La vicepresidenta Nadia Calviño tiene todo el derecho a evitar responder sobre si aterrizará en el BEI tras perder el PSOE las elecciones, y hacerlo con evasivas (aunque cuidado porque está arriesgando mucho). Pero resulta un poco insultante que, a la vez que rechaza hablar de su futuro tras el 23J, esté exigiendo al PP de Feijóo que desvele ya quién va a ser su ministro de Economía en su «hipotético» gobierno. ¿Sabe la vicepresidenta que esto son unas elecciones legislativas, es decir, que se eligen diputados y estos posteriormente un gobierno, y no al revés? Que la trastocada estrategia del PSOE de dejar el liderazgo electoral económico a la ministra, que ni siquiera va en sus listas, no confunda sobre los principios rectores de un compromiso con las urnas.