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La industria de la automoción valenciana se enfrenta a centenares de despidos en un muy corto espacio de tiempo mientras las alternativas para evitarlos siguen sin aparecer. Comisiones Obreras advierte de la situación y señala a Ford como el generador de la enorme incertidumbre que tiene el sector actualmente. Juan José Picazo, secretario general de Industria de Comisiones Obreras en la Comunidad Valenciana, advierte que Ford es «un socio poco fiable. El futuro con ellos es negativo».

El calendario que tiene la automoción valenciana para los próximos meses es desolador. Ford dejará de producir parcialmente la Transit Connect a final de este año y definitivamente en marzo de 2024. La cuenta de despidos que va a suponer esta falta de proyectos supondrá 350 salidas como mínimo. Se contabilizan 200 despidos en Lear a los que se suman otros 60 de SAS. Ambas plantas, presumiblemente, cerrarán. Uno de los grandes empleadores de la industria valenciana, Faurecia (ahora llamado Forvia), dejará de contar en sus fábricas con el entorno de 90 personas cuando llegue el mes de abril del año que viene.

Comisiones Obreras, que dirige las negociaciones de SAS, proveedor que amenazó con una huelga que pararía Ford Almussafes antes del verano, es notablemente pesimista con la evolución de la industria de la automoción valenciana y sitúa la responsabilidad del inestabilidad laboral existente en la inacción de Ford.

«Los nuevos modelos se trabajan con tiempo de antelación pero la capacidad de adaptación de las líneas de un modelo a otro es muy grande. La industria auxiliar es capaz de hacerlo», asegura Picazo, que sostiene que aún hay tiempo para salvar los empleos que se destruirán por la falta de nuevos modelos en la factoría de Almussafes.

Para que esto ocurra, desde Comisiones Obreras incrementan la presión: «Ford tiene que anunciar carga de trabajo porque si no la industria auxiliar no tiene claro que va a poder hacer».

El caso concreto de esta incertidumbre es el que se vive en SAS, que perteneció a Faurecia y fue vendido al grupo de India Motherson. Según Comisiones Obreras, el cierre de esta fábrica con 60 empleados y que se dedica únicamente a fabricar el salpicadero de la Transit Connect aún no es definitivo. Aseguran tener esperanza en que la empresa encuentre una solución para los empleados mientras ahondan en que la falta de claridad de Ford impide que los proveedores tengan planes a largo plazo con sus plantillas.

En esta misma situación se encuentra Lear asientos, una planta que únicamente fabrica los asientos de la Transit Connect que se ensamblan en la factoría de Ford Almussafes. La previsión de despidos cuando se cierre este proveedor es de 200 empleados. El otro gran proveedor que va a efectuar despidos es Faurecia, que prevé progresivamente destruir en el entorno de 40 puestos de trabajo temporales mientras que se desvincularán entre 40 o 50 empleados, mayoritariamente vía prejubilaciones.

Como explican desde Comisiones Obreras, el problema de los despidos en el parque de proveedores no se limita a estas tres empresas. «Hay proveedores que están directamente unidos con la factoría, otros de segundo nivel que trabajan en exclusiva con Ford pero que tienen otras opciones y otro grupo de empresas de tercer nivel que tiene más clientes y el impacto del fin de la Transit Connect no es tan directo», aseguran desde Comisiones Obreras.

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