Calviño, víctima colateral de Puigdemont: sería ministra solo un mes antes de irse al BEI

Fuentes del Ministerio de Finanzas belga, que lidera el proceso de renovación de la presidencia del BEI, reconocen las dificultades para acercar posturas

La comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, y la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El retraso en la investidura de Pedro Sánchez al frente del Gobierno se está cobrando una ‘víctima’ colateral. La vicepresidenta Nadia Calviño, en pleno proceso para hacerse con la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), revalidará su cargo durante apenas un mes y medio si es escogida como líder del brazo inversor de la UE a partir de enero de 2024.

El estancamiento en las conversaciones con los independentistas de Junts, cuyo voto es clave para garantizarle a Sánchez la presidencia, ha coincidido con el encallamiento del diálogo para elegir al sustituto de Werner Hoyer, actual mandatario del BEI. Si en agosto, cuando España proyectó a la vicepresidenta como candidata al liderazgo del BEI, el Ejecutivo se mostraba confiado en que el nombramiento sería rápido, lo cierto es que la decisión se llevará al límite. Probablemente en diciembre.

Fuentes del Ministerio de Finanzas belga reconocen a ECONOMÍA DIGITAL la dificultad para cerrar un candidato de consenso que se haga con la presidencia del banco público de la UE. «Nos estamos tomando nuestro tiempo, que es necesario para poder adoptar una decisión con la que todos los estados miembros estén de acuerdo«, apuntan.

Lo cierto es que el sistema de elección del presidente de la entidad pública requiere de una mayoría reforzada, lo que lo hace aún más endiablado. No es suficiente con conseguir el apoyo de la mayoría de los accionistas -a la postre, los 27 estados miembros-: el candidato ganador ha de recabar los votos del 68% del capital y de, al menos, 18 de los miembros de la Junta de Gobernadores. Estos límites hacen necesario no solo el apoyo de los tres máximos accionistas (Alemania, Francia e Italia, los tres con el 18,74% de las acciones), sino también el de los países más pequeños. Con cinco aspirantes en liza, y con Francia y Alemania aún deshojando -oficialmente- la margarita, el final del mandato de Hoyer el 31 de diciembre se acerca inexorablemente.

Calviño aspira a culminar la presidencia del Consejo de la UE

La aspiración de Moncloa y de Calviño en agosto era cerrar cuanto antes el Gobierno y que la ministra de Asuntos Económicos revalidase la cartera hasta diciembre, para culminar la presidencia europea con carpetas tan importantes encima de la mesa como la reforma de las reglas fiscales. Sin embargo, los retrasos en la investidura y en la decisión del BEI hacen que, si Calviño toma posesión como vicepresidenta, sería para estar brevemente al frente de la política económica del Ejecutivo, para dar el salto -si es elegida- en enero a Luxemburgo, donde se halla la sede central del BEI.

El Ministerio de Finanzas belga, que ostenta la presidencia de turno del Consejo de Gobernadores de la institución y lidera el proceso de selección, no maneja otro escenario que el de cerrar la elección antes del 31 de diciembre. Sin embargo, en los mentideros europeos se ha deslizado la posibilidad de posponer esta decisión hasta junio del año que viene, juntando la negociación del BEI con la del resto de altos cargos de la Unión.

Además de la vicepresidenta Calviño, que parte como favorita, también compite por el puesto la comisaria de Competencia en excedencia, la danesa Margrethe Vestager; el exministro de Finanzas de Italia Daniele Franco, y dos de los actuales vicepresidentes del BEI: la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Ostros.

Solo Portugal desvela sus cartas

La candidatura de Vestager, la otra favorita, tampoco ha recibido información sobre el desarrollo de un proceso que, dicen los belgas, «sigue». Desde la candidatura española, la vicepresidenta Calviño asegura que los apoyos con los que cuenta son «fuertes». Sin embargo, solo Portugal ha explicitado el apoyo a la ministra de Economía.

Francia habría vinculado el apoyo a Calviño al desarrollo de dos importantes carpetas europeas: por un lado, la sede de la Agencia Europea contra el Blanqueo, que codicia París y a la que aspira también Madrid; por otro, las reglas fiscales, que confían en que sean más laxas de lo que desea Alemania. El Ministerio de Asuntos Económicos ha descartado esto en repetidas ocasiones. En Berlín, la coalición semáforo que gobierna habría optado también por la economista española, pero se resisten a dar a conocer su elección.

«Los grandes accionistas (del BEI) deberían aclarar su posición. Por el momento no es el caso, pero estoy seguro de que cuando aclaren su postura podremos avanzar rápido», aseveró este miércoles el ministro de Finanzas belga, Peter Van Peteghem, a su llegada a la reunión del Eurogrupo en Bruselas. «Es urgente lograr una decisión, el tiempo se está acabando para tomarla. El 1 de enero necesitamos un nuevo presidente del BEI», presionó.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp