La patronal valenciana aprueba el pacto PP-Vox por contemplar la infrafinanciación y bajada de impuestos
El pacto de gobierno entre PP y Vox tiene el aprobado de los empresarios. Esto significa únicamente que la declaración de intenciones se considera apropiada para el momento en el que estamos, es decir, cuando ni Les Corts están constituidas. Dos aspectos dan el aprobado automática al nuevo gobierno de Mazón y Barrera: la infrafinanciación y la bajada de impuestos.
La patronal autonómica CEV apunta: «En una primera valoración vemos que se contemplan iniciativas que son irrenunciables para la Confederación como un nuevo marco de financiación autonómico (a la que habría que añadir la condonación de la deuda generada por la infrafinanciación); la derogación de la tasa turística; la eliminación los impuestos de sucesiones y donaciones y el de patrimonio y una fiscalidad más competitiva con la reducción de determinadas tasas».
Los empresarios meten matices, como que habría que contemplar la supresión de nuevos impuestos medioambientales que se aplicarán en 2025, como los de grandes superficies, emisiones CO2 y circulación de vehículos. Destacan que se hable de una mayor agilidad administrativa y burocrática.
El principal borrón en el acuerdo es la ausencia de un compromiso con la industria. «Echamos en falta el apoyo expreso a la industria, que tiene un gran peso en nuestro territorio y está sufriendo los efectos de la escalada de precios energéticos y de materias primas – en especial la gasintensiva-; así como medidas enfocadas a los autónomos».
Por otra parte, desde la patronal apuntan que consideran «importante el impulso de la colaboración público-privada, de la que no se hace referencia; tampoco se contemplan medidas para la atracción de inversiones; así como de apoyo a la innovación o una apuesta decidida por la formación profesional y a la formación para el empleo».
Sin embargo, valoran: «estamos de acuerdo con la aprobación de un plan estratégico de protección y promoción del turismo; la protección ante la competencia desleal de países terceros para la agricultura, atendiendo al relevo generacional en el campo; así como la especial atención al comercio minorista, la protección a la pequeña y mediana empresa y la previsión de ayudas al tejido empresarial para hacer frente a los costes.de
Alegría en agricultura aunque hay dudas sobre Vox
El sector primario de la Comunitat Valenciana hay una importante satisfacción por el peso que tiene la agricultura, que de hecho aglutina nueve de los cincuenta puntos del acuerdo.
José Vicente Andreu, presidente de Asaja Alicante, apunta: «Los planteamientos iniciales que realizan son muy básicos y suenan bien al oído. Otra cosa será desarrollar políticas en esa línea lidiando con el control de las normas europeas». Carles Peris, presidente de La Unió, afirma: «El acuerdo está bien en términos generales. Ahora falta ver la gestión diaria y el presupuesto que tendrán para las políticas agrarias».
Fuera de micros, diversas fuentes empresariales del sector agrícola reconocen que esperaban que el PP asumiera las responsabilidades de agricultura. «Es cierto que si lo que se pretende es valentía y posicionamientos más enérgicos, el discurso de Vox cala entre los agricultores», apuntan, pero matizan: «Aquí el problema está en la gestión del agua, que se decide en Madrid, y en la PAC, el tratamiento en frío y los acuerdos con países terceros, que son cosas de Bruselas. ¿Quién es más fuerte allí? El PP tiene más experiencia que Vox».
Lo que todos coinciden es que, al margen de las siglas y el acuerdo presentado ayer, la clave real será la persona que dirigirá la consellería y su equipo. El factor que más se valora desde el campo es la experiencia que cada uno de ellos acredite.
En este mismo sentido están el resto de las fuentes empresariales consultadas. «Se han olvidado de la digitalización y de la descarbonización», apuntan otros. «No hay apoyo concreto a la industria», dicen otros. «Las grandes líneas que queremos están en la propuesta». Y todos ellos terminan la frase con «pero falta ver quién dirige cada consellería«. En el caso de la industria, que es uno de los aspectos olvidados en el pacto que más ha sorprendido, apuntan: «Prefiero un conseller que de verdad trabaje y con el que podamos construir cosas que la industria aparezca en varios papeles».