7 rutas para enamorarse de Girona y la Costa Brava caminando
Al pie del mar, entre bosques y antiguos volcanes dormidos o atravesando preciosos pueblos de piedra, estas rutas son todo lo que necesitas para disfrutar del otoño en Girona
Ni la Costa Brava es solo para el verano ni el Pirineo de Girona es territorio exclusivo del invierno. Durante cualquier época del año, pero quizás especialmente en otoño, la provincia de Girona se desvela como un tapiz multicolor ideal para descubrir caminando.
Senderos entre montañas, serpenteantes caminos de ronda que bordean el Mediterráneo o paseos entre bosques que brillan con los colores otoñales, el magnífico entorno natural atesora infinitos kilómetros de sensaciones magníficas que permiten respirar libertad en todo tipo de rutas, excursiones y travesías.
Estas son algunas de las mejores para enamorarse de la Costa Brava y el Pirineo de Girona caminando.
Camino de ronda de Blanes a Tossa de Mar
Empezamos precisamente por uno de los hermosísimos caminos de ronda, los antiguos senderos de salvamento para marineros y pescadores que naufragaban y más famosos por ser utilizados por contrabandistas.
Entre los más de 200 km de estos caminos asomados al Mediterráneo que se extienden entre Blanes y Portbou, muchas veces solapados con el sendero de gran recorrido GR-92, nos quedamos con el camino de ronda de Blanes a Tossa de Mar.
De 21 km, alterna tramos a orillas del mar, impactantes panorámicas desde acantilados, escaleras talladas en piedra, bosques mediterráneos, calas y pequeñas playas con una llegada a Tossa de Mar a través de la Vila Vella que es un auténtico regalo para la vista.
Aunque puede hacerse en un solo día, también puede dividirse en dos partes para disfrutar con más calma de lugares como el castillo de Sant Joan, en la bahía de Blanes, o de las atalayas con vistas de postal en el santuario de Santa Cristina de Lloret de Mar.
Ruta en Fageda d’en Jorda
La Garrotxa, territorio formado por cuarenta volcanes extinguidos como los de Santa Margarida y el Croscat que hoy se muestran tapizados por bosques de encinas, robles y hayas ofrece todo tipo experiencias para para realizar, desde probar el licor ratafía y las célebres legumbres de la región, como las mongetes o fesols que se sirven en el cercano pueblo de Santa Pau a recorrer la Fageda d’en Jorda.
Se trata de un hermosísimo hayedo que creció en un antiguo campo de lava del volcán Croscat.
La ruta, de 12 km, comienza a las afueras de la villa medieval de Santa Pau, desde donde arranca un pronunciado ascenso hacia el volcán de Santa Margarida, donde descansa una ermita románica del mismo nombre.
La bajada deja ver algunas masías características de la zona antes, ya sí, de adentrarse en el famoso hayedo. Una vez atravesado, volvemos a reencontrarnos con las laderas volcánicas, donde admirar los conos volcánicos y sus curiosas formaciones (grederas).
Ruta de los humedales de La Puda y Las Estunes
Una tarde otoñal y el entorno del lago de Banyoles en capital de la comarca del Pla de l’Estany es, sin duda, una apuesta ganadora, más aún si se añade a la ecuación un paseo por sus espectaculares alrededores.
Un recorrido de pocos kilómetros permite visitar la fuente de La Puda y sus aguas de propiedades curativas, el paraje natural de Les Estunes, varias lagunas y una zona habitada por cigüeñas blancas y búfalas de agua que ayudan al mantenimiento de los humedales.
En total, un paseo de 45 minutos perfecto para hacer en familia y descubrir para la parte más mágica de este lago.
Ruta del Vall de Noufonts
Rodeado de montañas de hasta 3.000 metros de altura y un entorno natural extraordinario, la Vall de Núria es el destino ideal para conocer algunos de los picos, lagos y saltos de agua más bonitos del Pirineo de Girona.
La experiencia comienza antes incluso de echarse a andar, con el acceso a través del tren cremallera que ya durante el camino permite disfrutar de excelentes vistas
Desde la Vall de Núria existen varias caminatas, como el itinerario circular que conduce al pico de Noufonts, el segundo más alto de la zona con más de 2.800 metros de altitud, y el Pico de Eina (2.789 metros), justo en la frontera entre Cataluña y Francia.
De alrededor de 11 km y con tramos compartidos con el GR-11, la ruta remonta el río Noufonts cruzando puentes como el de l’Escuder y nos acerca al Coll de Noufonts y a cima del Eina para volver, entre fuertes desniveles y tramos propios de alta montaña, al punto de partida.
La Ruta del Ter
Uniendo los Pirineos y el mar Mediterráneo se desliza por el extremo nororiental de Cataluña el río Ter dejando a su paso paisajes increíbles que pueden descubrirse en una ruta de 200 kilómetros andando que sigue todo el curso fluvial desde su nacimiento en Ulldeter, a más de 2.200 m de altura, hasta que llega al mar en Torroella de Montgrí-L’Estartit, en plena Costa Brava.
Por su extensión, resulta una ruta idónea para realizar por etapas.
Travesía por la Sierra de Monestirs
Esta travesía de cerca de 65 kilómetros que se realiza en seis etapas permite descubrir el patrimonio natural, histórico y cultural del Ripollès, en los valles de Ripoll, Ribas y Camprodón en el Pirineo de Girona.
Con inicio y final en la localidad de Ripoll, y con el ascenso al Taga (2.040 m), la cima más alta de la sierra, la ruta circular por la Sierra de Monestirs rodea la Serra Cavallera mientras permite conocer los pueblos y tradiciones de la zona, así como el Monasterio de Ripoll o el monasterio de Sant Joan de les Abadeses.
Ruta de la Pedra Seca de Llançà
Desde la localidad de Llançà en la comarca del Alt Empordà parte una ruta de senderismo perfecta para conocer diferentes construcciones de piedra seca, una arquitectura tradicional de los siglos XVII al XIX caracterizada por no emplear ningún material de unión como el mortero para encajar las piedras de diferentes tamaños dispuestas horizontalmente y muy presentes en paisajes agrícolas y ganaderos donde predomina el olivo, la viña, el almendro y los cereales.
A lo largo de esta ruta circular de 5 km y alrededor de dos horas de duración, se pueden observar márgenes, muros y barracas de viñedos en piedra seca, pero también puentes, caminos empedrados, palomares o canales de agua.