Correos redujo casi un 20% las auditorías internas antes del caos del 23J

La empresa pública dejó de hacer 170 auditorías destinadas a poner a prueba la calidad de su servicio y aun así sancionó a más empleados por irregularidades en los procesos

El presidente de Correos, Juan Manuel Serrano. EFE/J.M.García

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El auge del voto por correo de cara al 23J, consecuencia de celebrar unas elecciones generales a finales de julio, ha aflorado las carencias operativas de Correos. Hay dudas, internas y externas, de que pueda dar abasto para gestionar los dos millones y medio de votos por correo, y ha contratado a casi 20.000 empleados extra y ampliado horarios. Pero las carencias contrastan con una gestión interna que tiende a la complacencia. 

Correos redujo el año pasado cerca de un 20% el número de auditorías internas que realiza para poner a prueba la calidad de sus procesos y su servicio. Según consta en la memoria de 2022 de la empresa, llevó a cabo 744 inspecciones de diversa índole, 140 menos que el año anterior. Pese a ello, las sanciones a empleados derivadas de las mismas subieron un 10%, de 69 a 76, lo que indica que algo no terminaba de cuadrar. 

Hay que decir que la memoria no explica la evolución de las auditorías, sino que hay que ir a la de 2021 para comprobar que la vigilancia sobre la actividad y las actuaciones de la compañía ha ido a la baja mientras que la apertura de procesos sancionadores ha repuntado. En muchos otros aspectos, especialmente en aquellos en los que la empresa que preside Juan Manuel Serrano quiere, y puede, sacar pecho, sí que se comparan los datos y se destacan los porcentajes de incremento. 

Según consta en la documentación oficial de Correos, realiza tres tipos de auditorias: operativas, contables y de cumplimiento; de verificación de procesos, y financieras, de reparto y de centros de tratamiento. Bajaron todas. Las primeras son las menos frecuentes y pasaron de 12 en 2021 a 10 en 2022. Las de verificación de procesos, las más numerosas, pasaron de 615 a 566, mientras que las que más cayeron fueron las financieras, de reparto y de centros de tratamiento, que bajaron de 287 a 168. 

La memoria también recoge que “como parte de las actuaciones de control interno, se realizaron investigaciones e informaciones específicas sobre posibles actuaciones irregulares de empleados o empleadas”, de las cuales se derivaron las 76 sanciones. Lo que llama la atención es que no concreta el número de estas actuaciones, mientras que en 2021 sí las cifraba, en 288, así que no es posible saber si estas también se redujeron o no. 

Correos admite riesgos operativos 

La reducción de las auditorías internas llama la atención no solo por lo que está pasando estos días, con enfrentamiento político incluido entre Alberto Núñez Feijóo y Yolanda Díaz entre otros, sino porque Serrano y la cúpula de Correos es consciente de las dificultades que tiene para mejorar procesos, adaptarse a nuevas demandas y ajustar la plantilla a las necesidades. 

La misma memoria de 2022 recoge entre los principales riesgos que sufre la empresa pública el riesgo operativo, que “responde a la complejidad estructural del grupo, a la necesidad de una ágil incorporación de nuevos recursos y equipamientos para aumentar la eficiencia en los procesos de tratamiento y entrega, a la velocidad de adaptación del modelo productivo a las nuevas demandas”, entre otros cambios. 

Por lo que respecta al riesgo laboral, lo vincula a «ser uno de los principales empleadores del país y a la necesidad de mantener una presencia en todo el territorio nacional”, pero también a “las dificultades asociadas a la rigidez en los procedimientos de contratación, a la seguridad y salud laboral, especialmente en el contexto actual”, así como a la capacidad de retención del talento. 

En definitiva, la dirección de Correos es consciente de que tiene una estructura muy rígida, tanto a nivel operativo como laboral, vulnerable ante la evolución de las necesidades de sus clientes y de la sociedad, y aun así reduce las inspecciones y procesos para detectar debilidades y mejorar procesos. Y eso que ponen como gran debilidad el fin del envío de cartas por parte de la población y trabajan en un plan de choque para remontar los malos resultados de los últimos años, según consta en la memoria. 

Números rojos y deuda disparados 

Correos cerró su segundo peor año en 2022, con unas pérdidas de 217 millones, el doble que el año anterior y solo superadas por las de 2020, ejercicio marcado por la pandemia. Sus ingresos cayeron un 5,7%, hasta los 1.962 millones, mientras que la deuda se disparó hasta los 600 millones de euros por la necesidad de acudir a la banca para cubrir los problemas de liquidez provocados por la caída del negocio. 

Este 2023 se ha seguido endeudando, como adelantó Economía Digital este jueves, con un préstamo de 139 millones de euros de Caixabank y otro de 10 millones, probablemente de Ibercaja. A diferencia del año pasado o 2021, ahora los préstamos ya pagan intereses importantes que hinchan los costes financieros de la empresa pública. Está previsto que antes de final de año, Correos busque más crédito para cubrir el vencimiento de 325 millones de Kutxabank en abril de 2024. 

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