Cuenta atrás para Calviño: semanas clave para su salida al BEI o su permanencia en el Gobierno

El debate sobre la presidencia del BEI sale de nuevo de la mesa de negociación mientras los plazos apuran: el 31 de diciembre termina el mandato del actual titular.

La vicepresidenta Nadia Calviño charla con el director ejecutivo del Mecanismo Europeo de Estabilidad, Pierre Gramegna, durante la reunión del Eurogrupo. EFE/EPA/JULIEN WARNAND

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La permanencia de la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, en el Gobierno depende de una decisión crucial que debe abordarse en las próximas semanas. La presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), un alto cargo de la Unión Europea al que aspira la ‘número dos’ del Ejecutivo, entra en fase crítica mientras cunden las dudas entre los gobiernos de los principales accionistas.

Fuentes del Ministerio de Finanzas belga, que ahora mismo lidera el proceso como presidente de turno del Consejo de Gobernadores de la entidad, rebajan a ECONOMÍA DIGITAL el entusiasmo por una decisión cercana sobre el nombramiento, al que también aspira la vicepresidenta de la Comisión Europea y responsable de Competencia, la danesa Margrethe Vestager. «Por ahora no hay decisión», indican.

Los dos nombres con más posibilidades para hacerse con el liderazgo del brazo inversor de la Unión Europea son el de la titular española y el de la responsable comunitaria, aunque hay más candidatos en liza: el exministro de Finanzas italiano Daniele Franco y dos de los actuales vicepresidentes del BEI, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Ostros. Es precisamente este número tan alto de candidatos lo que estaría impidiendo el necesario consenso para despejar las dudas sobre la presidencia, según fuentes del Ministerio de Finanzas francés que cita Bloomberg.

Alemania ya tiene candidata, pero no desvela si es Calviño

Para presidir el banco público de la UE hace falta el apoyo de al menos 18 de los 27 Estados miembros, que son los accionistas de la entidad, que representen al menos un 68% de su capital, lo que en la práctica significa que para decantar la balanza hace falta el «sí» de al menos dos de los grandes socios: Alemania, Francia e Italia.

Los alemanes ya tienen a su candidato, ha asegurado el ministro de Finanzas, Christian Lindner, aunque dice que no es el momento para desvelarlo. El problema es que esta decisión está tensando a la propia coalición ‘semáforo’ que gobierna en Berlín: el canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, apoya a Calviño, pero Lindner, liberal, apuesta por su compañera de filas Vestager. En Francia, que habría comprometido su apoyo a Calviño como contrapartida a abrir la mano sobre la energía nuclear, también hay dudas después de una intensa labor de campaña por parte de la comisaria.

Calviño, desde Luxemburgo donde mañana se reunirá el Consejo de Asuntos Económicos y Financieros (Ecofin) de la Unión Europea, ha asegurado que la candidatura española cuenta con «fuertes apoyos», aunque sin desvelarlos, más allá del apoyo explícito de Portugal. Fuentes del Ministerio de Asuntos Económicos descartan una «remontada» de Vestager y confían en las posibilidades de la vicepresidenta, desligando este procedimiento de otros como el de la jefatura del Mecanismo Único de Supervisión del Banco Central Europeo o incluso de la propia reforma de las reglas fiscales, como se ha llegado a apuntar.

Vicepresidenta hasta fin de año

Lo cierto es que el retraso en una decisión también condiciona el papel de la vicepresidenta en la propia vida interna del Ejecutivo. El presidente en funciones, Pedro Sánchez, quiere contar con ella si consigue la investidura, aunque sea hasta final de año para completar la crucial presidencia del Consejo de la Unión Europea. La propia Calviño se ha comprometido a continuar hasta el 31 de diciembre, si toma posesión de su nuevo puesto en Luxemburgo a 1 de enero de 2024.

Con todo, con una investidura que tendrá lugar potencialmente en noviembre y a expensas de la decisión de los independentistas de Junts, la vicepresidenta podría pasar apenas un mes como titular en plenas funciones del departamento clave en la estructura del Ejecutivo, un tiempo en el que apenas podría dejar su sello en unos potenciales Presupuestos para 2024.

De conseguir la presidencia del BEI, Calviño no estaría demasiado lejos del día a día de una política clave para nuestro país: la gestión de los fondos Next Generation EU. La Adenda del Plan de Recuperación, a la que mañana previsiblemente darán luz verde en la reunión presidida por ella misma, contempla que la entidad gestione 20.000 millones de euros procedentes de los préstamos de esté ‘maná’ europeo para inversiones en las comunidades autónomas.

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