Ford mantiene empleo en Cleveland a costa de Almussafes
Ford ha decidido cancelar parte de la carga de trabajo que tenía asignada para Almussafes y derivarla a Cleveland (Estados Unidos). De este modo, se mantiene empleo en Estados Unidos mientras se reduce en España. El ERE de más de 1.000 personas en Almussafes no se presenta, por tanto, sólo por el fin de la producción de S-Max y Galaxy, sino que esta pérdida de producción en la planta de motores ha engordado la cifra del ERE.
Esta salida de producción de Europa hacia América se realiza para fabricar más cerca del punto de consumo. La repercusión que busca esta medida es la reducción de las emisiones de CO2, que son más altas en la medida que las piezas se tienen que transportar de uno a otro continente, cuestión que ocurre cuando la cadena de valor se encuentra distribuida por todo el mundo. Por tanto, estamos ante una medida de descarbonización que camina en paralelo a la electrificación y que concentra la actividad industrial en cada área geografica.
La medida de Ford se encuentra alineada con las medidas proteccionistas que ha puesto en marcha la administración Biden. El efecto local de la medida no es sólo que la fábrica valenciana pierde parte de su producción sino que se reducen las exportaciones, lo que penalizará la balanza comercial.
Según los últimos datos públicos sobre el personal que tiene las plantas de motores, Ford Almussafes cuenta con 1.043 trabajadores en esta sección y el ERE ha planteado que 140 de los trabajadores despedidos sean de la planta de motores. Esto supone una reducción del 13,4% mientras que la pérdida de producción que supone este movimiento es ligeramente superior a dicho porcentaje.
La planta de motores actualmente produce propulsores gasolina 2.0, 2.3 y 2.5. Este último es el que se ensambla en los vehículos híbiridos. Además, la factoría cuenta con una línea de mecanizado que hace los principales componentes de los motores Maverick Ecoboost 2.0 y 2.3 que se trasladan hasta Cleveland para luego utilizarse en los vehículos Explorer, Ranger y Bronco.
Estos tres modelos son los que están nominados para ser elegidos para juntarse con el Mustang Mach-e cuando Ford ponga en marcha la plataforma GE-2 en Almussafes, que sigue anunciada y sin materializarse sus inversiones. Esta producción de mecanizados es una demostración de las capacidades que tiene la plantilla de Almussafes para la fabricación en este segmento de vehículos mientras las inversiones y producciones futuras de los vehículos eléctricos siguen sin concretarse.
El trabajo que se realiza en la parte de mecanizados consiste en piezas como la culata, el cigüeñal y el arbol de levas, que sin montar se trasladan a Estados Unidos donde se realiza el acople completo del motor.
El futuro de la planta de motores de Almussafes tiene escasa visibilidad. La salida de la producción de mecanizados que se realizaba para Cleveland, más allá de la pérdida de empleo que supone, implica una desconexión de Almussafes como elemento de producción de Ford en Estados Unidos, mercado más importante de la compañía tanto porque la compañía es americana como por el éxito que tienen sus modelos en los gustos americanos.
Esta pérdida de producción en motores se enmarca dentro de la electrificación de Ford en Europa, que esta semana dará un paso muy relevante con la presentación del nuevo modelo 100% eléctrico que la compañía ensamblará en Colonia, la única factoría 100% de capital Ford con la que compite Almussafes en Europa.
La electrificación, en el caso que fuera la única forma de descarbonización por la que optara Ford, implicaría el fin de la planta de motores que, en todo caso, se podría reconvertir en una planta de baterías. En el caso de que pervivieran los motores con combustibles sintéticos o se exploraran los vehículos de hidrógeno se modificaría las necesidades de mano de obra destinadas al sistema de propulsión del vehículo.
Éste y otros temas serán abordados hoy en la tercera reunión de la comisión negociadora del ERE con el que Ford despedirá a más 1.000 empleados de la factoría. El punto crítico de la reunión es el listado de empleados por edad, ya que es el documento base para el cálculo del coste de las prejubilaciones a partir de los 56 años, como sugiere la compañía, o de los 54 años, que como ha pedido UGT.