El mayor templo del surf abre sus puertas en Tenerife
Una vieja ermita en Bajamar (Tenerife) renace como la Capilla del Surf, el primer museo canario y el segundo de España dedicado a este deporte que es, también, una filosofía de vida
Seguramente hay pocos deportes tan unidos a una cultura y un estilo de vida como el surf. Nacido hace miles de años, el arte de montar las olas tiene antecedentes que van de las embarcaciones conocidas como ‘caballito de totora’ en Perú a primitivas tablas en la Polinesia y Hawái, donde ya se practicaba en el siglo XVIII.
Como deporte, sin embargo, los orígenes del surf se sitúan a principios del siglo XX. Desde entonces, el surf ha enganchado a miles de personas en todo el mundo, también en España, donde comenzó a ser popular en la década de los sesenta, especialmente en lugares como Asturias, Cádiz, Guipúzcoa, Vizcaya, Cantabria y Canarias.
Una historia apasionante que ahora se puede rastrear en un nuevo museo en Tenerife que ha logrado reunir la colección más importante de su tipo en España.
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Qué es la Capilla del Surf
La antigua ermita del Gran Poder de Dios en la localidad de Bajamar, perteneciente al municipio de San Cristóbal de la Laguna, y desacralizada a finales del siglo XIX alberga la Capilla del Surf, un original museo, primero dedicado al surf en Canarias y segundo de toda España tras el Océano Surf Museo de Valdoviño, en A Coruña.
Considerado Monumento Histórico-Artístico desde 1985, esta vieja capilla renace como lugar de culto para los fans de este deporte, donde podrán descubrir la historia y la cultura relacionadas con el surf a través de tablas, libros y documentos históricos, como una primera edición de un libro ilustrado de Mark Twain, que es una de las más tempranas referencias literarias existentes sobre esta actividad.
Pero, ¿cómo prendió la llama de este original museo? La respuesta a esta pregunta no se puede encontrar sin la figura de Jesús Dionis, Tato para casi todos, un melillense, shaper de profesión (artesano de tablas de surf) y activista e historiador del surf por vocación que hace algo más de 14 años aterrizó en Tenerife en busca de las mejores olas para practicar su deporte favorito y también, por qué no, vivir su gran pasión.
Las encontró en Punta del Hidalgo y Bajamar, donde se estableció con una tienda y un taller de reparación de material para surf que, con el tiempo, se convertiría en un punto de encuentro para los amantes de ese deporte.
La mayor colección de España
También en una suerte de santuario donde se acumulaban todo tipo de objetos recopilados en los muchos años y, sobre todo, en los muchos viajes de Tato por el mundo, siempre con el surf como leitmotiv.
Un conjunto considerado una de las principales colecciones de Europa que ahora se podrá ver gratuitamente en un espacio que la realza, una antigua ermita que vuelve a contener piezas en cierto modo sagradas, al menos para los apasionados a este deporte.
De esta forma, la Capilla del Surf, ya abierta a los visitantes, se convierte en el primer centro sobre este género que abre en las Islas Canarias, segundo de España y uno de los escasos museos del surf en el mundo (apenas una decena, fundamentalmente en Australia y los EE UU).
Un hito en la cultura surfera canaria
Desde la Concejalía de Turismo del Ayuntamiento de La Laguna apuntan que este museo “no sólo va a suponer una nueva llamada para quien nos visita, sino que también reconoce el valor de la cultura del surf y toda su idiosincrasia en Bajamar y Punta del Hidalgo”.
No por nada Bajamar es uno de los principales referentes del surf en Canarias y, sin duda, su historia está unida a este deporte desde hace más de 40 años.
Este fue el primer lugar de Tenerife donde se practicó esta modalidad deportiva y este museo no hace sino poner en valor el hecho de que se trata de un lugar idílico para la práctica del surf.
Para el gran impulsor detrás del museo, Tato Dionis, el museo es todo un hito para la comunidad y la cultura surferas del archipiélago canario: “Es el florecer de una semilla plantada hace muchos años en forma de exposiciones esporádicas y festivales y que se ve reflejado, al fin, en un espacio fijo”.
Entre los objetos expuestos y distribuidos a lo largo de la nave de la antigua ermita hay piezas muy relevantes para la historia del surf en Canarias, Europa y el resto del mundo.
Así, se pueden observar tablas de distintos modelos, tiempos y procedencias, pero también fotos y videos protagonizados por los más conocidos surfistas, carteles y recuerdos de festivales y competiciones, así como documentos que testimonian la historia y los antecedentes de este deporte que ya practicaban de forma ancestral los primeros pobladores de Hawaii, desde donde se expandió al resto del planeta a partir del siglo XVIII.