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Las indemnizaciones del ‘caso Pescanova’ multiplican por catorce su actual valor en bolsa

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El caso Pescanova toca a su fin tras diez años de periplo. La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo condenó este miércoles a seis años de prisión al que fuera presidente ejecutivo de la pesquera con sede en Chapela (Redondela), Manuel Fernández de Sousa, como autor de un delito continuado de falsedad en las cuentas anuales en concurso medial con un delito también continuado de falseamiento de información económica y financiera.

El empresario también ha sido condenado por un delito de alzamiento de bienes y deberá responder solidariamente a unas indemnizaciones que ascienden a 165,7 millones de euros. De esta cantidad, la gran mayoría (126,8 millones) se corresponden a compensaciones a grandes accionistas de la compañía antes de su caída. Entre ellos se encuentran Luxempart, que recibirá 51,2 millones, Corporación Económica Delta (de la familia Carceller, dueña de Estrella Damm), que se embolsará 40,2 millones, Silicon Metals Holdings (23,31 millones), Golden Limit (5,54 millones), Disa Corporación Petrolífera (6,6 millones) y Citurrioz Inversiones (0,06 millones).

A estas cantidades se suman los otros 38,9 millones que irán a parar a manos de dos entidades financieras. Es el caso de Bankia y UBI Banco, firma constituida tras la fusión de Banche Popolari Unite y Banca Lombarda e Piemontese. A la primera (que en 2021 se fusionó con CaixaBank) le corresponden 20 millones, mientras que para el grupo italiano se reservan otros 18,9 millones.

Todos los condenados

Manuel Fernández de Sousa y exaltos cargos en la cúpula de Pescanova SA deberán responder solidariamente a estas indemnizaciones. Entre este grupo de condenados se encuentran Antonio Táboas (exdirector financiero), Alfredo López Uroz (exresponsable de administración), Joaquín Viña Tamargo (exjefe de auditoría), Ángel González Domínguez (exjefe de contabilidad), Jose Manuel Gil González (antiguo responsable de tesorería), Carlos Turci Domingo (exdirector financiero del Grupo Pescanova), Alfonso García Calvo (exjefe de servicio).

Todos ellos deberán hacer frente de manera solidaria, a estas indemnizaciones millonarias junto a la propia Pescanova SA. La firma, convertida en una sociedad de cartera ha revelado en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que el Tribunal Supremo la ha considerado autora «de un delito de falseamiento en la información económico-financiera, con aplicación de la circunstancia atenuante de confesión».

Respecto a las indemnizaciones millonarias que ha fijado el Alto Tribunal, la firma aclara «que deberá indemnizar a los inversores perjudicados, de forma conjunta y solidaria con Manuel Fernández de Sousa-Faro, en las cantidades que
ya establecía la sentencia de la Audiencia Nacional». Sin embargo, la sociedad matiza que «la cuantificación de esta responsabilidad deberá tener en cuenta, en cualquier caso, la naturaleza concursal de estos créditos, por lo que deberán someterse a las mismas quitas (del 97,5%) que sufrieron los acreedores de la compañía de acuerdo con el convenio de acreedores del concurso de Pescanova SA».

«El importe resultante de este cálculo, además, deberá ser abonado por Nueva Pescanova SL, de acuerdo con los contratos celebrados entre dicha mercantil y nuestra sociedad y elevados a público el 28 de octubre de 2015″, asegura la compañía, que controla ahora un 0,34% de la pesquera ahora titularidad de Abanca.

Desplome bursátil

Pescanova SA echa balones fuera respecto a unas indemnizaciones por este caso que multiplican por 14 su capitalización bursátil actual. Y es que la firma cuenta con un valor en bolsa de 12 millones de euros tras verse envuelta en una espiral de descensos desde su reestreno en el parqué.

Las acciones de la compañía regresaron al Mercado Continuo en junio de 2017 tras cuatro años suspendida. Solo en la primera sesión se desplomaron desde los 5,91 euros hasta los 0,27 euros por acción. Desde ahí, la compañía encadenaría dos semanas de subidas que auparían sus títulos hasta los 2,69 euro. Desde entonces, sus acciones no han hecho más que bajar en medio de su dilución en Nueva Pescanova, su naufragio en la Audiencia Provincial de Pontevedra por la ampliación de capital en la pesquera y la falta de avances en su plan para retomar la actividad comercial en Sudamérica. Es por ello que sus acciones han perdido el 82,3% de su valor durante este periodo.

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