De mantecados a sushi: 6 conventos para comprar y comer (muy bien) en Granada

Gloria bendita es lo que sale de las cocinas de estos conventos y monasterios en Granada que, más allá de mantecados, alfajores y roscos de anís, incorporan a sus menús sushi, noodles y tonkatsu

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Carmelitas, agustinas, dominicas, jerónimas, cistercienses o clarisas. Si algo tienen en común muchos de los conventos de monjas de clausura es la elaboración de dulces. Con recetas en muchos casos de siglos de antigüedad, es frecuente que de sus tornos salgan delicias que van de los mantecados a los roscos de anís, nevaditos, higos de monja, alfajores, pastas, chocolates, turrones, mermeladas o polvorones.

Sin embargo, la aparente quietud de las cocinas conventuales no está reñida con la innovación. En la ciudad de Granada y con la misma máxima de siempre, ora et labora, las religiosas han sido capaces de modernizar sus productos y menús, abriéndolos a influencias de otras regiones y países.

Así, tras el obligado “Ave María Purísima” frente al torno, se abre ahora un universo de sabores y propuestas que van desde mermeladas para el desayuno a galletas para la merienda, pasando por arroces caldosos y guisos de pollo, pero también noodles y sushi.

Sushi y mantecados en el Monasterio de Monasterio de las Carmelitas del Realejo (Granada)
El sushi convive con los mantecados en el Monasterio de las Carmelitas de Granada. Foto: Miguel Ángel Molina | EFE.

Sushi en las Carmelitas del Realejo

La falta de vocaciones propias y la llegada de monjas de otras latitudes al convento de Las Carmelitas del Realejo en Granada (Calle Monjas del Carmen, 8) permitió dar un giro a la tradicional oferta de dulces típicos para ofrecer nuevos sabores.

Con la llegada de cinco hermanas de Filipinas llegaron también nuevas recetas, ahora transformadas en platos para llevar que van desde noodles a sopa picante, sotanghon, sushi y batidos exóticos de mango y fruta de la pasión.

En total, una treintena de opciones que han resultado un auténtico éxito en este monasterio fundado hace más de cinco siglos y ubicado en la encrucijada de calles y plazuelas.

El ushi, los noodles o el sotanghon que elaboran las Carmelitas Descalzas del Realejo en Granada
Sushi, noodles o sotanghon conviven con dulces conventuales. Foto: Miguel Ángel Molina | EFE.

Los pedidos pueden hacerse por teléfono y se recogen en el consabido torno con precios de entre 5 y 15 euros por ración. El más aclamado, el sushi, pero también se prepara tonkatsu (cerdo empanado con un toque japonés), sizzling tofu (tofu mezclado con pimientos morrones, ajos cebolla y salsa de ostras) o rollitos vegetarianos.

Pese al boom de la cocina asiática, la congregación sigue elaborando y sirviendo mantecados y pastas tradicionales, todo un clásico en estas fechas navideñas.

Pastela nazarí en la Encarnación

En la calle San Jerónimo granadina, en el Convento de la Encarnación es posible conseguir, aunque solo por encargo, la pastela nazarí o moruna, una buena opción para el aperitivo.

Plato andalusí por excelencia, fue muy común en el reino nazarí de Granada desde el siglo XIII (se consideraba un plato noble o sarif). Consiste en una pasta fina que envuelve carne de ave desmigada con cebolla y almendras (u otros frutos secos).

En el Convento de la Encarnación es posible adquirir, aunque solo por encargo, la pastela nazarí o moruna

Además, también elaboran dulces conventuales, con especialidades como magdalenas, bizcochos y tocinillos.

De menú en las Comendadoras de Santiago

Primera fundación de religiosas femeninas de Granada, el convento de las Comendadoras de Santiago se creó en 1501 gracias al apoyo de los Reyes Católicos en unos terrenos de la calle Santiago que habían pertenecido a la madre de Boabdil.

Casa de comidas convento Comendadoras de Santiago en Granada
Casa de comidas en el convento de las Comendadoras de Santiago. Foto: Turismo de Granada.

Actualmente en la calle Paco Seco de Lucena, entre los números 11 y 15, cuenta con una casa de comidas que se abre en un espacio tranquilo y ajardinado donde se sirven recetas deliciosas y tradicionales como arroz caldoso, pollo asado, conejo, bacalao y postres caseros.

El convento, plagado de historia (de aquí partía el Camino Mozárabe a Santiago) dispone también de una hospedería que admite huéspedes (a partir de 20 euros por cama, noche y desayuno).

Además, las monjas realizan todo tipo de dulces conventuales que van de cordiales a higos de almendra con chocolate, roscos de ajonjolí, torta de Santiago, anguilas, magdalenas, mantecados, roscos aceitones, roscos de vino o naranjas con chocolate, entre otros.

Higos de almendra en chocolate
Higos de almendra en chocolate de las Comendadoras de Santiago.

Dulces navideños en Santa Isabel la Real

Aunque es posible encontrar postres y dulces en muchos conventos de Granada, es cierto que las semanas previas a la Navidad las ventas se disparan.

Entre los más demandados, las magdalenas, roscos, pestiños, mazapán y castañas en el Convento de Santa Isabel la Real (Calle Santa Isabel la Real, 15), fundado por los Reyes Católicos mediante Carta de Privilegio en 1501 y que encontramos en el barrio del Albaicín.

Mostachones en San Jerónimo

Y también de exquisitos dulces podría presumir el Monasterio de San Jerónimo de Granada (Calle Rector López Argüeta, 9). Los que no hay que perderse: mostachones, tocinillos, hojalderes, confituras y mermeladas.

Tocinillos de cielo en el Monasterio de San Jerónimo (Granada)
Tocinillos de cielo en el Monasterio de San Jerónimo.

Trufas y huesos de Santo en Santa Catalina de Zafra

Una referencia más en esta ruta dulce la encontramos en el Convento de Santa Catalina de Zafra (Rector López Argüeta, s/n). Ubicado en el Albaicín, en la Acera del Darro, destaca por sus yemas, bizcochadas, trufas de chocolate, cuajadas y huesos de Santo, aunque también elaboran bombones de coco, mantecados o almendrados. Para indecisos, cuentan con surtidos de kilo.

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