El renacer de una azotea secreta: así es el nuevo Club Financiero Génova en Madrid
En el corazón de Madrid y con vistas 360º al skyline de la ciudad, la azotea del Club Financiero Génova emprende nuevo rumbo: te damos las razones por las que debes conocerlo cuanto antes
Ocupando las plantas 14 y 15 del Centro Colón, en el histórico distrito financiero de Madrid y con vistas 360º al skyline de Madrid, la azotea del Club Financiero Génova ha sido durante los últimos 50 años punto de encuentro clave reservado a socios e invitados, un lugar donde empresarios, directivos o políticos hacían networking o tenían sus momentos de ocio. Hasta ahora.
Una nueva etapa del mítico club social y empresarial madrileño, fundado por Juan Garrigues Walker a imagen de los que existían en Inglaterra y EEUU como el Racquet Club e inaugurado el 5 de mayo de 1973, acaba de abrir por primera vez sus puertas a los no asociados con un concepto renovado.
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El medio siglo del Club Financiero Génova
Con el mismo espíritu de su fundación -que comparte con más de 70 clubes corresponsales en 46 países de todo el mundo- y la finalidad de fomentar las relaciones entre sus asociados y ser foro de opinión en el campo empresarial y profesional, el Club Financiero Génova mantiene la esencia de los clubes de los siglos XIX y XX y la adapta al siglo XXI, ahora de la mano de Azotea Grupo y Familia La Ancha.
Una carta basada en la tradición y un espacio para eventos están ya disponibles para recibir de nuevo a sus socios y también al público general que, por primera vez en 50 años, tiene ocasión de acceder a esta selecta localización (siempre reserva previa, bajo condiciones de días y horarios y respetando la política de admisión del club).
Con 2.800 metros cuadrados repartidos en dos plantas del Centro Colón (Marqués de la Ensenada, 16), el piso 14 del edificio acoge una zona de trabajo exclusiva para socios, dos comedores y dos barras y terrazas desde las que se puede disfrutar impresionantes panorámicas de Madrid.
Tras la renovación de espacios firmada por Arquitectura Invisible y la interiorista Alejandra Pombo, en la azotea de la planta 15 se ofrece una propuesta de coctelería de autor con una carta de picoteo en una atmósfera más distendida de mesas altas y sofás con vistas sobre los tejados de Madrid que incluyen, en primer término, la Plaza Colón y la Biblioteca Nacional.
Nueva vida del club
Azotea Grupo (la Azotea del Círculo, Núbel, Picalagartos, El Cuartel del Mar o Justa Rufina) y Familia La Ancha están detrás de esta nueva etapa del club con la que, según su presidente, Antonio de las Heras “hemos querido recuperar los valores que siempre adornaron a este club de negocios, modernizándolo y llevándolo al siglo XXI”.
Por primera vez en 50 años de vida, el Club Financiero Génova recibe a no asociados en su restaurante y su azotea
En línea con el lujo y la excelencia con los que nació, ahora suma una nueva oferta de ocio y gastronomía con el sello de Familia La Ancha, el centenario grupo de restauración que gestiona establecimientos como La Ancha, Las Tortillas de Gabino, Fismuler y Armando (ambos con sede en Madrid y Barcelona), Molino de Pez en Barcelona, y The Omar e Hijos de Tomás en el Hotel Thompson Madrid.
Con Nino Redruello, cabeza visible y cuarta generación de Familia La Ancha al frente, y un proyecto tan diferente a lo que supone un restaurante a pie de calle en el que “ocurran y se ofrezcan cosas que no se pueden encontrar en otros lugares”, se ha diseñado una oferta que cubre mediodía y noche y que ahora, por primera vez, se enfoca tanto a socios como no socios del club.
Nuevo espacio gourmet en la Plaza de Colón
Partiendo de esta reflexión, Ridruello ha diseñado una carta amplia que bebe de los más de 100 años de tradición de Familia La Ancha, en dos antiguos recetarios (de 1499 y 1920, respectivamente) y en algunas de las históricas casas de comidas madrileñas.
Sus célebres croquetas de jamón o una versión de la famosa tortilla Velazqueña, con salsa de callos, jamón, trufa o caviar están ya entre sus propuestas, así como la ensalada de San Isidro y el calamar de anzuelo ‘a lo Sochantre’.
También otros platos de regusto tradicional como el arroz al horno de pitu de caleya, los garbanzos glaseados con ternera y cigalitas, la merluza rebozada en salsa verde con berberechos o las albóndigas de ternera de Ávila, así como la dorada salvaje en tartar, las anchoas de Guetaria en salmuera, las alcachofas y los espárragos blancos de Tudela.
Además de la carta, funciona un menú de mediodía (45€) con tres primeros y tres segundos a elegir, postre y una bebida
Además, guiños a la historia culinaria de Madrid como el caldo consumado que calentaba el alma y la conversación del mismísimo Valle-Inclán en el mítico Café de la Montaña, ubicado en la Puerta del Sol a finales del siglo XIX; una interpretación del memorable bistec del Café de Fornos, en la calle Alcalá; el lenguado rebozado que preparaban en Casa Aroca o el rape a la Jacobina, un homenaje a la familia Hormaechea con receta del propio Sacha.
Entre los postres caseros no faltan la aclamada tarta de queso de Fismuler, con toques de queso azul y ahumado, y clásicos de la repostería burguesa ya casi desaparecidos de la restauración como el soufflé Alaska (relleno de helado) o la isla flotante, una especie de merengue sobre crema inglesa.
Además de la carta y solo para los socios del Club, funciona un menú de mediodía (45€) con tres primeros y tres segundos a elegir, postre y una bebida.
Cócteles de altura
El exquisito servicio en sala es responsabilidad de David Aguilar y el que fuera jefe de sala de Santceloni durante diez años, Tomás Álvarez.
La bodega refuerza la exclusividad y singularidad propia de un club privado con una selección de más de 200 referencias nacionales e internacionales de múltiples denominaciones de origen, así como una especial atención a los vinos espumosos, cuidadosamente escogidos por la sumiller Alba Mozo.
Luca Anastasio, respetado mixólogo con más de 18 años de experiencia, firma la coctelería en esta nueva etapa del Club Financiero Génova que incluye cócteles de autor sin olvidar mezclas clásicas.
Es una coctelería que evita zumos o purés y se centra, en cambio, en los destilados premium, los vermuts artesanales o los mejores bitters. “Lo que buscamos son tragos sobrios y limpios, pero muy bien balanceados y que puedan maridar con la carta del Club. Estamos hablando de cócteles que, muchos de ellos, han estado olvidados y son nombres que en su época tuvieron mucha demanda y ahora los hemos rediseñado”, apunta el Anastasio.