Incapacidad permanente por ansiedad y depresión: ¿es posible?
Es posible obtener la incapacidad permanente total por cuadros de depresión y ansiedad, como confirma una sentencia judicial
La Justicia reconoce la depresión como causa de incapacidad permanente total. Foto Canvas
La reciente sentencia de un tribunal de Galicia avala la consideración de la depresión como un trastorno que permite acceder a la pensión por incapacidad permanente.
El Tribunal Superior de Justicia de Galicia otorgó a un trabajador de 38 años la incapacidad permanente total por sufrir de un trastorno ansioso depresivo que lo llevó a tener adicción al alcohol.
El inicio del reclamo
En realidad esta persona, que trabajaba como agente comercial en Vigo, reclamaba el reconocimiento de la incapacidad permanente absoluta, pero el tribunal consideró que puede trabajar en tareas que sean distintas a la de su anterior empleo.
La Justicia avala la incapacidad permanente total para situación de depresión y ansiedad, pero no la absoluta
El reclamante estaba de baja desde abril de 2019, con un cuadro de depresión, ansiedad y alcoholismo. Pero en el momento en que estaba tramitando su incapacidad permanente tuvo un accidente que le causó la fractura de la clavícula y de un dedo.
El rechazo del INSS
En una primera instancia, en 2020, el Equipo de Valoración de Incapacidades del INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) rechazó la solicitud, por considerar que esas lesiones no eran definitivas.
Sin embargo el trabajador insistió en su reclamo ante la Seguridad Social, y al año siguiente este instituto le reconoció la incapacidad permanente total, pero no la absoluta que reclamaba.
Según el equipo profesional encargado de la evaluación este tipo de incapacidad permanente se adaptaba a sus circunstancias.
El reclamo por la absoluta
El ex agente comercial decidió acudir a la Justicia para exigir la incapacidad permanente absoluta y percibir el 100% de la base reguladora (ya que la total otorga el 55% de esa cuantía).
Tras el rechazo del Juzgado en lo Social número 3 de Vigo, el trabajador apeló ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.
La decisión del Tribunal Superior
Allí volvió a ser rechazada la solicitud de pasar a la incapacidad permanente absoluta, y dictaminó que se conserve el estatus de total.
En los fundamentos el organismo judicial estableció que el demandante no tiene deterioro cognitivo ni sintomatología psicótica así como tampoco agitación psicomotriz, por lo que tiene capacidades para trabajar en otros empleos diferentes a su antigua ocupación.
