De ruta por los pueblos más bonitos de Albacete

De Aýna a Alcalá del Júcar y de Yeste a Lietor, la provincia de Albacete esconde tesoros en forma de pueblos colgados sobre barrancos, increíbles paisajes y patrimonio cultural e histórico

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No vamos a dedicar ni una línea a desmentir tópicos pues basta fijarse solo en una de las comarcas de Albacete, la Sierra del Segura, para que cualquier prejuicio estalle hecho pedazos. Al sur de la provincia, entre montañas de más de 2.000 metros, profundos cañones, valles y bosques, encontramos lugares fascinantes como el nacimiento del río Mundo, en la antípodas de esa imagen de vastas llanuras y horizontes planos que a veces es la única que se asocia a La Mancha.

El lugar que nos enseñó José Luis Cuerda en su película Amanece, que no es poco -que, por cierto, sigue atrayendo a cientos de fans cada año-, es el marco también de castillos y museos, iglesias, manifestaciones de arte rupestre, reales fábricas o eventos como Letur Alma promovido por la artista Rozalen y que reivindica la vida y las tradiciones del mundo rural.

Letur, Sierra del Segura
Una imagen de Albacete que rompe con los tópicos. Foto: Turismo Sierra del Segura.

También, por supuesto, de algunos de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha.

Aýna

Precisamente en la Sierra del Segura se ubica Aýna. Encaramado sobre una ladera del profundo cañón del río Mundo (con paredes de casi 500 metros), este pueblo de postal simboliza eso que se ha dado en llamar la ‘Suiza manchega’, precisamente por sus paisajes verdes y escarpados.

Aquí es donde decía Pepe “¡Bienvenidos al pueblo!” en Amanece, que no es poco y es que su entorno fue uno de los grandes sets de rodaje del largometraje, rodado en 1988 (los otros hay que buscarlos en las cercanas localidades de Liétor y Molinicos).

Aýna, Sierra del Segura (Albacete)
La impactante ubicación de Aýna. Foto: Turismo Sierra del Segura.

Una ruta permite recorrer esos escenarios de la mítica cinta de Cuerda en los que se siguen celebran ‘Quedadas amanecistas’, la última el pasado mes de junio, y ver hitos emblemáticos como la réplica de la Vespa con sidecar de Jimmy y Teodoro y el semillero de hombres, además de un centro de interpretación en la antigua Ermita de los Remedios de Aýna.

Para obtener las mejores panorámicas tanto de la localidad como del majestuoso cañón del Río Mundo, lo mejor es acercarse a alguno de sus miradores (o a todos) que se reparten a lo largo de la población, como los del Diablo, La Rodea Grande, los Picarzos, Las Mayas, Peñapesquera o el Balcón del Mundo. Además, otro el Mirador de los Infiernos, en la vecina aldea de Royo-Odrea, ofrece otra perspectiva de sus paisajes de postal.

Además de pasear por sus callejuelas, es imprescindible también acercarse a la Cueva del Niño, el mejor ejemplo de arte rupestre de la provincia de Albacete. A orilla del Río Mundo, entre los picos Halcón y Albarda y a varios kilómetros aguas arriba de la pedanía Royo Odrea, se encuentra esta cavidad de unos 60 metros de profundidad con dos ‘salas’ que contienen pinturas rupestres del Paleolítico Superior, con representaciones de caballos, cabras, ciervos y una serpiente.

Ruta Amanece que no es poco
Ruta Amanece que no es poco. Foto: Luís Vizcaíno | APEHT.

Los restos del Castillo de la Yedra, la antigua ermita de la Virgen de lo Alto y la Cascada de la Toba, de unos 20 metros de altura, son otras de las visitas recomendables.

Para descubrir la gastronomía local, Aýna cuenta con varios restaurantes que combinan cocina local y excelentes vistas, como El Mirador de Aýna o El Goterón. El Casino y Casa Segunda son otros buenos lugares para probar especialidades como las chuletas a la brasa de cordero segureño de Aýna, las migas, los menudillos con ajetes tiernos o las patatas fritas al montón.

Liétor

También en la Sierra del Segura, y también colgada sobre la hoz del Río Mundo, Liétor impresiona con sus casas elevadas sobre la roca y asomadas al acantilado. De hecho, la localidad nunca llegó a tener muralla por la cara del río, pues el foso era suficiente defensa natural.

Lietor, Sierra del Segura
Liétor. Foto: Turismo Sierra del Segura.

También vinculada a la película de Cuerda, sus atractivos más destacados incluyen la parroquia de Santiago Apóstol, un templo sobrio de un estilo barroco que tiende al neoclasicismo y que guarda un logrado trampantojo y un bello órgano barroco, el antiguo convento de frailes carmelitas de San Juan de la Cruz, con su hermoso claustro de decoración pintada y una sorprendente colección de momias, y la ermita de Belén, declarada Monumento Histórico Artístico, cuyos murales se cuentan entre los mejores ejemplos de pintura popular del siglo XVIII a nivel nacional.

Además, hay que detenerse en la casa de Rodríguez de Escobar, con su portada con columnas toscanas y un frontón triangular (en otras casas señoriales aún lucen escudos de armas como los de los Tovarra o los Galera), el molino harinero y la fuente ubicada frente al ayuntamiento, decorada de azulejería.

Líetor, Sierra del Segura (Albacete)
Liétor. Foto: Turismo Sierra del Segura.

En la cueva del Pilancón se puede observar cómo las casas hunden en la roca sus cimientos, mientras que un mirador del mismo nombre sobre una pasarela construida en 2013 regala las mejores perspectivas de los montes y el cauce del río, así como de la presa de la Peña Bermeja, que se convierte en zona de baño en verano.

Alcalá del Júcar

En este caso en la comarca de La Manchuela, al noroeste de la provincia de Albacete, encontramos Alcalá del Júcar, uno de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha, como prueban el título de conjunto Histórico-Artístico o el hecho de pertenecer al club de Los Pueblos más Bonitos de España (es el único de Albacete en este catálogo).

Alcalá del Júcar, Albacete
EL perfil de Alcalá del Júcar. Foto: Luis Vizcaíno | APEHT.

De ubicación excepcional, cuando por la localidad se aparece ante los ojos se hace preciso mirarla con calma para apreciar su fisonomía, arracimada sobre una roca asomada a la hoz del Júcar, con casas excavadas sobre ella y callejuelas estrechas y empinadas que ascienden adaptándose al terreno hasta llegar al castillo, que lo preside todo.

De origen musulmán, la fortaleza fue levantada por los almohades a finales del siglo XII aunque hoy apenas queda nada de su estructura original. Su torreón pentagonal y las torrecillas de planta circular son de mediados del siglo XV, de la época de Juan Pacheco, Marqués de Villena.

Tras disfrutar de la vistas desde esta atalaya, el paseo puede continuar hacia la parroquia de San Andrés, cuya esbelta torre sobresale entre los tejados. Construida entre los siglos XVI y XVIII, destaca también su bóveda de crucería, así como una hermosa cúpula.

Más abajo, sobre el río Júcar, se llega a un puente conocido como romano pero que en realidad es del siglo XVIII. Lo que sí es real es que su vista, por delante de la iglesia de San Andrés y del castillo, es una de las más hermosas de la localidad.

Alcalá del Júcar
Alcalá del Jucar. Foto: Luis Vizcaíno | APEHT.

En la base del peñón existen cuevas que lo recorren de uno a otro lado como la cueva de Masagó o del Duende, la cueva del Diablo o la cueva del rey Garadén, esta última de alrededor de 750 años de antigüedad.

Algo más alejada, también merece la pena acercarse a la ermita de San Lorenzo.

Yeste

Punto de encuentro entre las sierras de Alcaraz y del Segura, Yeste fue también tierra de frontera con los reinos musulmanes lo que llevo a la Encomienda de la Orden de Santiago a instalar aquí su sede. A ellos debemos el castillo del siglo XIII, una fortaleza a la que se fueron añadiendo patios porticados con galerías que le dieron un carácter residencial y cortesano.

Castillo de Yeste, Albacete
Castillo de Yeste. Foto: Luis Vizcaíno | APEHT.

En su interior, un Centro de Interpretación Medieval permite comprender la historia de la zona

También interesante es visitar el Balneario de Tus que aprovecha las aguas termales, conocidas ya por los romanos.

Más allá del pueblo, destaca el maravilloso entorno natural de Yeste, con el Parque Natural de Los Calares del Mundo y de la Sima, así como el Valle del Tus, un impresionante anfiteatro natural que recorren los ríos Segura, Tus, Taibilla y Zumeta.

Yeste, Albacete
Yeste. Foto: Luis Vizcaíno | APEHT.

También maravillas naturales, el Valle de Las Quebradas y el Valle de Arguellite. Además, la zona es especialmente adecuada para los amantes del astroturismo, gracias a la sencilla ascensión a las diferentes cimas de la sierra.

Alcaraz

En la ladera del cerro de San Cristóbal de la Sierra de Alcaraz, con la que comparte nombre, esta hermosa localidad encierra uno de los más hermosos conjuntos arquitectónicos de la provincia de Albacete.

Herencia de su mayor esplendor en época renacentista, la solemne Plaza Mayor, a lo largo de los siglos ágora, mercado y centro de reuniones, aparece gobernada por dos esbeltas torres, las de la iglesia y la del Tardón, las dos obra del arquitecto local Andrés de Vandelvira y que sin duda la imagen más representativa del pueblo.

Plaza Mayor de Alcaraz
Plaza Mayor de Alcaraz. Foto: Luis Vizcaíno | APEHT.

Monumental y sobria, la plaza porticada cobija entre sus arcos el Ayuntamiento, la Lonja del Corregidor y la Regatería de sobrio clasicismo.

Al lado, la iglesia de la Santísima Trinidad, con una bella portada de estilo gótico y con una interesante colección de estatuas policromadas, además de la torre que se asoma a la Plaza Mayor.

Arcos, portadas, balcones y otros adornos nos sorprenden paseando por la localidad, con tesoros como la puerta de la Aduana, la casa de los Galiano, el arco de Zapatería, el Santuario de Nuestra Señora de las Cortes, el Monasterio de Santa María Magdalena, el convento de San Francisco o la Torre do Grogojí.

Conjunto monumental de Alcaraz, Albacete
Alcaraz posee un bellísimo conjunto monumental. Foto: Luis Vizcaino | APEHT.

En los alrededores, el castillo de Alcaraz, en algún momento una impresionante fortificación de siete puertas principales y hoy casi en ruinas, pero en un bello entorno natural que justifica el paseo, además de las vistas del pueblo y de parte de la comarca.

Letur

Ubicado sobre un cerro desde el que domina fértiles valles (no hay que perderse las vistas desde sus miradores), Letur debe a los musulmanes su peculiar trazado urbano, si bien la zona estuvo poblada desde el Paleolítico, como atestiguan las manifestaciones de Arte Rupestre Levantino –Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO- o los yacimientos ibéricos del Macalón, La Muela o Los Castillicos.

Letur, Sierra del Segura
Letur. Foto: Turismo Sierra del Segura.

Sin embargo, es la herencia del legado andalusí la responsable su actual personalidad. Atravesada por acequias de riego y cuajada de adarves, su casco histórico, declarado como Conjunto Histórico Artístico en 1983, es una de las joyas de Castilla-La Mancha y uno de los más bellos de esta ruta.

Rejería, puertas de madera, arcos de sillería y piedra natural, artesanía y agua son los principales elementos del casco histórico que hay que disfrutar paseando sin prisa (es completamente peatonal).

Entre sus hitos, el Arco de las Moreras, la Calle Molinos, la calle Albaycin, la Puerta del Sol, la Iglesia de la Asunción y los miradores de San Sebastian y La Molatica.

Jorquera

De nuevo en La Manchuela, Jorquera es otro municipio que merece una parada. A apenas 40 km de la capital, un meandro del Júcar forma el cerro sobre el que se eleva el pueblo, entre un verde valle y cortados de 200 metros de altura.

Su espléndido pasado musulmán es aún visible en los restos del castillo, con varios recintos defensivos, puertas y torreones.

Jorquera, en Albacete
Jorquera. Foto: Luis Vizcaíno | APEHT.

La llamada Torre Blanca, de mediados del siglo XV y hoy empleada como centro de exposiciones, es ya vestigio del pasado cristiano. Según la tradición, fue construida para mantener cautiva a una dama, Doña Blanca, aunque se sabe que era una de las torres que defendías la entrada al pueblo.

La parroquia de la Asunción, de estilo gótico con elementos renacentistas, y la casa del Corregidor, un edificio barroco del siglo XVIII con motivos heráldicos en la fachada y el escudo del Marqués de Villena, son algunas de sus construcciones más notables, como también las que aún lucen los escudos de los Tomás-Alarcón o los Ortega (e incluso de linaje desconocido).

Algo más alejada, en la ribera del Júcar, hay que acercarse al santuario de la Virgen de Cubas, de estilo dieciochesco, con una parte excavada en la roca y cúpula de perfil levantino.

Fotos: Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Albacete (APEHT) y Turismo Sierra del Segura.

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