El Gobierno niega a Endesa, Naturgy e Iberdrola revisar los pagos por las centrales de gas
Las centrales de ciclo combinado serán esenciales durante la transición energética, pero tendrán un uso limitado y un alto coste de mantenimiento, algo que preocupa a las empresas
Las grandes eléctricas tienen la obligación de mantener las centrales de ciclo combinado abiertas, se usen o no. Por este motivo, y a través del denominado mecanismo de capacidad, las empresas reciben unos ingresos fijos. Sin embargo, Naturgy, Iberdrola y Endesa llevan un tiempo reclamando que esa remuneración debe revisarse. El Gobierno tira balones fuera pese a que está en su mano poder hacerlo.
El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) establece que para 2030 España debe tener 26,6 GW de capacidad instalada de ciclos combinados de gas. El motivo es por la seguridad de suministro. Y es que, pese al ‘boom’ que vive el sector renovable, todavía es necesario durante este tiempo que el gas sea la gran tecnología de respaldo.
Esta situación afecta principalmente a las tres grandes energéticas. En este negocio, y por su tradicional desarrollo, Naturgy lidera en todos los aspectos. La compañía que preside Francisco Reynés tiene una potencia de 7.427 MW en sus plantas de ciclo combinado. Le sigue Iberdrola, que tiene una capacidad de 5.695 MW. En tercer lugar, se sitúa Endesa con 3.823 MW de potencia instalada.
Ahora el gran conflicto está en resolver si el Gobierno puede o no modificar estos pagos por capacidad. Se escuda en que debe ser Europa, a través de la reforma del mercado eléctrico, quien dictamine cómo resolver la situación.
No obstante, sí hay mecanismos que podría activar el Gobierno para analizar y cambiar la situación. En concreto, la Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad (ENTSO-E) ha detectado que ante posibles faltas en la seguridad de suministro se pueden modificar estos mecanismos.
Así, según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL, con un preceptivo informe de Red Eléctrica en el que avalase la necesidad de estos ciclos se podrían modificar las remuneraciones sin necesidad de pasar por Europa.
El gran problema de costes
Desde hace tiempo, Naturgy, Iberdrola y Endesa han dejado caer que la retribución que reciben no ofrece la suficiente rentabilidad teniendo en cuenta cómo será la composición del mix energético próximamente, y lo que podrán facturar en el mercado.
En este sentido, ha habido algunos directivos que no han dudado en hablar sobre el problema en voz alta. Un ejemplo ha sido el director de regulación de Iberdrola, Patxi Calleja, que en un evento organizado por el Club de la Energía aseguraba que en España si hay un ciclo combinado con una avería importante y no hay mecanismos de capacidad, se pedirá el cierre porque no tienen una retribución suficiente que pueda garantizar esta inversión.
Y esa es la clave. Según explican a ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, lo más importante en estos momentos sería desarrollar una regulación sobre mecanismos de capacidad que garantice, de manera efectiva, que la rentabilidad para las empresas esté asegurada.
En esta misma dirección se mueve desde hace tiempo la patronal de las empresas gasistas, Sedigás. En su último congreso anual, el presidente de la organización, Joan Batalla, instaba al Gobierno a reflexionar sobre los mecanismos retributivos de los ciclos combinados, «que no están recuperando sus costes variables de operación».
Desde la patronal abogan «por el mantenimiento del parque de generación de los ciclos combinados», como ha quedado reflejado en el PNIEC. Se trata de la tecnología más relevante de generación eléctrica en España en el cómputo del año 2022, marcado por la volatilidad del mercado energético y el alza de precios. «Hay que garantizar su disponibilidad cuando son necesarios para dar soporte a la seguridad de suministro», matizaba Batalla. Pero alcanzar esa rentabilidad es otra historia.
Con estos condicionantes, las tres grandes energéticas deben cerrar un hueco de generación que sobrepasa en algunos casos el 20%. Y todo ello en un marco de precios que será volátil y, en el peor de los casos, con precios muy bajos.