembre no se ha solicitado permiso de huelga.
Según este calendario, los únicos días que trabajaría Rhenus son el 4, 5 y 7 de diciembre, dias que Ford tiene en su calendario como días de vacaciones. Otra cosa es que con el devenir de los acontecimientos esa semana se acabe trabajando, lo que afectaría a lo logística de 4.800 empleados de Ford que tienen esos días marcados para el asueto.
Agujero en un queso gruyere: Ford ya iba a parar
El objetivo fundamental de una huelga es causar un daño a la empresa que le obligue a negociar. En el caso de Rhenus, la huelga le lleva a no facturar durante los días de huelga. Esto, automáticamente, afecta a la fábrica de Ford Almussafes, que tiene 40 veces más de trabajadores, ya que su plantilla asciende a 4.800 personas frente a las 120 que hacen la huelga. Además, están los miles de trabajadores del parque de proveedores que de manera directa dejarán de trabajar o se reconfigurá su trabajo con las esperanza empresarial de que la huelga sea de corta duración.
La huelga genera una desconfianza de Ford hacia Rhenus, ya que le falla como proveedor. En este sentido, cabe recordar que Ford ya ha renunciado a que Rhenus siga como proveedor, lo que debilita el poder de negociación del fabricante americano. Otro dato relevante en este caso es que el comité de empresa, que son los que han diseñado esta propuesta, son 6 representantes de CGT y otros 3 de Comisiones Obreras
La situación en Ford ante la huelga es también muy distinta a la de las épocas doradas de tres turnos de producción. Ford ya no tenía suficiente demanda para cubrir la producción prevista para esta semana y la siguiente e iba a reducir el turno de tarde (o su equivalente de producción) porque la capacidad de producción de sus modelos está muy por encima de lo que le demanda el mercado.
El parón de dos días provocado por la huelga supone, por tanto, un parón de la producción que está todavía por debajo de todas las jornadas de producción que tenía planificado Ford no trabajar ante la falta de pedidos. No fabricar hoy y mañana no supone para Ford un daño adicional al que ya sufriría la factoría en noviembre si el problema de Rhenus no hubiera existido. Otra cuestión es cuánto va a durar la huelga.
Otro dato conocido es que la huelga se fraguó mientras el director mundial de operaciones de Ford, Kumar Galhotra, estaba en Almussafes analizando la factoría y estudiando opciones de producción. Aunque se produzca de manera coincidente en el tiempo, Ford tiene dos negociaciones paralelas con gran afección a la economia valenciana. La primera es a corto plazo, se ve afectada por la huelga y se basa en la producción del Kuga. La segunda es a largo plazo y tiene que ver con cúando llegarán los coches eléctricos. Cuanto antes vengan los vehículos eléctricos, menos se sufrirá por la primera crisis.
Confianza de los proveedores en el futuro
De momento, los proveedores se pronunciaron ayer sobre la electrificación de Ford Almussafes. El clúster de automoción y movilidad de la Comunitat Valenciana, AVIA, se mantiene «prudente ante los retrasos en la adjudicación de modelos eléctricos a Ford Almussafes y espera a las noticias que se produzcan de manera oficial por parte de la compañía y de sus portavoces».
La entidad, que representa a 121 empresas del sector, espera que los planes de la multinacional se desvelen para salir de la incertidumbre que afecta, principalmente, a las compañías que son proveedoras de nivel 1. Desde AVIA confían en que tanto Ford, como el resto de fabricantes de automoción perciban a la Comunitat Valenciana como un territorio óptimo para las inversiones, con un tejido empresarial competitivo y capaz de estar a la altura de los nuevos proyectos relacionados con la movilidad, tal como se ha demostrado con la instalación de otras multinacionales que están atrayendo a un gran número de profesionales.
AVIA, por otro lado, también apela al trabajo conjunto entre administraciones y entidades privadas para conseguir la atracción de inversiones a la Comunitat Valenciana y que, de este modo, se convierta en un polo industrial y de movilidad.