La constitución del pleno de la Cambra de Comerç de Barcelona y la investidura de Josep Santacreu fue un tanto accidentada. Frente a los retrasos de varios miembros del pleno (muchos ellos de Eines de País), la sesión empezó en segunda convocatoria con media hora de retraso y a partir de aquí todo fue cuesta abajo. Lo que tenía que ser un mero trámite protocolario para renovar la ejecutiva cameral, se alargó hasta cuatro horas por la falta de entendimiento entre el secretario de la Cambra, Xavier Coronas, y la lista independentista, que intentó con todas sus fuerzas aferrarse al gobierno cameral. Por sorpresa de todos, Eines se presentó a una vicepresidencia y cuatro vocalías, y, pese a que era obvio que se postulaban en bloque, insistieron en poder subir al estrado y pedir el voto de forma individual. Al final, ninguno de sus representantes fue elegido por el pleno, pero les quedaba una última baza. El reglamento dice que en segunda convocatoria los acuerdos deben de aprobarse con una mayoría de 2/3, no por mayoría simple, como se vino desarrollando toda la sesión. Toni Fitó, la cara visible de Eines de Pais, se reservó su derecho de “presentar acciones legales”, pero no parece que sus quejas vayan a ir muy lejos. El secretario dio por buena las votaciones, dado que había quorum en la sala, con la totalidad de los representantes presentes, y los independentistas salieron de la Llotja de Mar con el rabo entre las piernas.