Isla del Lazareto: el Ellis Island español está en el puerto de Mahón
En el mismo puerto de Mahón, la isla del Lazareto funcionó durante un siglo un espacio para que tripulaciones y marineros pasasen la cuarentena y así evitar la entrada de enfermedades a Menorca. Esta es su fascinante historia
Segundo puerto natural más grande del mundo (el primero es el de Pearl Harbor, en Hawái), el puerto de Mahón es además uno de los más hermosos del planeta. También uno de los que guarda más curiosidades, entre ellas el ‘Ellis Island español’.
En la costa este de la isla de Menorca, de ubicación estratégica que lo hizo objeto, a lo largo de los siglos, de conquistas y reconquistas, y con más de seis kilómetros de longitud, el puerto de Mahón no solo es capaz de recibir a los cruceros más grandes del mundo sino que también alberga atracciones turísticas, desde las localidades de Mahón y Villacarlos con sus paseos marítimos, restaurantes y tiendas, a la Fortaleza de la Mola pasando por numerosas calas y casas de veraneo, tanto de habitantes de la isla como de famosos de todo el mundo.
La isla del Lazareto en Menorca
Y no es todo: dentro del mismo puerto hay además varios islotes entre los que destacan la isla del Rey, en honor al rey Alfonso III, conquistador de Menorca en 1287, y la isla del Lazareto, que debe su nombre a la fortaleza sanitaria donde se aislaba temporalmente a marineros y tripulantes que llegaban por barco para evitar que entrasen enfermedades en la isla.
Su actividad, es cierto, no llega a la de la estadounidense Ellis Island, que se encuentra en la costa de Nueva Jersey, frente a la ciudad de Nueva York, y que suele visitarse en una entrada conjunta con la Estatua de la Libertad y por la que pasaron 12 millones de emigrantes entre 1892 y 1954.
Sobre una antigua península convertida en islote para este fin, la menorquina fue construida en 1793 por orden del Conde de Floridablanca, ministro del rey Carlos III de España, y funcionó durante algo más de un siglo, entre 1817 y 1919.
El islote tomó el nombre del lazareto –establecimiento sanitario donde se trababan enfermedades infecciosas– en el que permanecían los enfermos llegados por barco, principalmente de Oriente y norte de África, con el objetivo de prevenir que la peste bubónica pudiera penetrar en Menorca.
Durante casi un siglo se convirtió en uno de los lazaretos más importantes del Mediterráneo occidental hasta que dejó de funcionar en 1919. Casi ocho décadas después, en 1993, su singular conjunto arquitectónico fue declarado Bien de Interés Cultural.
Estructura del Lazareto de Mahón
El recinto, propiedad del Ministerio de Sanidad y Consumo y con diferentes usos, entre los últimos un original festival veraniego en formato boutique que aúna música y gastronomía, está rodeado por una muralla de piedra de 1,2 kilómetros de longitud, con 7,5 metros de alto por 1,5 metros de ancho.
En esta muralla se abrieron cuatro puertas que conducían a las tres zonas de aislamiento delimitadas dentro del Lazareto.
La ‘apestada’ estaba reservada a los tripulantes de barcos con epidemia a bordo. Contenía tres enfermerías con seis habitaciones, cocinas, retretes, lavatorios, un pozo de agua potable, locutorios y una torre de vigilancia.
La ‘sucia’ albergaba a los navegantes que tenían enfermedades no infecciosas. Constaba de tres casas iguales para pasajeros con ocho habitaciones cada una, cuatro huertos, dos enfermerías, quince oratorios, cinco grandes almacenes, un corralón para ganado y una torre de vigilancia.
Por último, la ‘sospechosa’, se reservaba a los barcos que llegaban a puerto con algún enfermo entre sus tripulantes.
El edificio principal estaba formado por tres alas y una galería con columnas de piedra en sus dos plantas.
También contenía un pozo, una torre de vigilancia, una enfermería con ocho salas, un huerto con noria, una casa para el labrador y un almacén. Y en su parte sur, dos edificios iguales para alojar a patronos, pilotos y escribanos.
Cuánta gente pasó por la isla del Lazareto
Está lejos de los 12 millones de personas que pasaron por la principal aduana de Nueva York entre los siglos XIX y XX, es cierto, pero en sus cien años de servicio –desde 1817, cuando entró el primer barco, la bombarda española Antonia, hasta 1919, cuando cerró sus puertas– se atendió a más de 387.800 personas llegadas en 13.864 barcos para pasar cuarentena.
Así, un total de 111.184 pasajeros y 276.693 tripulantes fueron aislados entre sus muros.
Cómo visitar la isla del Lazareto
Actualmente, además de ser un escenario ideal para todo tipo de reuniones y congresos, como el mencionado festival, la isla del Lazareto es un atractivo turístico más de Mahón y de Menorca.
Para sumergirse en su apasionante historia existen visitas guiadas de dos horas y media de duración, que se realizan cuatro días por semana hasta el mes de noviembre. Los martes (en inglés) y los jueves (en catalán y castellano), de 17.00 a 19.30 horas. Los sábados y domingos alternos (en catalán y castellano), de 10.00 a 12.30 horas.
El punto de partida es el Muelle de Cales Fonts, en Es Castell (Maó) desde donde parte una embarcación hasta la isla de Lazareto. El precio de estas visitas es de 18 euros (adultos), 9 euros (entre los 8 y los 15 años) y 12 euros (mayores de 65 años y jubilados).