Así suben los sueldos en Valencia: Consum (9%), Mercadona ( 6,5%), Pamesa (4%), pymes ( 2,7%)
Las diferencias de subidas salariales en Valencia ha adquirido su mayor horquilla alcanzando hasta 15 puntos de diferencia. Desde subidas que recuerdan el pico de la inflación (Consum sube un 9%), revalorizaciones clásicas que copian el IPC (Mercadona, un 6,5%) a soluciones próximas al alza de precios (Pamesa y el sector cerámica sube un 4%). Lejos de estas grandes empresas, la media de incremento de los 3.084 convenios que han tenido efecto en 2022 (mayoritariamente a pymes) ha sido del 2,78%. Y junto a estos casos, situaciones extremas como la de Lear Asientos, que se baja el sueldo un 6,5%.
La realidad constata que la indexación automática de los salarios al IPC es práctica en desuso. «No todos los sectores y todos los sectores somos como Mercadona y Consum», apuntan fuentes empresariales mientras que desde los sindicatos se comporte esta visión. Acabado el café para todos, la carta salarial de 2022 ha tenido todo tipo de menú, que ha ido cambiando según si en verano la inflación sobrepasaba el 10% a las posturas de final de año, con un IPC en descenso.
La complejidad añadida del Covid y sus sucesivas olas incrementado por la guerra de Ucrania y la inflación han propiciado subidas de salario enormemente dispares con los convenios que se han retrasado en su renovación o aplican regularizaciones salariales atrasadas. En verano se firmó el convenio de la hostelería con una subida del 8% durante cuatro años mientras que el textil ha firmado doble dígito (11,25% de subida en tres años).
El transporte por carretera partía 2022 con una subida del 3,4% que se podía incrementar (así ha sido) con un 2% adicional en caso de que subiera el IPC por encima de esa barrera. Similar evolución tendrá este año, aunque con un punto de partida de subida del 2,5%. Esta fórmula de una cláusula de revisión topada se ha desarrollado en otros convenios, como el del plástico de la provincia de Valencia, que el año pasado revalorizó salarios un 6% y este año tiene marcado un 3% con una actualización de un 2% como máximo tanto al alza como a la baja.
La creatividad para acompasar los salarios a escenarios inflaccionistas adversos encontró una nueva estructura en el convenio de estaciones de servicios de la Comunidad Valenciana. Tal y como informa Comisiones Obreras, se plantea una subida del 4% el año pasado y de un 2% este año con una cláusula de revisión topada al 60% del IPC en 2023. Las subidas en 2024 y 2025 se sitúan en el 2% y el 1,5% pero los topes del IPC se elevan al 70% y el 80%.
Lejos de estos niveles está el convenio de los collidors, que tras plantear y realizar una tímida primera jornada de huelga, se eliminó la conflictividad con una subida del 8% para cuatro años (a razón del 2% al año). Esta barrera es la que, según el último estudio de UGT sobre los convenios firmados en la Comunidad Valenciana, separa a la mayoría de acuerdos salariales. El 61,92% de los convenios pactan subidas salariales superiores al 2% mientras que el 17% de los convenios suben sueldos entre un 1,5% y un 2% y el otro gran grupo de convenios (otro 17%) son los que revalorizan sueldos entre un u0,5% y un 1%.
Al margen de las soluciones creativas se encuentra la automoción. No sólo porque el convenio del metal y su negociación será tema crítico durante este año sino por en el entorno Ford se viven los escenarios más adversos. Una de las subidas más tibias la protagonizó la factoría de Almussafes, con una subida lineal de 1.000 euros en 2022, equivalente al 3,16%. La valoración de esta subida cambia cuando se compara con la propuesta de Saarlouis, que el año pasado planteó bajarse los salarios un 18%. Aquella batalla entre plantas de fabricantes se mantuvo en el segundo escalón, cuando uno de los proveedores de asientos de Almussafes (Lear) optó por bajarse un 6,5% el sueldo para seguir con carga de trabajo (cuestión que no tienen garantizada).
Con estos datos, la evidencia de que cada sector y empresa es un mundo se fortalece. Desde la patronal CEV se apunta: «El escenario de incertidumbre actual generado por la invasión de Ucrania, los elevados costes energéticos, el aumento del coste de las materias primas y las subidas de tipos de interés hace imposible que los salarios suban al mismo ritmo que la inflación, una inflación que además ya se está frenando».
Por eso, desde la patronal se apunta que «los empresarios tenemos que asegurarnos de que esas subidas no comprometan la viabilidad de las empresas. Para nosotros es prioritario el mantenimiento del empleo. No podemos pasar por alto que nuestro tejido productivo está formado mayoritariamente por pymes y que el aumento de los costes de producción no se está traduciendo en un aumento de los márgenes empresariales, aunque se empeñen en decir lo contrario. Es importante proteger a las pequeñas y medianas empresas, y una subida desproporcionada podría tener una peor repercusión sobre el consumo si las empresas no pueden soportar los elevados costes y terminan destruyendo empleo. Hay otras fórmulas como la productividad».
En este sentido, la CEV apunta que «la propuesta de CC OO, que plantea ligar el aumento salarial a la situación de las empresas en cada sector, parece también razonable. Habrá que estudiarla, pero es lo que siempre hemos defendido desde CEOE. Hay empresas que pueden asumir una subida mayor y otras que no».
Comisiones Obreras defienden, por su parte, que «los márgenes de beneficio están alimentando la espiral de precios. Por eso, para CCOO PV no es de recibo que mientras las empresas se enriquecen con la inflación, las personas trabajadoras estén perdiendo poder adquisitivo. Hemos trasladado a la patronal nuestra disposición a abordar otra negociación salarial para garantizar incrementos salariales suficientes y cláusulas de revisión salarial que se liguen a la inflación y que se liguen también a los resultados de las empresas y de los sectores productivos».
El concepto principal de Comisiones Obreras es que «tenemos que afrontar el incremento de los costes económicos con un reparto equitativo entre beneficios, salarios y recursos públicos«. También reivindican un SMI entre los 1.082 euros y los 1.100 en 2023.
Desde UGT, su secretario general, Ismael Sáez, asegura que la disparidad en la subida salarial obedece a la diferencia que hay en cada lugar. Incide en que «se ha planteado una propuesta para vincular la situación de cada sector y Garamendi ha respondido de manera favorable».
Y concluye con el mayor temor que tienen patronal y sindicatos. «El momento electoral lo desestabiliza todo y esto va a afectar», asegura el secretario general de UGT-PV. El año 2023 se dibuja con una ausencia clara de referentes en la subida salarial y el temor de una conflictividad que se enquiste con el impulso y beneplácito de los que opten por convertir el diálogo social en terreno conflictivo con el ánimo de sacar rédito electoral.