Las 10 mejores playas de Tarragona para un verano en clave mediterránea
De la desembocadura del Fox hasta el Delta del Ebro, recorremos la Costa Dorada en busca de sus mejores playas y calas
Al sur de Cataluña, entre la desembocadura del río Fox y el Delta del Ebro o entre las localidades de Calafell y Alcanar (Tarragona) se extienden los 81 km de litoral que conforman la Costa Daurada o Costa Dorada, con más de 60 playas y calas que tienen un denominador común: la arena fina y dorada de la que toma su nombre.
Hasta 35 de sus playas ostentan este año la Bandera Azul, una menos que en 2022 (ya no ondeará en la de Parc de Garbí en La Ràpita).
De aguas tranquilas y cristalinas, preciosos entornos naturales y pueblos que rebosan vida en temporada veraniega, ya sea en forma de vastos arenales o de preciosas calas, estas son las 10 mejores playas de la Costa Dorada para un verano en clave mediterránea.
Cala Canyadell, Torredembarra
Al norte de la provincia de Tarragona, la localidad de Torredembarra es un compendio de todo lo bueno de la Costa Dorada: un patrimonio cultural y monumental de considerable importancia, una gastronomía sabrosa y variada, una gente local hospitalaria y, por supuesto, buenas playas en las que refrescarnos
Entre las posibilidades, nos quedamos con la Cala Canyadell, a la que se accede tras recorrer el sendero que atraviesa los acantilados del Roquer, unas paredes rocosas que alcanzan los 25 metros de altura.
Canyadell es la más salvaje de las playas de Torredembarra. Pequeña (no tiene más de 60 metros de largo), pero de gran belleza. Junto a ella se encuentra un moderno y vistoso faro que data del año 2000.
Otras playas en Torredembarra son la de Els Muntanyans, de 2 km de longitud y donde se alternan dunas y marismas, la de Baix a Mar, en el barrio de pescadores de Torredembarra, y la Paella, la más cercana al centro de la localidad.
Cala Jovera, Tamarit
En la desembocadura del río Gaià, Tamarit era un pueblo elevado sobre un promontorio rocoso del que aún hoy quedan pie restos del antiguo recinto amurallado y el castillo, un conjunto que data del siglo XI formado por las viejas prisiones municipales, la iglesia de la Asunción, la vicaría, la casa del Comú, la plaza y dos torres, entre otras.
Precisamente este original conjunto preside la playa a sus pies, llamada Cala Jovera o, directamente, playa de Tamarit.
Además de este espectacular telón de fondo y aunque no es muy extensa (aproximadamente 90 metros), destaca por sus aguas transparentes y preciosos fondos que invitan al baño y al relax.
Cala Fonda o Waikiki, Tarragona
A 6 km al norte de la ciudad de Tarragona se encuentra una playa que bien podría estar en Hawái. De hecho, su vista paradisíaca le ha valido el sobrenombre de ‘Waikiki’.
De 200 metros de largo y arena fina, con acceso desde la carretera N-340 o desde la playa Larga de Tarragona, se trata de una playa virgen que ha logrado mantener todo su encanto, enmarcada por el frondoso bosque de la Marquesa y aún preservada de multitudes.
Cala Fonda forma parte, de hecho, de un espacio protegido que llega hasta la Punta de la Mora y que engloba un litoral formado por rocas, acantilados y preciosas playas salvajes.
Cala Forn, l’Ametlla de Mar
Apenas 80 metros de longitud le sirven a Cala Forn para ser uno de los destinos preferidos de la localidad de l’Ametlla de Mar y una de las mejores playas de la Costa Dorada.
Su nombre se debe a un antiguo horno romano que se establecía en las inmediaciones y se ubica a 6 km al norte de la localidad, en la urbanización Tres Calas.
Entre bosques, rocas y cañizales emerge este rincón de aguas increíblemente turquesas, con barquitos habitualmente fondeados en sus aguas tranquilas y cristalinas.
Cuenta además con chiringuito, puesto de socorrista, tumbonas y alquiler de patines de agua o kayaks con los que recorrer la costa y admirar el entorno salvaje de la cala.
Cala Penya Tallada, Salou
Nos desplazamos ahora a Salou para conocer otra preciosa playa (y que probablemente no esperarías encontrarte en un destino tan turístico como este): la cala de Penya Tallada.
El mismo mar Mediterráneo baña los 60 metros de extensión de esta cala que no tiene nada que envidiar a las más bellas de la Costa Brava, con su arena fina y el acantilado en uno de sus costados (el otro es el de la roca cortada o penya tallada, una impresionante roca vertical que le da nombre).
Un entorno natural repleto de pinos y vegetación que contrasta con el azul del mar y el dorado de la arena completa la imagen de esta bellísima cala.
Cala Crancs, Salou
No dejamos Salou sin conocer otro precioso arenal de la Costa Dorada. Ubicada en el faro de Salou, a unos 6 km del centro de la localidad y también apartada de los circuitos más turísticos de este destino se encuentra la Cala Crancs.
Sus alrededor de 80 m de extensión se encuentran rodeados por acantilados y naturaleza que componen un entorno idílico para esta playa de arena fina que cuenta con servicios como duchas, baños, alquiler de hamacas, socorrista e incluso un buen chiringuito donde degustar deliciosos platos locales.
Playa de los Eucaliptos, Delta del Ebro
Ubicada dentro del Parque Natural del Delta del Ebro, a diferencia de la mayoría de las anteriores la Playa de los Eucaliptos es un extenso arenal de más de seis kilómetros de extensión.
En un entorno prácticamente virgen, y de finísima arena el paisaje lo componen dunas, arrozales y, como indica su nombre, bosques de eucaliptos.
Además, es fácil avistar aves como gaviotas, avetoros o moritos, aunque se observan mejor si se recorre el Delta del Ebro en un paseo en barco.
Playa de Santa Llúcia, El Perelló
Menos turística que otras localidades costeras de la provincia de Tarragona, El Perelló cuenta con 4 km de litoral que se pueden recorrer a pie a través del Camino de Ronda (sendero GR 92) y a la vez descubrir espectaculares paisajes.
Entre escarpados acantilados y vegetación emergen sus calas, como Cala Buena o Cala Moros y, algo más grande la playa de Santa Llúcia, esta de piedra fina y bordeada por un paseo marítimo qye se abre entre pinos y agaves.
Cala Calafató, l’Ametlla de Mar
Volvemos a l’Ametlla (y nos quedaríamos a pasar el verano) para conocer Cala Calafató, otra de las calas más bonitas de la Costa Dorada.
Localizada a unos 7 km al norte del pueblo, se trata de una idílica playa de arena fina de unos 60 metros enmarcada por acantilados rocosos y una vegetación entre la que sobresale el verde los pinos.
Casi salvaje, no tiene servicios, pero sus aguas cristalinas son un regalo para los amantes del snorkel, que disfrutarán de sus fondos rocosos y sus praderas de posidonia, un ecosistema en el que habitan cientos de especies animales y vegetales.
Playa Punta del Fangar, Delta del Ebro
Al norte del Delta del Ebro, la Punta del Fangar es una península de 7 km de largo por 3 km de ancho que se adentra en el mar.
Frente a otras zonas del Delta, ocupadas por arrozales y zonas verdes, aquí encontramos un auténtico desierto de dunas (de hecho, hasta se producen espejismos, un efecto óptico que, por ejemplo, hacer ver coches o bicicletas circulando por encima del agua) así como un icónico faro, La Faroleta.
La playa, que se extiende hasta la punta del Diamant, no dispone de ningún tipo de servicio y suele tener poca ocupación.
Por su aspecto semidesértico y virgen, constituye uno de los paisajes más singulares del Delta del Ebro. Antes de ir se recomienda informarse ya que en determinadas épocas del año el acceso a algunas zonas de la península es restringido.