Ría de Muros Noia: villas marineras, playas, miradores y una ‘pequeña Compostela’
Una guía de paisajes, enclaves, rincones, estampas y sabores en la Ría da Estrela, uno de los destinos imprescindibles del verano en Galicia
Decía el escritor y político Ramón Otero Pedrayo que Noia era “una pequeña Compostela” y, lo cierto, recorriendo el casco histórico de esta localidad ubicada en la Ría de Muros Noia, la más al norte de las Rías Baixas, es que motivos no le faltaban.
De origen medieval y considerado el segundo casco monumental en importancia de Galicia, la villa tiene entre sus joyas la iglesia de San Martiño, con sus fabulosos rosetones, pórticos, arcos y capiteles. Puentes, plazas y soportales atrapan también la mirada y bastan para entender cómo Noia llegó a ser una de las principales ciudades de Galicia. También para entender que aún queda mucho por conocer en las Rías Baixas.
En concreto, esta ría, conocida también como la Ría da Estrela, y sus localidades Outes, Lousame, Porto do Son y Muros, además de Noia, un catálogo de tradición marinera y espectaculares playas, cruceros, carpinterías de ribera, castros y miradores que tienen siempre el Océano Atlántico como telón de fondo.
Qué ver en la Ría de Muros Noia
Muros al norte, Noia al este y Porto do Son al sur delimitan esta hermosa y tranquila ría ya en la provincia de A Coruña, mucho menos famosa que otras de las Rías Baixas y también más desconocida que la vecina Costa da Morte.
Al pie del Monte Louro, Muros es sin duda una de las villas marineras más hermosas de Galicia. Como un balcón extendido al mar, su razón de ser debido a la pesca y el marisqueo, en su casco antiguo se entremezclan las viviendas tradicionales de los pescadores, con los bajos con arcos en los que antiguamente se apilaban las cajas de pescados, con las casonas de arquitectura noble, como en la plaza de la Peixería Vella.
Declarado Municipio de Interés Turístico, sus numerosos cruceiros, las calles con soportales de piedra, las fuentes y las iglesias destilan recuerdos medievales, con atractivos que se extienden más allá de los límites de la ciudad e incluyen excelentes playas y enclaves naturales como la Laguna de Xalfas y el Monte Louro.
Aunque para trasladarse en un momento al pasado quizás sea más indicado pasear por la mencionada localidad de Noia. Entre sus curiosidades, un tesoro en forma de museo que se encuentra en Iglesia de Santa María la Nueva, del siglo XIV. Se trata del Museo Laudas Gremiais (lápidas gremiales) que repasa la historia y memoria colectiva de Noia a través de impresionantes lápidas esculpidas que relataban el oficio y condición económica de los difuntos.
Iglesias, callejuelas y soportales bastan para comprender de forma instantánea por qué la Feria Medieval de Noia es todo un acontecimiento anual.
También lo son, por cierto, la Fiesta de la Empanada y las Jornadas de Exaltación del Berberecho, citas que hablan de la gustosa gastronomía local. Un consejo, no te vayas sin probar una empanada de maíz con xoubas y berberechos ni tampoco el pulpo.
Uno de los castros mejor conservados de Galicia
También de estilo marinero, el pueblo de Porto de Son es una parada imprescindible en la que hay que recorrer la senda costera que da acceso a las playas y regala estupendas vistas al Monte Louro y el casco histórico, con su iglesia rodeada de palmeras al lado del mar.
Y, por supuesto, el castro de Baroña, vestigio de la Edad de Hierro y uno de los más representativos de Galicia que se jacta de una espectacular ubicación en una diminuta y accidentada península elevada sobre el mar que lo convierte en un lugar mágico, especialmente al atardecer, con una de las mejores puestas de sol que pueden encontrarse.
Playas para todos
La ría de Muros y Noia es hogar de muchas y muy variadas playas (solo en Porto de Son hay 20 arenales), desde grandes arenales como Ancoradoiro en Muros a pequeñas calas, playas urbanas como la de Coira en Portosín o la del Cruceiro en Porto do Son; familiares y suaves como la de Broña en Outes o la de San Francisco en Muros; ventosas adecuadas para actividades deportivas como Queiruga; y hasta playas de aspecto caribeño como Aguieira.
Si hay que citar algunas más, bien podría ser la Playa de Louro, en Muros, no por nada considerada una de las mejores de toda Galicia. Larga (1.400 metros de longitud) y de arena fina casi virgen, está situada en un entorno de lagunas, con vistas increíbles al Monte Louro. Su disposición hacia el Atlántico hace que tenga oleaje, lo que la hace buena opción para el surf, pero no es peligrosa y el baño está asegurado.
Muy diferente, la Playa de Broña, en Outes, es accesible y tranquila, con unos 500 metros de largo y 20 de ancho y excelente para acudir con niños.
También en el Concello de Noia, no podemos dejar de citar la Playa Testal, un arenal en el que conviven la zona de bañistas con la zona de marisqueo, lo que permite ver a los mariscadores faenando de pie en los momentos de marea baja.
Entre las de Porto de Son, destacamos Area Longa, una playa salvaje, sin chiringuitos ni servicios, a la que se accede tras caminar unos 300 metros por un sendero entre el bosque. La recompensa es un arenal en un entorno virgen con vistas al Castro de Baroña.
Los mejores miradores de la Ría de Muros Noia
Explorar las cinco puntas de la Ría da Estrela deja al descubierto también rincones en los que enmudecer de asombro.
Algunos de ellos se encuentran sobre los montes que rodean la ría, como el Louro, vigía impasible y parte inseparable del tridente que forma con la playa de Area Maior y la Laguna de Xalfas.
La cima del Monte Oroso regala también una vista bellísima y otro ángulo desde el que admirar el Monte Louro, mientras que el Monte Tremuzo, en Outes, nos permite asomarnos a la Ría desde la perspectiva sur.
Monte Castelo es el mejor punto desde el que divisar toda la longitud de la Ría ya que permite apreciar sus diferentes contornos, islotes, calas y golfos, mientras que en el mirador de San Lois, en la parroquia de Boa, se encuentra el que para algunos es el banco con las mejores vistas del mundo.
Por su parte, el mirador de A Muralla, en el monte del mismo nombre a 679 metros de altitud, ofrece una vista de 360 grados sobre la Ría de Muros Noia, pero también del final de la Ría de Arousa y hasta de Santiago de Compostela.
Ya en Porto do Son, el mirador del Monte Enxa ofrece unas vistas impresionantes de la ría a mar abierto, a lo que se añade la posibilidad de ver caballos salvajes pastando en libertad.