Los fondos descubren pagos recientes de 12 millones en bonus a Rubiralta y la cúpula de Celsa
La consultora FTI, que verifica la caja el grupo ante el inminente cambio de propiedad, detecta retribuciones poco acordes a un grupo en quiebra
La investigación sobre la caja y las cuentas de Celsa encargado por los fondos acreedores del grupo a la firma internacional FTI Consulting ha descubierto el pago de bonus y otros complementos salariales por valor de 12 millones de euros a Francesc Rubiralta, presidente de la siderúrgica catalana, y su cúpula directiva, aseguraron ayer fuentes de toda solvencia. Las retribuciones extraordinarias se registraron en los últimos meses, cuando estaba a punto de conocerse el desenlace del plan de reestructuración que tenía por objeto solucionar la durísima crisis financiera del grupo familiar, con deudas superiores a los 3.000 millones de euros.
Todo precipitó a la vuelta del verano. En efecto, el 4 de septiembre, la sentencia de Álvaro Lobato, titular del juzgado mercantil 2 de Barcelona, estableció la insolvencia de Celsa. El juez determinó que el valor del grupo era cero, por lo que homologó el plan presentado por Deutsche Bank, Attestor, Sculptor, Golden Tree, Cross Ocean y SPV para convertir parte de su deuda en capital y quedarse con la propiedad del 100% del grupo.
En román paladino, la empresa estaba quebrada, y de ahí el visto bueno judicial a un plan de viabilidad que suponía un cambio de propiedad articulado a través de un drástico ejercicio de reequilibrio patrimonial. Por la operación acordeón aprobada, se reduciría el capital existente a cero y desaparecerían 1.352 millones de deuda para convertirse en capital.
Celsa cubrió de oro a su comité de dirección
Con la sentencia en la mano, los fondos empezaron a tomar decisiones y, antes de hacer su desembarco, encargaron a FTI que revisara las cuentas y en especial, la caja, como avanzó hace unos días El Confidencial. Junto con otros movimientos extraños y apuntes contables muy dudosos, uno de los descubrimientos más llamativos es que Celsa cubrió de oro a su comité de dirección en la antesala de su previsible salida.
Las altas retribuciones citadas podrían estar justificadas atendiendo a los compromisos contractuales habituales en los contratos de alta dirección en empresas grandes, indican otras fuentes jurídicas. En este sentido, Celsa reportó recientemente unas ventas récord de más de 6.000 millones de euros correspondientes al 2022, un año en el que declaró un resultado bruto de explotación de casi 900 millones.
Sin embargo, a pesar de estas magnitudes, hinchadas también por la coyuntura de un año extraordinario para todo el sector, la compañía tenía más de 1.000 millones de euros impagados en la fecha de las gratificaciones millonarias a sus directivos, como puso de manifiesto la sentencia del 4 de septiembre.
12 millones de euros
Ahora, habrá que ver si los fondos reclaman a Rubiralta y su equipo la devolución de los 12 millones en el caso de que, como parece probable, consideren totalmente improcedente su abono. De no mediar un acuerdo amistoso, podrían interponer acciones legales, ya desde la sala de mandos de la propia Celsa.
Y es que, si no se produce un nuevo aplazamiento, en los próximos días se producirá el desembarco de los nuevos propietarios en la compañía. Tras la firma de la operación societaria decretada por el juez llegará la autorización del Consejo de Ministros con condiciones, que ya se ha pactado con el Gobierno.