El peso de Podemos y Compromís amenaza 1.500 millones euros de inversión en el Puerto de Valencia
Las elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana van a decidir los 1.500 millones de euros que tiene pendiente de recibir el Puerto de Valencia en el caso de realizarse la terminal norte que ya tiene construido el dique desde 2012. Las posturas no se han relajado durante esta campaña sino que se han reconfirmado. Por un lado, el PP tiene claro su apoyo a la ampliación del Puerto de Valencia y lo manifiesta sin ambigüedad, algo que también ocurre con Vox y Cs.
Esto es justo lo contrario de lo que ocurre con el PSOE, que ha evitado en esta campaña hablar del tema porque es el principal punto de fricción que tiene con sus necesarios socios. En su programa lleva de manera ambigua garantizar la sostenibilidad de la ampliación norte del puerto ya que el debate, bajando a lo concreto, es si la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) aprobada se debe respetar o ningunear.
Prueba de esta indefinición socialista ha sido el papel desarrollado por Joan Calabuig (histórico dirifente del PSOE colocado por Ximo Puig) desde que asumió la presidencia de la Autoridad Portuaria de Valencia. Ha conseguido mantenerse en la ambigüedad revistiéndose de sostenibilidad y freno al cambio climático, algo compatible con la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) en vigor pero que se ha presentado con la «música» de los que consideran caducada la DIA actual.
Compromís muestra enormes reticencias pero no utliza el más agresivo de sus tonos. Joan Baldoví, candidato de Compromís a la Generalitat, aseguró en el último debate electoral celebrado en À Punt este jueves, “quiere un puerto al servicio de la ciudad y no de una multinacional”, mientras su programa electoral es más claro aún al hablar de seguir trabajando para frenar la ampliación del puerto.
Podemos en este aspecto ofrece su cara radical. Del “capitalismo despiadado” de Juan Roig pasa a cebarse ahora con MSC, empresa que va explotar la terminal norte del Puerto de Valencia, y Vicente Boluda, que además de ser el principal remolcador (también en el Puerto de Valencia) es el presidente del lobby empresarial AVE.
La cuestión en el caso de que el bloque de izquierdas gane en la Comunidad Valenciana está en el peso que tendrá cada uno los socios de un PSOE, que repetiría en la presidencia. El caso de Podemos es el que menos margen de maniobra tiene. Lo primero que tiene que lograr, cuestión que las encuestas ponen en duda, es superar el listón del 5% para realmente poder formar parte de Les Corts.
A partir de ahí, tendrá que decidir donde quiere poner los pocos huevos que tendrá para las cestas. Eso sí: todos crearán conflictos con el PSOE porque los pilares de Podemos son la fuente de enfrentamientos en esta pasada legislatura. Ximo Puig ha tenido problemas con las renovables y Podemos quiere una empresa pública de energía. Ximo Puig ha defendido a Juan Roig, que Podemos ha usado como su principal diana. Y con la terminal del Puerto de Valencia pasa exactamente lo mismo.
La posición definitiva será la que, si la izquierda repite, tome Compromís. El programa defendido por Baldoví es mucho más amplio y el Botànic empezó con Marzà en Educación siendo el centro de la polémica. Tendrá que decidir si las fuerzas las dedica a esta causa. El foco que elija Compromís permitirá reducir o incrementar la tensión en el Puerto de Valencia.
La última palanca en este asunto portuario será el Ayuntamiento. La hipotética llegada de Catalá (PP) quitaría la oposición a la ampliación que ha llevado a cabo Ribó (Compromís) mientras que la también hipotética victoria de la izquierda pero con Gómez (PSOE) de alcaldesa rebajaría tensiones. Ribó ya ha votado en contra de la ampliación por lo que si sigue de alcalde está clara su postura
Más de 2.100 millones de modelo Alzira en juego
El modelo Alzira de Sanidad implantado por el PP y que ha iniciado su proceso de desmantelamiento con el gobierno de PSOE, Compromís y Podemos es el otro gran asunto económico que se decidirá en estas elecciones. Entre los pocos datos económicos que hay sobre el coste de este proceso se superan los 2.000 millones de euros desde que arrancó en 1997.
La reversión del modelo Alzira empezó en la primera legislatura del Botànic con la reversión del hospital de Alzira y continuó con el de Torrevieja. Las próximas reversiones anunciada por el bloque de la izquierda son Manises, Denia y Elche mientras que desde el PP no se han anunciado nuevos planes basados en el modelo Alzira aunque sí que ha remarcado Mazón que la sanidad «además de universal y gratuita tiene que ser eficaz».