Por qué es tan importante el hidrógeno para el PNV en su ayuda a Repsol y la industria vasca

PNV y PSOE ya tienen acuerdo para la investidura. Gran parte de la negociación se ha basado en cuestiones de índole fiscal y económica. Los asuntos energéticos han quedado al margen. No obstante, para la formación vasca es esencial un elemento, el hidrógeno, que es palanca para futuras negociaciones. 

En el momento que PNV, al igual que es resto de socios de investidura, se han convertido en aliados necesarios para que Pedro Sánchez siga en la Moncloa, todo el mundo ha mirado los potenciales acuerdos paralelos donde salir beneficiados.  

Uno de los grandes señalados ha sido Repsol. La energética dirigida por Josu Jon Imaz ha manifestado su intención de reducir a la mínima expresión algunas inversiones industriales en España si el nuevo Gobierno mantiene el impuesto a las grandes energéticas. 

Desde el PNV no dudaron hace unos días en apoyar a la petrolera. Comprendían que era normal esta revisión inversora si el marco regulatorio (referido a los impuestos) era tan inestable. Con esta declaración de intenciones queda claro que la formación vasca no dudará en volver a apoyar a Repsol si es necesario. Y aquí es donde el hidrógeno gana gran relevancia. 

El hidrógeno, PNV y Repsol 

Por el momento, según trasladan fuentes políticas a ECONOMÍA DIGITAL, no se ha querido poner en negro sobre blanco ninguna cuestión relativa al impuesto a las grandes energéticas. Pero es algo que PNV tiene presente. Y el hidrógeno será clave. 

Entre las enmiendas presentadas por la formación vasca el gravamen a energéticas y entidades financieras, el PNV explicaba que con el fin de «evitar comprometer la viabilidad de las industrias que necesitan transformarse en el contexto de la transición energética», los nacionalistas vascos proponían un tratamiento diferenciado a las inversiones en hidrógeno verde y renovables. 

Plantearon minorar el tributo «en el 20% del importe de las inversiones en activos fijos y tecnologías que se comprometan en proyectos industriales que contribuyan a la transición energética y a la descarbonización».  

Aquí entraría la producción de hidrógeno renovable, pero también los gases renovables a partir de residuos, plantas de generación renovable y almacenamiento, y proyectos de eficiencia energética, siempre que las inversiones excedan la media del periodo 2019-2021. 

En estos momentos falta conocer cuál será la propuesta final del nuevo Gobierno que, de antemano, ya anunció junto a Sumar la intención de alargar este gravamen. En ese momento es cuando PNV volvería a la carga con el hidrógeno y las contrapartidas a su inversión. 

El corredor vasco del H2 

Otro motivo para que el hidrógeno sea tan importante en los planes de futuro de PNV es que tiene abiertos algunos frentes industriales donde se ha posicionado como un referente. 

Además, el hidrógeno se trata de una tecnología energética que está bien vista a la hora de recibir ayudas públicas o fondos de financiación. Eso lo asumen desde País Vasco, que también maniobran para conseguir la mayor cantidad de dinero posible para el desarrollo del corredor vasco del hidrógeno verde (BH2C) donde, de nuevo, Repsol juega un papel muy importante a través de Petronor. 

El BH2C agrupa a 58 empresas, 8 instituciones y más de 12 centros de conocimiento y patronales. País Vasco quiere poner el foco en el hidrógeno como vector energético de futuro y uno de los elementos clave para la transición energética. 

Entre sus objetivos está movilizar inversiones de 1.300 M€ y crear más de 8.000 empleos entre puestos directos e indirectos. Así, han presentado ya cerca de 34 proyectos relacionados con el hidrógeno que podrán evitar 1,5 millones de toneladas de CO2 por ejercicio. Respecto a la generación anual de hidrógeno, prevén una cantidad de 20.000 toneladas.