Alcoa y Ferroatlántica tocan mínimos en bolsa a las puertas de sus reinicios en San Cibrao y Sabón
Cuenta atrás para Alcoa y Ferroatlántica en San Cibrao y Sabón. El gigante del aluminio arrancará el próximo mes de enero su actividad en la planta de A Mariña Lucense con el reinicio de alrededor de un 6% de sus cubas de electrólisis. Las instalaciones permanecen prácticamente sin actividad (exceptuando a la fundición) desde hace dos años como consecuencia del acuerdo alcanzado entre dirección y comité de empresa para hacer frente a un entorno marcado por la escalada de los precios de la electricidad.
La factoría irá recuperando sus niveles de actividad de manera progresiva hasta tener operativas 32 cubas en abril de 2024 y funcionar al 100% de su capacidad en octubre de 2025. Tras invertir casi 200 millones de euros en la modernización del as instalaciones, la multinacional volverá a operar su fábrica de San Cibrao tras haber atado sendos PPA (acuerdos de suministro de energía a largo plazo) con Endesa y Greenalia que colman el 50% de sus necesidades (inicialmente era un 75%, pero parte de los parques eólicos asociados no superaron la fase de tramitación).
Esta vuelta a la actividad tendrá lugar en medio de un profundo proceso de cambios en el organigrama de la compañía y en pleno castigo de los inversores en bolsa. No en vano, tras consumar el relevo en su presidencia a nivel mundial (Bill Oplinger sustituyó a Roy Harvey el pasado mes de septiembre), la compañía estadounidense ha prescindido también de su presidente en España, Miguel López-Quesada. El directivo permaneció en el cargo menos de un año y no tendrá sustituto, sino que será Álvaro Dorado, actual vicepresidente global de energía, que ejercerá «temporalmente» como enlace entre la empresa y las autoridades españolas. Por su parte, Verónica Dolç liderará las operaciones de la compañía a nivel europeo.
La firma ha efectuado esta batería de cambios en su estructura en un momento en el que sus acciones han perdido el nivel de los 25 dólares y han regresado hasta mínimos no vistos desde febrero de 2021. Los títulos de la compañía han perdido el 45,8% de su valor en lo que va de año y han retrocedido hasta los 24,64 dólares. De esta manera, su capitalización bursátil se sitúa ahora en el entorno de los 4.110 millones de euros cuando en febrero del año pasado, en plena escalada del aluminio por la guerra entre rusia y Ucrania, se situaba por encima de los 15.000 millones.
De Alcoa a Ferroglobe
Además de Alcoa, Ferroatlántica también enfila la fase final de su parón en Galicia. Este mes de diciembre expira el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) para sus plantas en España (entre ellas, la de Sabón). Comité de empresa y dirección acordaron hace más de un año un ERTE aplicable hasta el 31 de diciembre de 2023 que afectará a un máximo de un 75% de la jornada anual.
La compañía decidió tomar la medida tras apagar los tres hornos de la factoría gallega como consecuencia de la caída temporal de los pedidos y la presión por los elevados precios de la energía. Ahora, Ferroatlántica encara la recta final del ERTE tras atar sus tres primeros PPA, abriendo así la posibilidad a un reinicio de sus operaciones en la planta de ferrosilicio de Sabón.
La firma encara este nuevo escenario tras recortar sus ingresos un 41% al bajar de los 2.014 millones de euros logrados entre enero y septiembre de 2022 hasta los 1.194 millones en lo que va de 2023. Esta bajada en su facturación se ha trasladado a sus ganancias, que retrocedieron de 465,6 a 111,6 millones de euros.
Este retroceso en su cuenta de resultados ha venido acompañado de un descenso en bolsa. Las acciones de su matriz, Ferroglobe, han regresado a mínimos no vistos desde el pasado mes de mayo tras caer un 9% en el último mes. La firma logra salvar los muebles en lo que va de 2023 (sube un 15,1% en el parqué), pero no así en los últimos doce meses, en los que ha registrado una bajada del 27,4% que ha llevado a su capitalización bursátil hasta los 775 millones de euros.