Aún somos más pobres que antes de la pandemia: España no recupera el PIB per cápita de 2019

Los datos de la OCDE muestran que aún no hemos alcanzado el techo previo a antes de la pandemia: son solo unas centésimas, pero muestra la lentitud en la recuperación

Calviño en jornadas APIE

La vicepresidenta primera del Gobierno en funciones, Nadia Calviño durante su intervención en unas jornadas de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) celebradas este viernes en Madrid. EFE/Rodrigo Jiménez

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La recuperación del producto interior bruto (PIB) hace ya un año que superó los niveles en los que se encontraba antes del estallido de la pandemia de COVID-19. De acuerdo con la senda actualizada del INE, ese umbral se rebasó en el segundo trimestre del año pasado, en pleno impacto económico de la invasión rusa en Ucrania.

Ahora bien, según los últimos datos de la OCDE, el PIB per cápita o renta por cada ciudadano aún no ha superado el techo que alcanzó en 2019. Si tomamos como base (100) 2007, antes del estallido de la pandemia, la renta per cápita avanzó un 3,85% hasta el tercer trimestre de ese año, un crecimiento que se ralentizó ligeramente a finales de ese ejercicio, hasta el 3,82%. La enfermedad se llevó por delante todo el camino recorrido, recortando más de 20 puntos la riqueza per cápita (el PIB retrocedió 11 puntos porcentuales) y, tres años después, aún no se ha superado el techo.

Se trata de apenas una centésima (103,84 frente a 103,85 registrado en 2019), pero demuestra hasta qué punto la recuperación pospandemia ha sido más lenta de lo esperado. La renta por ciudadano experimentó un gran avance entre finales de 2021 y principios de 2022, pero el enfriamiento posguerra de Ucrania y choque inflacionario ha ralentizado ese avance. Tanto que, en términos per cápita, España sigue estancada en 2019.

Y el avance en 15 años tampoco es destacable. Nuestros pares europeos se sitúan, en la media de la eurozona, diez puntos por encima de 2007. EEUU está 20 puntos por encima, más de seis veces el crecimiento de la renta per cápita en nuestro país en el mismo periodo. Y la OCDE, en términos medios, también se encuentra 17 puntos más lejos del aciago 2007.

La pandemia y la crisis energética, factores clave

Si España aún arrastra las consecuencias del estallido de la burbuja inmobiliaria, ha sabido capear mejor que el resto de grandes economías europeas las crisis posteriores a la pandemia. Por ejemplo, Alemania recuperó su nivel de renta per cápita en el primer trimestre de 2022, justo antes del estallido de la guerra en Ucrania. La crisis energética derivada de su excesiva dependencia del gas ruso ha provocado un empobrecimiento progresivo de la población alemana, que ha empeorado sus cifras durante los últimos cuatro trimestres.

Ellos partían de una posición más privilegiada, al igual que Francia. Pero el país vecino, a pesar de su potencia nuclear, también se vio afectado por la crisis energética, debido a que gran parte de sus centrales estuvieron paralizadas durante 2022. Justo cuando más falta hacían. Igual que en el caso español, marcó su tope en el segundo trimestre de 2019 (un crecimiento del 6,81%, de nuevo con 2007 como referencia), pero a día de hoy sigue sin recuperarse por completo (el avance es de 'solo' un 6,74%). El caso de Italia es la muestra de que, a pesar de haber recuperado su nivel prepandemia, todavía están por debajo de la renta per cápita de mediados de la primera década del siglo.

15 puntos de brecha con la eurozona

Estos datos toman como referencia la base que representa el punto de partida de cada país en 2007. Sin embargo, si utilizamos como unidad de medición la media de la zona euro, España está mucho más rezagada, con una brecha que se ha ampliado desde la pandemia, como advirtió la pasada semana el Banco de España.

En una intervención durante unas jornadas de información macroeconómica organizadas por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), el director general de Economía y Estadística de la entidad, Ángel Gavilán, apuntó que la tímida recuperación del PIB per cápita que se había producido tras la Gran Recesión se cortó de raíz con la pandemia. En la actualidad, estamos a más de 15 puntos de distancia, prácticamente a niveles no vistos desde finales de los 90.

El economista señaló dos de las razones que explican esta desventaja competitiva de nuestro país: la baja productividad por hora trabajada y la tasa de empleo reducida. Dos factores de gran relevancia en pleno debate sobre la pertinencia, o no, de reducir la jornada laboral de 40 horas legales a las 37,5 horas en 2025. La jornada laboral media es un "diferencial positivo" en renta per cápita para nuestro país, por lo que un eventual recorte incrementaría la brecha en riqueza por ciudadano con el resto de la UE. "A no ser que aumente la productividad", condicionó el experto.

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