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Si los plazos se cumplen, algo que no se ha dado hasta la fecha, en el primer semestre de 2024 las obras del Nuevo Mestalla podrían echar a rodar de nuevo, con el objetivo de llegar a la cita mundialista que tendrá a España como una de sus sedes. Para ello, antes de acabar el año tendría que obtener el club la licencia de obra por parte del Ayuntamiento de Valencia con la que poder retomar la construcción del Nuevo Mestalla.

Voluntad política por parte de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, hay. El Ayuntamiento de Valencia ha comunicado por carta al comité organizador del Mundial que con una previsión «en todo caso inferior a dos meses se podrá, por parte del Ayuntamiento de Valencia, otorgar la licencia que permitirá que se puedan iniciar las obras que restan para su finalización y puesta en funcionamiento del estadio de fútbol», tal y como ha desvelado Onda Cero Valencia.

Sin embargo, la renegociación del convenio queda pendiente de que finalmente el club reanude las obras, algo que ha prometido en incontables ocasiones, pero que hasta la fecha, no ha cumplido. Es por ello que la tramitación de la concesión de licencia «con las nuevas modificaciones, está a la fecha de la firma del presente escrito, pendientes de puntuales justificaciones de accesibilidad, así como aclaraciones de uso en espacios de planta baja y sótano que deberá concretarse por parte del Valencia CF».

En este mismo sentido, ha ido dirigida la misiva del Director General de Deportes Luis Cervera, donde afirma que se han constatado avances importantes para el comienzo de las obras. En ese escrito, se destaca que el Ayuntamiento de Valencia y el Valencia CF SAD «vienen trabajando en el proceso de tramitación de la licencia de obras. Las últimas modificaciones del proyecto presentado por el Valencia CF (promotor de la licencia) corresponden a cambios menores y en aras de agilizar el proceso de otorgamiento de la licencia».

Estadio terminado en 2026 o 2027

Esta nueva situación abre un escenario nuevo hasta la fecha, ya que a todas las partes interesa, ahora si, que el estadio esté terminado y funcionando a tiempo para que Valencia sea de nuevo sede de un gran evento deportivo. De hecho, la Generalitat estima que el club podría arrancar los trabajos a los seis meses de haber recibido la licencia definitiva para ello, quedando la inauguración pendiente para 2027, ya sea para la temporada 26-27 o el arranque de la siguiente.

Estado actual del nuevo Mestalla. EFE

Para ello, el club cuenta con los fondos bloqueados de CVC, la venta de activos del club (como el edificio de las actuales oficinas) o la comercialización del terciario en el nuevo emplazamiento, por lo que todo apunta a que se está llegando a un punto de acuerdo entre las partes tras una década de mentiras por parte del club.

Hasta en el aforo han llegado a un entendimiento, ya que el nuevo estadio contará con las 70.000 plazas que estaban acordadas con casi 3.500 plazas de aparcamiento, lo cual supone el cumplimiento por parte del club de las condiciones con las que arrancaron las negociaciones para retomar las obras.

El club, optimista una vez más

De hecho, el Valencia CF también se ha puesto en contacto por carta con el Comité Organizador de la RFEF del Mundial 2030 a través de una carta de su presidenta que desvelaba la Cadena Ser a finales de la semana pasada, en la que comunicaba que «la capacidad inicial en primera fase de obras, de 66.000 localidades en el momento de la apertura, ampliables hasta un aforo total máximo de 70.000 localidades».

De hecho, el optimismo es tal, que se marcan plazos concretos. Es decir, que a los 6 meses de la recepción de la licencia, iniciarían unas obras con una duración prevista de entre 24 y 30 meses, puntualizando que la inauguración deberá hacerse en periodo estival coincidiendo con el inicio del campeonato nacional de liga.

Sin embargo, condiciona todo esto a que se obtenga la licencia en los próximos tres meses y a que se apruebe el nuevo convenio, unas condiciones que no obtendrán en su totalidad hasta que no arranquen los trabajos, ya que esas nuevas condiciones no se darán hasta que llegue ese momento, por lo que aunque es cierto que la situación parece llegar a buen puerto, todavía quedan muchas aristas por pulir para que las máquinas puedan entrar de nuevo en el esqueleto que preside la entrada a Valencia por la Avenida de las Cortes Valencianas.

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