Telefónica, Orange-MásMóvil y Digi: el sector telecos salta por los aires en 2023 con un nuevo mapa de negocio

El sector de las telecomunicaciones en España se va a reconfigurar en los próximos meses, aunque es posible que todavía falten algunos movimientos

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En los últimos cinco años se ha hablado mucho sobre la consolidación del sector telecos español. Había cuatro grandes compañías (Telefónica, Orange España, Vodafone España y MásMóvil), tal y como quieren desde la Unión Europea para fomentar la competencia -y mantener los precios bajos-. Era de esperar un ‘baile’ de fusiones o compras. Pero la irrupción de Digi y los cambios de corporativos, han dado una vuelta de tuerca a la situación.  

El gran cambio, a la espera de que Bruselas dé ‘luz verde’, es la fusión entre Orange y MásMóvil. Juntos crearán la segunda compañía valor en España, pero la primera por clientes en algunos segmentos. Una situación anómala debido a la guerra comercial que ha habido estos años.  

Ambas compañías serán capaces de dominar el sector a nivel comercial. MásMóvil, desde hace años, ha sabido jugar muy bien sus cartas. Ahora con mayor tamaño, la situación se presenta más favorable para impulsar sus estrategias de captación.  

El impacto de esta fusión provocará, si todo sale bajo lo previsto, la llegada un nuevo ‘player’. Se espera que Digi se haga con los ‘remedies’ de la fusión. Es decir, los activos que deben poner en el mercado Orange y MásMóvil para mantener el nivel de competencia como hasta ahora.  

Todo hace indicar que la parte móvil es la clave. Eso dotará al operador de origen rumano de una mayor fuerza. Más todavía. Se prevé una guerra comercial en precios más agresiva. Una circunstancia que impacta de lleno en los márgenes de los operadores.  

Digi, además, jugará un papel muy relevante en el negocio mayorista. Pese a su gran inversión en fibra, y aunque tenga espectro radioeléctrico, seguirá necesitando de acuerdos para alquilar red. Su gran acuerdo en estos momentos es con Telefónica, pero todo puede cambiar con los ‘remedies’ y la nueva relación que se genere con Orange y MásMóvil.   

Telefónica y su propia revolución  

Si los tres operadores anteriormente citados son los grandes protagonistas de 2023 por los cambios tan profundos que han vivido -y el impacto que provocan-, Telefónica también se ha visto envuelta en un tsunami que, en realidad, le deja como estaba, pero con mucha agitación.  

El operador azul no puede verse dentro de ninguna operación corporativa debido a su tamaño. Ni en España, ni fuera. Pero a principios de septiembre descubrió que el grupo saudí STC había desembarcado en su capital con el 4,9%, y la opción bursátil de llegar al 9%.   

Eso ha desatado otra guerra a nivel político que, por el momento, ha concluido con la Sepi estudiando entrar en el accionariado de Telefónica para mantener dentro de lo posible la españolidad de la compañía.  

El problema de Telefónica en todo este viaje -al menos en el negocio español- es que la guerra comercial le deja en una posición delicada. El negocio de la televisión, por ejemplo, sigue estancando. Lleva trimestres en caída. Tras años de fuerte inversión no lograr aumentar su cartera de clientes. 

Los nuevos dueños poco pueden aportar. Y salvo el ruido mediático, la realidad es que Telefónica debe aligerar estructura para pelear a nivel comercial. Todo ello a las puertas de un nuevo ‘plan estratégico’ que descubrirá las cartas de la compañía. 

Telefónica tiene bien atados mercados como Brasil o Reino Unido; sin embargo, España, que todavía sigue siendo su principal región, sufre para pelear contra compañías que han entrado en guerras de precios inasumibles.   

De repente, Vodafone  

Para poner la guinda en esta revolución de las telecos españolas, Vodafone España ha cambiado de manos. La matriz ha decidido aceptar la oferta del fondo británico Zegona, y la ha colocado en el mercado por 5.000 M€. Todo ello tras meses de especulaciones.  

La situación es similar a la de Telefónica. Los movimientos generan más ruido en la prensa que sobre el futuro de la compañía. Desde hace bastantes trimestres tiene un mal rendimiento comercial. La única solución –pese a las recetas que cuenta Zegona– es fajarse en la guerra comercial con precios bajos. Cada vez más bajos. Pero eso va directo a los márgenes.  

Vodafone no puede tener una guerra abierta con operadores ‘low cost’ puros. Ni tampoco con Digi. La solución pasará por adelgazar la estructura. Eso puede impactar a todos los niveles. Después de eso la compañía no será la misma. 

Se trata de un operador con un gran tamaño. Hace no mucho se codeaba con Telefónica y era uno de los grandes ejemplos del sector. El problema es mantener toda esa estructura, que en los últimos años ya ha menguado, y poder competir con mayor agilidad.  

Los que esperan  

Mirando desde la entrada están Avatel, Adamo y Finetwork. Cada uno, a su manera, está esperando el momento para ocupar su lugar: cuarto o quinto operador.  

Por tamaño todavía no pueden. Pero su presencia cada día es mayor, consiguen más clientes, y su rendimiento comercial va en aumento. Lo que está por ver es hasta qué punto pueden seguir creciendo en un contexto de tanta competitividad. 

En principio, han perdido la carrera por los ‘remedies’. Aunque en algunos casos hubiera supuesto un desafío inversor demasiado exigente. Avatel, por ejemplo, tuvo que frenar una operación con Lyntia Access por falta de liquidez. Y Finetwork está buscando su hueco dentro del sector, aunque necesita socios financieros.

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