Destinos que valen un Oscar: 6 películas finalistas que invitan a viajar
De los acantilados irlandeses de ‘Almas en Pena de Inisherin’ a la Alemania de ‘Tàr’ pasando por los paisajes neozelandeses de ‘Avatar 2’, viajamos con las películas finalistas a los Oscar 2023
La celebración de la gala de los Oscar, este domingo 12 de marzo es también una invitación, a través de historias fascinantes, a viajar a destinos maravillosos que sirvieron de localizaciones a las películas.
Y es que, si bien no podemos ir al increíble mundo de Avatar 2: el sentido del agua ni ver en acción a los gigantes azules alienígenas en el imaginario océano de Pandora, sí que podemos sumergirnos en los paisajes de Nueva Zelanda que inspiraron a su director, James Cameron.
Es un hecho: las localizaciones de las películas nos animan a viajar por lo que ser escogido como escenario de rodaje para una gran producción es todo un regalo para pueblos, ciudades y países enteros, que ven dispararse su popularidad y también la llegada de fans en busca de los escenarios que han visto en la pantalla.
Las nominadas de a los premios de la Academia, por la repercusión global de los premios, merecen un capítulo aparte, como señala la agencia de viajes online eDreams, que revela un aumento significativo de las reservas de los viajeros a los destinos más famosos del cine actual desde su lanzamiento a la gran pantalla.
Es el caso de Los Ángeles, que incrementó un 73% sus reservas a través de este portal durante el pasado mes de junio, coincidiendo con la llegada del filme Todo a la vez en todas partes a la gran pantalla, o de Dresde, que creció un 118% en reservas como consecuencia del éxito de Tàr, según la agencia.
Desde el abismo de los acantilados irlandeses de Almas en Pena de Inisherin hasta la arquitectura de una pequeña ciudad al norte de Alemania en Tàr, pasando por la ciudad de Memphis que retrata Elvis, estos son algunos destinos de Oscar que justifican un viaje.
‘Almas en pena de Inisherim’, Inishmore (Irlanda)
Una de las triunfadoras en los Globos de Oro –se llevó los de mejor guion, mejor comedia y mejor actor de comedia o musical para Colin Farrell-, Almas en pena de Inisherin es una firme candidata en la carrera a los Oscar, con un total de 9 nominaciones que podrían premiar tanto a Farrell, en la categoría de mejor actor, como a Brendan Gleeson y Barry Keoghan, en la de interpretación de reparto.
Aunque no han sido nominados, casi o más determinante que los personajes, son los paisajes de la cinta.
Y es que, si bien se ambienta en una isla ficticia, Inisherin, supuestamente ubicada frente a la costa oeste de Irlanda, la película, de sabor indiscutiblemente gaélico, se rodó en realidad en algunos de los paisajes más vírgenes, remotos y místicos de la Isla Esmeralda.
Concretamente en dos islas: Achill Island e Inis Mór, ambas enclavadas en la Ruta Costera del Atlántico.
La primera, ubicada en el condado de Galway, esconde tesoros como el fuerte Dún Aonghasa (Dun Aengus), un castro levantado hace aproximadamente tres mil años, y las ruinas monásticas del siglo VIII de Na Seacht dTeampaíll (Las Siete Iglesias), dos lugares envueltos en misticismo y que recuerdan a los habitantes de hace miles de años de esta isla.
En la isla de Achill, en el condado de Mayo, se encuentran algunos de los imponentes acantilados que vemos en la cinta, pero también playas, como la hermosa bahía de Keem (aparece en el cartel de la película), reconocida como el mejor lugar para bañarse en aguas salvajes de todo Reino Unido e Irlanda.
‘Elvis’, Memphis (EE UU)
Nominada a 8 premios de la Academia, incluidos los de mejor película y mejor actor principal, la cinta de Baz Luhrmann sigue la historia del icono del rock and roll Elvis Presley a través de los ojos de su controvertido manager.
Mientras asistimos a los altibajos, desafíos y controversias que rodearon al conocido como el Rey del Rock and Roll durante toda su carrera, desde su ascenso a la fama hasta su trágica y prematura muerte, podemos ver también los destinos determinantes para su carrera.
Es el caso de la ciudad de su infancia, Tupelo, de Las Vegas y, por supuesto, de Memphis, donde se encuentra la famosa mansión Graceland donde Elvis vivió desde los 22 años, hasta su muerte el 16 de agosto de 1977.
Ciudad del blues y cuna del rock ‘n’ roll, en Memphis todavía se respira su leyenda y no sorprende que quienes visitan la ciudad puedan ver varios museos o hacer recorridos temáticos que incluyen su casa de la infancia, el Walk of Life, el Museo de Elvis Presley y la estatua de Elvis a los 13 años.
‘Tàr’, Berlín y Dresde (Alemania)
El drama psicológico escrito y dirigida por Todd Field y protagonizado por Cate Blanchett que triunfa en todo el mundo -aspira nada menos que a seis premios Oscar- fue filmado en los alrededores de Berlín y en la ciudad de Dresde, en Alemania.
El filme, que retrata la vida de la compositora y pianista Lydia Tár, primera mujer en dirigir la Orquesta Filarmónica de Berlín, muestra la modernidad de la arquitectura alemana y realiza un recorrido por algunos de los escenarios más icónicos de la ciudad como la Filarmónica de Berlín.
‘Todo a la vez en todas partes’, Los Ángeles (California)
Una de las películas más destacadas del año, Everything Everywhere All at Once (Todo a al vez en todas partes), cuenta ya con innumerables reconocimientos y es la gran favorita para triunfar el domingo 12 de marzo, donde compite en un total de 11 categorías.
Dirigida por el dúo conocido como ‘los Daniels’, Daniel Kwan y Daniel Scheinert, esta película cuanto menos atípica que parte de una lavandería china para sumergirse en diferentes universos paralelos se rodó en los alrededores de la ciudad de Los Ángeles, concretamente en Simi Valley.
Ubicada en el condado de Ventura, esta pequeña población desconocida cuenta con unas impresionantes vistas a las montañas del sureste de California.
El Distrito de las Artes de Los Ángeles y el distrito central de negocios de Los Ángeles, en el sur del estado, fueron otras de las localizaciones.
‘El triángulo de la tristeza’, Eubea (Grecia)
A pesar de que el escenario simula ser una isla abandonada La película El triángulo de la tristeza, dirigida por Ruben Östlund y nominada a mejor película, mejor director y mejor guion original en los Oscar, Eubea cuenta con una población de más de 200.000 personas y es la segunda más grande de Grecia después de Creta.
En el largometraje se pueden ver las idílicas aguas jónicas desde un yate de lujo y, después, las playas de la isla de Evia (Eubea), simulando ser el paraíso desierto al que van a parar los protagonistas en esta sátira afilada sobre el estilo de vida de los ricos.
También se deja ver la parte más rural de la isla, con localizaciones como el castillo de Karababa o la zona arqueológica de Erétria.
Además de ser un gran destino para relajarse, Eubea tiene un atractivo especial para los espíritus aventureros. Desde ir en kayak por las aguas de Euripo hasta caminar por los senderos alrededor del monte Nikolaos, hay muchas actividades al aire libre con las que disfrutar.
‘Avatar 2: el sentido del agua’, Nueva Zelanda
No pudo ganar el Oscar a la mejor película con su primera entrega (lo perdió en favor de En tierra hostil) y tuvo que contentarse con las estatuillas a mejor dirección de arte, mejor fotografía y mejores efectos especiales.
La nueva cinta de James Cameron, Avatar 2: el sentido del agua vuelve a aspirar a la máxima categoría, mejor película, así como a las de mejor sonido, mejor diseño de producción y mejores efectos especiales.
Con Sam Worthington y Zoe Saldana al frente del reparto, la secuela de la película más taquillera de todos los tiempos tardó en completar su rodaje la friolera de tres años y tuvo lugar principalmente en Nueva Zelanda.
En el largometraje, Jake Sully y Neytiri, que han formado una familia tras lo vivido en Avatar 1, deben enfrentar una antigua amenaza por lo que se ven obligados a abandonar su hogar y explorar nuevas regiones de Pandora.
En torno al agua, se dejan ver en la cinta algunos de los encantos vírgenes de Nueva Zelanda, entre ellos playas salvajes, volcanes, géiseres, glaciares o fiordos.
En este sentido, y aunque en la cinta no aparecen con sus nombres, Cameron podría haberse inspirado en impresionantes bosques como Whakarewarewa Pek y el bosque de Woodhill, o los escenarios de la Pacific Coast Highway o el Parque Nacional de Tongariro.
Gran enamorado del océano (se define a sí mismo como “ávido submarinista”), Cameron se habría inspirado también en los pueblos e islas de la Polinesia.