Apuesta valiente por el metal
En 2005 tuve la oportunidad de acceder a la presidencia de una de las federaciones sectoriales más relevantes del panorama empresarial valenciano, en una etapa en la que la coyuntura sonreía a nuestras empresas, y en especial a nuestra Comunitat.
Si echamos la vista atrás, en estos dieciocho años, hemos pasado de la euforia económica a acusar los duros envites de la gran recesión de 2008 y de una pandemia que provocó la mayor caída de la economía española en 85 años, y de la que aún perduran sus heridas económicas y emocionales.
Asimismo, en este extenso periodo hemos defendido incasablemente la importancia estratégica de nuestro sector ante los equipos de gobierno de cuatro presidentes de la Generalitat Valenciana, a los que hemos mostrado siempre lealtad, pero sin perder nuestros principios de funcionamiento regidos por la independencia, colaboración institucional, defensa de los intereses empresariales, servicio a la sociedad, transparencia y corresponsabilidad.
Un esfuerzo ingente que ha ido dando frutos paulatinamente, aunque no siempre todos los deseados, y que ahora en esta nueva legislatura confío se mantengan e incluso se intensifique la colaboración público-privada, porque sería un error dar un paso atrás en lo ya avanzado.
La esencia que define a FEMEVAL, independientemente de las circunstancias que nos toque vivir, es perseverar en la defensa de las empresas de la industria, comercio y servicios del metal a las que nos debemos. En este sentido, y dado que nunca se es lo suficiente insistente para conseguir un objetivo, nuestro mensaje seguirá siendo implacable en la vía del reclamo de lo que les compete.
¿Y qué pedimos? Una administración que nos respalde para dar continuidad a aquellas líneas de trabajo que tan buenos resultados están dando, como las actuaciones para promover la seguridad de las instalaciones o los Planes Estratégicos de la Industria Valenciana (PEIV) de empresas y sectores.
También esperamos una administración que sea proactiva en su apuesta, por la promoción del talento y la formación como valor estratégico; en la implementación del Plan Simplifica como parte de su promesa electoral y que tanto urge para reducir trámites burocráticos que asfixian a las empresas; en el retraso o eliminación de tributos que lastran la competitividad del tejido productivo; en aligerar la carga fiscal y en generar un mercado energético competitivo. Y una administración que sea la mejor aliada en la lucha contra la economía sumergida, en la defensa activa del diálogo social y que muestre especial sensibilidad por la industria auxiliar que ha crecido al calor del sector de automoción y componentes.
Asimismo, el nuevo Consell no debe olvidarse de liberar recursos suficientes para posicionar en primera línea de salida al metal dentro de los presupuestos para 2024, evitando aplicar la fórmula del “café para todos” para contentarnos. Porque, aunque todos los sectores son importantes, se ha de tener en consideración que somos uno de los núcleos principales de progreso y desarrollo de la economía valenciana, a la par del sector más productivo, más innovador, menos especulativo, generador de empleo cualificado, más exportador y abierto a los mercados globales.
La ecuación es sencilla. Si conseguimos que Administración y empresas trabajemos de la mano como socios necesarios sumando capacidades, conseguiremos fortalecer nuestra Comunitat.
En breve, en concreto el 28 de septiembre, tenemos una excelente oportunidad para hacer una puesta en común de nuestras solicitudes como federación y de estrechar lazos con el nuevo Consell en la gala de entrega de los XXI PREMIOS FEMEVAL, que presidirá el President de la Generalitat. Un buen punto de partida para empezar una andadura donde se apoye con valentía a las empresas de un sector, como el metal, con tanto futuro.