Urge un recambio generacional porque trabajo no falta
Los talleres de reparación de vehículos, como parte de la industria del sector metal, nos vemos afectados por la escasez de profesionales y la mala praxis de ciertas compañías que pueden provocar nuestro declive como sector.
Y no me refiero al aumento de costes energéticos ni a la escasez o retrasos en la recepción de piezas de recambio. Hay otros factores ajenos a nuestra actividad que hacen que el trabajo diario de mantenimiento y reparación de vehículos ya sea industriales, agrícolas, motocicletas… se vea alterado.
Garantizar la seguridad vial
El taller se dedica a mantenimientos preventivos y a reparar averías de componentes como amortiguadores, baterías, filtros, neumáticos, frenos, masillar, pintar, etc. Tareas todas ellas destinadas a garantizar la seguridad vial, es decir a prevenir accidentes de tránsito y/o disminuir el riesgo de muerte o de lesión de las personas en sus desplazamientos.
La ciudadanía forma parte del vaivén diario de desplazamientos en diferentes tipos de vehículos, ya sea en la ciudad o en la carretera más remota. Un dato: de los 4,87 millones de desplazamientos que se realizan a diario en el área metropolitana de Valencia, solo el 15,4% son en transporte público frente al 41,3% que representa el vehículo privado. Por lo que un adecuado mantenimiento y reparación de los vehículos garantiza un correcto funcionamiento y permite una buena respuesta ante un posible accidente, evitando daños a las personas que viajan en él.
A esto se añade la necesidad de contar con personal cualificado en los talleres, ya que debemos formarnos continuamente, y más ahora ante los nuevos modelos de movilidad que ya vemos en las carreteras por donde circulamos.
Trabajo no falta
¡Trabajo no nos falta! Lo que sí que necesitamos es mano de obra, pero no la encontramos. Y lo incomprensible es que, aun habiendo gente que necesita trabajar, no nos ven como una salida laboral de futuro.
Somos un sector que envejece que requiere de un “recambio generacional”. Probablemente no seamos lo suficientemente atractivos para el talento joven. Pero debemos insistir en que ya no somos aquellos talleres sucios de hace décadas. Somos un sector tecnológicamente en movimiento, que aplica las nuevas tecnologías que las empresas fabricantes desarrollan, empleamos nuevos materiales para ser respetuosos con el medio ambiente y estamos en continua mejora y evolución.
A esta problemática se añade otro factor que enturbia nuestra labor: la economía sumergida, que nos ahoga como a un motor cuando se le impide el paso de combustible. Proliferan los talleres alegales sin las licencias correspondientes, que no cumplen ninguna normativa industrial ni medio ambiental, donde se emplean recambios y maquinaria poco fiables y de dudosa procedencia en las reparaciones y sustituciones. Además de ser realizadas por personas sin la formación adecuada. Por lo tanto, desde FEVAUTO insistimos en que acudir a un taller clandestino no es más barato, porque sus consecuencias salen caras.
Guerra de precios de las aseguradoras
Y no quisiera olvidar a las compañías de seguros que, con sus peritaciones a la baja o su imposición del precio/hora de mano de obra a nuestros talleres, echan un pulso a nuestra actividad. Es injusto tener que reparar un vehículo y ver que en la peritación figura un precio de mano de obra a pagar por la compañía de seguros muy inferior al estipulado por tu empresa.
¿Debemos acaso los talleres asumir la guerra de precios de las aseguradoras para que aumenten su cartera de clientes a costa de pólizas excesivamente baratas que no cubren el coste real de las reparaciones?
Nuestro cometido no es regatear todos los días por cada peritación
La respuesta es NO. Y además las propias aseguradoras se encargan de tacharte de taller conflictivo ante la clientela del seguro para que acuda a otro taller, solo por el hecho de pelear un precio de hora justo por el trabajo realizado.
Nuestro cometido no es regatear todos los días por cada peritación para que la compañía de seguros pague correctamente el coste de cada reparación, ni luchar contra talleres alegales, sino trabajar por un bien común que, como decía al principio, es garantizar la seguridad de las personas y asegurar puestos de trabajo para las futuras generaciones.
Todo lo demás nos resta competitividad y pone en peligro la supervivencia de cerca de 2.000 talleres que generan 45.000 empleos directos en la Comunidad Valenciana.