7 rutas para enamorarse del País Vasco caminando
De la escenográfica estampa de San Juan de Gaztelugatxe al salto de agua más alto de toda la península ibérica, estas rutas son ideales para descubrir el País Vasco a pie
Costas y acantilados, cimas, valles, bosques, cascadas o viñedos. Caminar permite conocer el País Vasco de otra manera. Paso a paso se desvelan pueblos y paisajes naturales que, además, se recorren a ritmo lento, con paradas en rincones menos conocidos y espectaculares vistas y, sobre todo, con la calma necesaria para conocer a fondo la cultura, la historia, la gastronomía y la diversidad del territorio.
De San Juan de Gaztelugatxe a los humedales del Urdaibai y de Rioja Alavesa a la cascada más alta de la península ibérica, estas son algunas de las mejores rutas para conocer el Euskadi caminando.
San Juan de Gaztelugatxe
En la provincia de Vizcaya, San Juan de Gaztelugatxe es uno de los lugares mágicos de la Costa Vasca, un pequeño islote cincelado por el mar y el viento sobre la roca y al que se accede por un singular puente de piedra y una escalinata de 241 peldaños.
Entre las localidades costeras de Bakio y Bermeo, escenario de piratas, aquelarres y leyendas y plató de excepción de todo tipo de producciones audiovisuales (entre ellas la mítica Juego de Tronos), Gaztelugatxe es también el punto inicial de una hermosa ruta por el litoral.
Así, después de admirar sus increíbles vistas y tocar tres veces la campana de la ermita para atraer la buena suerte y ahuyentar los malos espíritus, busca un sendero que recorre la costa en paralelo hasta llegar al Faro de Matxitxako.
Con poco más de 5 km pero bastante desnivel, permite ver espectaculares panorámicas de San Juan de Gaztelugatxe antes de llegar al faro (en realidad, son dos, el viejo y el nuevo), ubicado estratégicamente en uno de los puntos más salientes de la cornisa cantábrica, en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Paseo por Sakoneta
En la costa franja costera entre los municipios guipuzcoanos de Deba, Mutriku y Zumaia se extienden 13 km de litoral con acantilados y verdes prados que protegen impresionantes formaciones de capas rocosas: el flysch, un fenómeno geológico que condensa 60 millones de historia geológica del planeta.
En paralelo a la costa, con vistas a estas láminas de rocas creadas por la acumulación de sedimentos durante miles de años y que se adentran en el mar en forma de crestas, un paseo permite recorrer esta parte del litoral, incluido en el Geoparque de la Costa Vasca, donde las tonalidades verdes de la montaña se funden con los azules del mar y del cielo.
Entre los más espectaculares se encuentra el tramo de Sakoneta y Mendata, unos 4,7 km por el sendero PR-Gi 5001 que avanza por el borde mismo de los acantilados y se asoma a pequeñas calas, murallas de roca, arroyas que saltan en cascada y una de las mayores rasas mareales del Cantábrico.
El salto del Nervión
Entre las provincias de Álava, Burgos y Vizcaya se localiza la cascada más alta de la península, un impresionante salto de agua de 270 metros de caída libre donde el río Nervión se precipita contra la pared de piedra de la montaña y el fondo del barranco.
Enmarcado en el paisaje del Monumento Natural Monte Santiago, al que se accede por Burgos, hay varias rutas para acceder a este punto, entre ellas la carretera A-2625 desde la localidad vizcaína de Orduña.
Hay varias rutas (lineales y circular, de mayor y menor longitud) pero, en cualquiera de ellas, tendrás la experiencia de atravesar el bosque mientras vas oyendo, cada vez más cerca, el rumor del agua, hasta el momento en que los árboles desaparecen para dejar a la vista esta impresionante caída de agua.
Es importante saber que la cascada es estacional o, lo que es lo mismo, no siempre lleva agua, por eso merece la pena informarse previamente si el Nervión tiene caudal por esta zona en el momento de ir ya que, si está seco, encontraremos solo un gran desfiladero sin agua. Los momentos del deshielo, después de una gran tormenta o de varios días consecutivos lloviendo son los mejores para asegurarse disfrutar de este espectáculo natural.
Macizo de Itxina
Dentro del Parque Natural de Gorbeia, entre Álava y Vizcaya, el macizo de Itxina es un magnífico ejemplo de formación kárstica, donde el agua ha ido, a lo largo de los siglos y los milenios, tallando las rocas calizas hasta dar lugar a impactantes y profundas hendiduras.
Una ruta circular por el Macizo de Itxina que parte del área de Pagomakurre, en la localidad de Areatza, permite recorrer, a través de algo más de 9 km, algunos de sus rincones más impresionantes.
Así, entrando por el conocido como Ojo de Atxular, que actúa de puerta natural, se va abriendo un mundo mágico de paisajes y rincones increíbles que sirven de hogar, según las leyendas locales, a los seres mitológicos más representativos de Euskadi. Es el caso de la cueva de Superlegor y la Gran Grieta, algunas de las más de 500 cavidades excavadas por el agua en el monte Gorbea.
Bosque Pintado de Oma
Otro de los paseos más curiosos que pueden realizarse en Euskadi es el del Bosque Pintado de Oma, un lugar donde la belleza natural sirvió de lienzo a una intervención artística llevada a cabo por el escultor y pintor bilbaíno Agustín Ibarrola en 1984.
Ubicado en pequeño barrio de Oma, en Kortezubi, cerca de las Cuevas de Santimamiñe, este bosque encantado fue el marco para una relación entre naturaleza y arte, una suerte de lienzo donde el pintor dejó huellas en árboles y piedras trazando una línea entre la obra de los primitivos artistas del Paleolítico y los referentes del moderno land art.
Tras décadas recibiendo visitantes y a causa de una enfermedad en los pinos que integraban la composición, en 2020 el enclave fue cerrado y comenzó a buscar un nuevo emplazamiento para la obra.
En la fase final de los trabajos (se espera que el nuevo Bosque de Oma esté abierto este mes de octubre), la nueva localización, en Urdaibai, está muy próxima a la anterior, con orografía y distribución de los árboles que permite respetar en lo posible la obra original.
Tiene un total de 13 hectáreas y alrededor de 800 árboles intervenidos en 33 conjuntos.
Los trabajos han sido supervisados por restauradores, expertos forestales y artistas, así como el hijo de Agustín Ibarrola y, si biene está cerrado al público general, durante todo el proceso se han realizado algunas visitas guiadas que han permitido ver el avance.
De largo recorrido: la ruta del vino y el pescado
Palabras mayores son las rutas que discurren a lo largo de los senderos GR (Gran Recorrido) que permiten conocer zonas mucho más amplias de Euskadi.
Es el caso del GR38, conocido también como la Ruta del Vino y el Pescado sobre una antigua vía de conexión de 166 kilómetros que atraviesa los valles del País Vasco de norte a sur, desde el puerto de Bermeo hasta los viñedos de Oyón, en Rioja Alavesa.
Una ruta que debe su nombre a que por sus cuestas transitaban carretas cargadas de pescado fresco o en salazón que se distribuía por los pueblos y que, regresaban, de vuelta al Cantábrico, cargadas con vino, trigo, vinagre y sal.
Perfecta para realizarla a lo largo de varias etapas, a lo largo del recorrido se pueden ver hermosas villas como Laguardia, capital vitivinícola de Rioja Alavesa, Otxandio, Durango, Guernica o Bermeo, atravesar la Sierra de Cantabria, pasear entre viñedos, bosques y campos de cereal, visitar yacimientos prehistóricos como el de Mendalandia o vadear los pantanos de Ullíbarri-Gamboa o Albina.
Ruta del queso Idiazabal
Puede que el nombre de GR283 no diga mucho, pero seguramente sabremos ubicarlo si sabemos que coincide con la Ruta del queso Idiazábal.
Perfecta para maridar senderismo y gastronomía (o, lo que es lo mismo, andar y comer), este itinerario recorre 96 km en una ruta circular que permite descubrir asombroso paisajes y conocer al tiempo todo el ciclo productivo del queso Idiazábal: los parques naturales donde pastan las ovejas, las queserías donde se elabora el queso y los mercados donde se vende.
Pensada para hacer en 6 días con etapas de entre 12 y 23 km, la ruta cruza tres valles de Guipúzcoa Goierri, Urola Garaia y Deba Goiena, y permite acceder a los parques naturales de Aizkorri-Aratz y Aralar.