Costa del Azahar: de ruta por las playas más bonitas de Castellón
Con 120 kilómetros de playas y calas, arena blanca y aguas transparentes, localizamos los destinos más apetecibles de la costa de Castellón para plantar la toalla este verano
La flor del naranjo, cultivo por excelencia en la zona, da nombre a la Costa del Azahar, como se conoce a la franja litoral de la provincia de Castellón.
Entre la Costa Dorada de Tarragona y la costa de Valencia, se despliegan un total de 120 km de playas y calas en 16 municipios costeros.
Urbanas y salvajes -algunas incluso dentro de Parques Naturales que conservan espacios litorales vírgenes-, ideales para relajarse o practicar submarinismo, para maridar con música, como en Benicàssim o con la historia como en Peñíscola, este es nuestro top de las mejores playas de Castellón.
Playa Norte de Peñíscola
No todos los días se tiene la oportunidad de bañarse bajo la imponente silueta de un castillo con tantas historias por contar. Hablamos de Peñíscola y su playa Norte.
De una longitud aproximada de 5 km y con 44 metros de anchura media y aguas transparentes, la playa alterna zonas de arena con cantos en el extremo más alejado de la ciudad.
Certificada con la Bandera Azul que avala a las mejores playas de España, la ‘Q’ del Instituto para la Calidad para el Turismo de España, la ‘verde’ de AENOR y la bandera Qualitur de la Agencia Valenciana de Turisme, cuenta con todos los servicios necesarios para pasar un perfecto día playero, desde pasarelas y acceso para personas con movilidad reducida, a chiringuitos para refrescarse mirando al mar.
Lo mejor, sin embargo, son sus vistas de película (y para películas, pues no son pocas las que se han rodado aquí), con el Castillo del Papa Luna en un istmo de tierra rodeado por una muralla que esconde en su interior callejuelas que se retuercen mientras ascienden, casas de fachadas blancas (o cubiertas por conchas), un escenográfico faro y hermosos miradores sobre el Mediterráneo.
Playa Romana, Alcalà de Xivert-Alcossebre
Con forma de concha y arena fina y dorada, la Romana se ubica en el municipio de Alcalà de Xivert-Alcossebre.
De unos 500 metros de longitud por 40 de anchura (es una de las más grandes de Alcossebre), la playa destaca además por su localización, separada de la plataforma peninsular por un terraplén natural con una belleza singular que le aporta su abundante vegetación, así como por sus increíbles vistas a la Sierra de Irta.
También es destacable la riqueza ecológica de la zona, ya que se encuentra al sur de un sistema dunar de alto valor ecológico.
Cuenta con una plataforma de madera y hasta ella llega el sendero que se inicia en la Playa Carregador en el mismo municipio para preservar la flora y fauna de estos terrenos.
Playa Els Terrers, Benicàssim
Sobradamente conocida por ser ciudad de festivales (aquí se celebran el FIB o Rototom SunSplash, entre otros) y por su precioso patrimonio arquitectónico con medio centenar de villas de los años 20 que hacen del Paseo Pilar Coloma casi un túnel del tiempo a la belle époque, Benicàssim es considerada una de las ‘capitales’ de la Costa del Azahar.
Entre sus playas, nos quedamos con Els Terrers, de 1,7 km de longitud y una anchura de unos 30 metros con arena fina y limpísimas aguas de color turquesa que atrapan la vista.
Bastante tranquila, está bordeada por espigones que la protegen de las corrientes y dan lugar a dos ensenadas ideales para el baño y también para la práctica de deportes náuticos, desde la vela (aquí se ubica el Club de Vela de Benicàssim) al paddle surf o el snorkel.
También con Bandera Azul, cuenta con todos los servicios: vigilancia y socorrismo, sombrillas, tumbonas y patines, así como diferentes opciones de restauración.
El Gurugú, Castelló de la Plana
En el Grao de Castellón, el barrio marítimo de la localidad que encontramos a pocos kilómetros del centro urbano de Castelló de la Plana localizamos la Playa del Gurugú, a continuación de la también famosa playa del Pinar.
Amplia y extensa (se extiende hasta la desembocadura del Río Seco), cuenta con 1 km de longitud y más de 140 metros de anchura y puede recorrerse a través de un paseo ajardinado y un carril bici que discurren en paralelo a la costa.
Con el galardón de Bandera Azul, la Q de Calidad Turística y la acreditación EMAS, es un arenal cómodo dotado de todos los servicios que en verano se anima especialmente con restaurantes y terrazas perfectos para el tardeo tras la jornada playera.
Calas de Ribamar, Alcalà de Xivert-Alcossebre
Totalmente diferentes son las calas vírgenes no urbanizadas que encontramos en parajes como el Parque Natural de la Sierra de Irta en Alcossebre. Hablamos de la Calas de Ribamar, lugares de belleza salvaje y auténtica.
De aguas limpias y transparentes rodeado de rocas, grava y arena que le dan una tonalidad dorada, para disfrutar del baño necesitarás, eso sí, escarpines.
De hecho, un chapuzón en alguna de las pequeñas calitas es ideal para completar una de las hermosas rutas de senderismo que combinan vistas al mar y compañía del rumor de las olas.
No aptas para todos los públicos, el acceso a las calas se realiza por un camino de tierra sin asfaltar, por lo que conviene llevar calzado adecuado y todo lo necesario para pasar el día, ya que las calas no cuentan con servicios.
Playa del Pebret, Peñíscola
También de carácter salvaje es la Playa del Pebret, ubicada igualmente en el Parque Natural y Reserva Marina de Sierra de Irta, pero ya en el término urbano de Peñíscola.
Al sur de la ciudad, es una de las pocas zonas vírgenes de la costa levantina, con una extensión de 280 metros de longitud y arena fina para plantar la toalla.
No excesivamente ocupado por la ausencia de servicios (sí tiene socorrista en los meses de verano), está rodeada de un espectacular paisaje formado por cordones de dunas y vegetación que aumenta a medida que nos alejamos de la orilla del mar.
También aquí se pueden hacer varias rutas de senderismo y bicicleta de montaña que desvelan lugares como la Torre Badum y los castillos de Xibert y Pulpis.
Playa del Russo, Peñíscola
En la misma zona de la Playa del Pebret, al sur de Peñíscola y dentro del parque natural, se ubica también la playa del Russo, otro diminuto oasis de paz y belleza salvaje (cuenta con apenas 80 metros de longitud) y arena fina.
El acceso se realiza a través de una pista forestal de casi 5 kilómetros y en sus alrededores se pueden ver especies animales endémicas como aves poco comunes como la canastera, además de vegetales como el lirio marino.
Cala de La Foradada, Vinarós
Más al norte de Peñíscola, en la localidad de Vinarós, encontramos una preciosa cala que se abre entre acantilados de curiosas formas.
Se trata de la Cala de La Foradada, al norte del municipio, a la que se accede por unas cómodas escaleras para encontrar una playita de piedras y arena gruesa enmarcada por paredes de roca perfectos para explorar (uno de los acantilados deja ver un enorme agujero que enmarca el mar).
De aguas cristalinas, la cala es perfecta para practicar snorkel y submarinismo, así como para un baño relajado.
Les Cases, Xilxes
En el municipio de Chilches (Xilxes en valenciano) encontramos la playa de Les Cases, un arenal de 532 metros de longitud y unos 55 de anchura media enmarcado por un área de pinos.
En forma de pequeña concha y protegida por escolleras, su poca profundidad la hace perfecta para ir con niños y además cuenta con la Bandera Azul que certifica la calidad de sus aguas y sus servicios.
Aunque tiene una gran parte de arena, otra sección de la playa es de grava, así que es buena idea llevar escarpines.
Oropesa la Vella, Oropesa del Mar
Con permiso de playas más conocidas y con más servicios, como la de La Concha y el Morro de Gos en el gran destino vacacional que es Oropesa del Mar nos quedamos con la cala de Oropesa la Vella.
La encontramos en el extremo sur de la playa de la Concha, separada de ella por rocas que dan lugar a un espacio más íntimo, de unos 120 metros de largo y 50 de ancho, que recibe con arena fina y dorada y se delimita por el cerro Oropesa la Vella, dando lugar a un hermoso paisaje.
Cuenta con restaurante, baños, lavapiés, socorrista, pasarelas y paseo marítimo, así como un columpio acuático perfecto para tus fotos en Instagram.
A continuación de esta –pero no comunicada por la arena- se encuentra la también recomendable Cala del Retor, entre la colina donde se ubican los restos del poblado de Oropesa la Vella y el puerto deportivo.
De arena fina tiene unos 70 metros de largo por unos 45 de ancho y encandila por sus preciosas aguas cristalinas.