Cellnex se blinda ante los bandazos energéticos y las fusiones de telecos
Con la nueva hoja de ruta de la torrera, la gestión de costes y el control de contratos será fundamental
La gran torrera española quiere minimizar los riesgos corporativos al máximo. Después de aparcar los rumores de mercado sobre la posible opa de American Tower, Cellnex aborda un nuevo escenario. Así, para reducir los impactos, ha puesto una serie de diques a nivel de costes y contratos con sus clientes.
En primer lugar, la torrera ha señalado durante un evento organizado con motivo de la presentación de sus resultados financieros que todos sus contratos están indexados a la inflación. Esta situación es fundamental debido a la alta volatilidad de los mercados eléctricos y, lo que es más preocupante, se espera que en los próximos años sea igual.
De esta forma, el todavía CEO de Cellnex, Tobías Martínez, ha asegurado que todos los contratos tienen esta cláusula. De esta manera, los costes energéticos que se imputan a su actividad, en caso de elevarse, se repercuten sobre el cliente. Una cuestión fundamental teniendo en cuenta que antes de la pandemia los precios en España del mercado mayorista estaban en torno a los 50 €/MWh, y el pasado año cerraron por encima de los 160€.
Además, esta situación no solo afecta al mercado español, sino que impacta en la mayoría de los países donde opera Cellnex por toda Europa. En este sentido, es fundamental tener esta cláusula porque la situación será comprometida durante un lustro, al menos.
Por eso, Tobías Martínez también ha señalado que otra parte fundamental se centra en la eficiencia de sus infraestructuras. Es decir, para no llegar a tener esa tensión de costes, se antoja como algo fundamental que todas sus torres sean capaces de consumir cada vez menos.
Menos operadores, ¿menos clientes?
El otro blindaje que tiene Cellnex bien atado es con respecto a sus clientes, los operadores de telefonía. En este caso, se trata de un negocio que ha entrado en un periodo de consolidación. Esto supone ‘de facto’ que habrá menos clientes.
Pero la torrera española lo tiene resuelto: los contratos firmados se deben cumplir y pagar pese a las consolidaciones, compras o fusiones que se produzcan. De esta manera, sus clientes tienen obligaciones contractuales aunque unan sus negocios.
Sobre lo que suceda después, una vez que los operadores de Europa empiecen de manera masiva un proceso que parece evidente, Tobías Martínez ha señalado que no necesariamente una consolidación significa una reducción de telecos.
En el caso español ha recordado que tras las integraciones de Orange y Jazztel, así como la de Vodafone y Ono, surgió un cuarto operador como MásMóvil. Y ahora, asume, puede suceder lo mismo con Digi, en el caso español, pero que es extrapolable a otros mercados europeos.