La visita más dulce de la Navidad está en este pueblo de Sevilla
Conocido por la elaboración de mantecados, Estepa tiene también un museo donde recrea en chocolate ciudades de todo el mundo. Este año estrena la aldea del Rocío, elaborada con 2.000 k de este suculento manjar
Palabras mayores en lo que a elaboración de dulces se refiere, la localidad sevillana de Estepa elabora anualmente en torno a 15 millones de kilos de mantecados y polvorones, lo que la convierte en una suerte de despensa de la Navidad.
Lo que no todos saben es que una de sus fábricas de mantecados esconde en su interior un particular museo que recrea, a golpe de chocolate, frutos secos y miel, ciudades y lugares de todo el mundo.
El pueblo dulce de la Navidad
En la campiña sevillana, a poco más de una hora de la capital, el ‘el balcón de Andalucía’ como se la conoce por estar situada en lo alto del cerro de San Cristóbal, desde donde se divisan espectaculares vistas de toda la comarca y sus campos de olivares, en Estepa se elaboran mantecados y polvorones al menos desde el siglo XVI.
Si hay un nombre propio ligado a la tradición ese el convento de Santa Clara, fundado en 1559, donde se vienen elaborando dulces desde hace 400 años, como atestiguan sus archivos documentales.
Hoy son una veintena de empresas, la mayoría de carácter familiar, las que elaboran mantecados y polvorones, de las que 19 pertenecen a la IGP Mantecados de Estepa y Polvorones de Estepa que vela por su calidad, entre las que se encuentra La Estepeña, una casa fundada en 1858 como confitería y bombonería y hoy uno de los referentes locales en la elaboración de mantecados, con una producción de millones de estos dulces anualmente.
Además, esta pequeña fábrica ubicada en la calle Almendra de Estepa guarda un dulce secreto en su interior, en este caso elaborado íntegramente en chocolate.
Materialización del sueño infantil (y adulto) desde que leyésemos Hänsel y Gretel, el clásico cuento recogido por los hermanos Grimm, y que nos hacía soñar con una casita elaborada íntegramente de chocolate, La Estepeña ha creado toda una Ciudad del Chocolate a base de kilos y kilos de cacao, así como la inventiva y el tesón de sus maestros chocolateros.
Ciudad del Chocolate La Estepeña
La elegancia de París, la moderna Londres, la mítica Venecia o la monumental Roma han sido algunas de las últimas protagonistas de la Ciudad del Chocolate que cada año recrea este museo, escenas esculpidas por artistas chocolateros con más de 2.000 kg de chocolate puro.
Y si el año pasado la novedad era una aldea del Rocío en versión chocolate, en esta ocasión se amplía la temática al recrear toda una escena como es el traslado de Nuestra Señora del Rocío desde su ermita a su pueblo, una escultura que toma forma gracias a 2.000 kilos de chocolate y que se extiende por una superficie de 60 metros cuadrados.
José Galván, tercera generación de la familia y actual responsable de La Estepeña, es el ideólogo de esta iniciativa, que este año pasa de reproducir un escenario a escenificar un momento tan importante para la localidad onubense como el traslado de la patrona de Almonte, algo que se da una vez cada siete años.
La aldea rociera, versión chocolate
Todo en la enorme escultura es de chocolate: desde la arena rociera a las campanas de la ermita, pasando por los visitantes y la Virgen.
Para hacerla realidad, además de 7 meses de trabajo, se emplean más de 2.000 kilos de chocolate negro, blanco y con leche.
En cuanto al proceso, explica Galván, se hacen primero moldes de cada parte en positivo, de los que después se saca el negativo en plástico y el positivo en chocolate. Los diferentes elementos se van uniendo con chocolate líquido hasta formar la escena.
La aldea rociera en chocolate se puede visitar en las instalaciones de La Estepeña dentro de un recorrido que incluye también el Museo del Mantecado, donde se representa cómo se fabricaban los polvorones y mantecados en el siglo XIX, la Sala de Bombonería, con maestros chocolateros trabajando, la planta de fabricación, que se ‘sobrevuela’ gracias a una pasarela aérea de 250 metros de longitud y, este año, también una serie de figuras animatrónicas de temática navideña.
Además, un mapping 3D permite conocer los orígenes y la historia de la empresa, uno de los referentes en el sector del mantecado.
Un pueblo que vive por la Navidad
La aldea rociera en chocolate es un atractivo más para visitar Estepa, una ciudad que se vuelca con la Navidad, cuando miles de visitantes acuden para adquirir sus famosos mantecados y polvorones en los más de 50 puntos de venta que existen.
Para acompañar la visita (y el apetecible olor a almendras tostadas y canela molida que se respira en cada rincón), el pueblo luce un hermoso alumbrado navideño que, además, es de los primeros en Europa en encenderse.
Este año, y desde el pasado 3 de noviembre, ya se puede disfrutar de la iluminación, con 500.000 puntos de luz distribuidos por sus calles, así como un gran árbol para convertir la ciudad, explican sus responsables, en la “luz de la Navidad”.
Además, la localidad, que cuenta con el título de Conjunto Histórico-Artístico y una historia que se remonta a Neolítico, con pobladores cartagineses, romanos, musulmanes y cristianos, merece una visita en cualquier momento del año.
Preciosas calles de la Libertad y Torralba, esta con el nombre de una famosa bandolera, en el casco histórico, la barroca Torre de la Victoria, de estilo barroco, la Capilla de Montserrat, dentro de una antigua torre molinera, los restos de la alcazaba con la Torre del Homenaje, la Ermita de la Asunción, la Casa Palacio del Marqués de Cerverales o la iglesia de Santa María son algunos de los imprescindibles.