Sánchez cede a ERC parar la ampliación del puerto de Valencia ante la pasividad del PNV, gran perjudicado
Pedro Sánchez ha concedido a ERC la paralización de la ampliación del puerto de Valencia. En las manos del actual presidente del gobierno en funciones ha estado dar el visto bueno en el consejo de ministros a las obras en las que MSC, primera naviera del mundo, quiere invertir 1.100 millones de euros en Valencia. No lo ha hecho y con el asunto en el cajón se llega al debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo.
Con la autorización que ahora queda de nuevo congelada, el socio catalán de Sánchez retrasa (con la vocación de evitar) la competencia del puerto valenciano, que aglutina el tráfico de mercancías del centro de España y el del corredor cantábrico (Valencia, Aragón, Navarra, País Vasco), que por sí solo suma el 20% del PIB de España. El tapón al puerto de Valencia, con fuerte y creciente relación con el puerto de Bilbao, supone un lastre para la industria vasca y, por tanto, para los intereses del PNV, que pierde opciones de conectividad para sus empresas.
La operación de venta de terminales de Valencia y Bilbao de JP Morgan a la naviera CMA que, tal y como desveló ayer Economía Digital, se firmará este viernes por 300 millones de euros explica la situación portuaria española. Esta operación supone la salida del banco de inversión del negocio portuario español y que las cuatro principales navieras del mundo estén en el puerto de Valencia. Esta unión se conjuga con las sólidas ramificaciones que se han ido construyendo en una estrategia en el que el recinto valenciano se convierte en el puerto del Mediterráneo y se une de manera contundente hacia Andalucía, Madrid y País Vasco.
Actualmente, MSC, principal naviera del mundo, supone aproximadamente el 50% del tráfico marítimo en Valencia y, para ello, utiliza su propia terminal y la de Cosco, cuarta naviera mundial. Maersk, segunda naviera del mundo, tiene su propia terminal en Valencia. Una vez el consejo de ministros autorice el acondicionamiento de la terminal norte del puerto de Valencia (ya que el dique ya se construyó por 204 millones hace 11 años), MSC dejará de utilizar la terminal de Cosco y desarrollará su negocio en sus nuevas instalaciones.
Esto dejará sin gran parte del tráfico de la terminal de Cosco y JP Morgan. La compra al banco de inversión de su participación en las terminales de Valencia y Bilbao por parte la naviera francesa CMA, la tercera del mundo, viene a asegurar tráfico marítimo en el Puerto de Valencia y en el de Bilbao una vez MSC tenga su instalación ampliada en Valencia.
La entrada de CMA en Valencia con el 49% de la terminal viene acompañada de la adquisición del 38% de una terminal en el puerto de Bilbao. Tal y como explican fuentes portuarias a Economía Digital, ambos puertos son complementarios y no competidores. Los barcos que cruzan el Mediterráneo (ya sea desde Asia o desde América) y paran en España eligen Valencia, Barcelona o Algeciras. «Los grandes barcos que pasan por el Cantábrico no paran por el Mediterráneo. Si un barco para en Valencia, no descarga en Bilbao. El tráfico entre estos puertos se hace en tren o en camión».
Dicho de otro modo, la estrategia de CMA es ofrecer desde España, con las inversiones en Valencia y Bilbao, conectividad al conjunto de las empresas de España en las diferentes rutas marítimas ya sean por el Mediterráneo o por el Cantábrico. Mientras tanto, la pujanza del Puerto de Valencia y, por tanto, el crecimiento que generará la ampliación de la terminal norte, mejorará la conectividad ferroviaria que rodea la Comunidad Valenciana. Y todo ello será posible cuando MSC deje espacio a CMA en la terminal que ahora utiliza de Cosco.
Hace dos semanas, el Puerto de Valencia anunció que financiaba apartaderos ferroviarios de 750 metros en Zaragoza, Teruel y Castellón. La inversión tiene como objetivo directo la mejora de la línea ferroviaria Zaragoza-Teruel-Sagunto que, además del tráfico con Aragón, es esencial para conectar por ferrocarril el Mediterráneo con el Cantábrico y el Atlántico. El objetivo, por tanto, es unir las áreas portuarias de Valencia y Bilbao, así como los nodos logísticos de Platea (Teruel), Zaragoza-Plaza y Júndiz (Vitoria). En esta línea seguirá Mar Chao, nueva presidenta del Puerto de Valencia designada por Carlos Mazón.
Esta hoja de ruta del Puerto de Valencia, que desde la patronal valenciana CEV, se ha compartido en diversas ocasiones con sus homólogos vascos y maños, pone en valor la oportunidad estratégica que tiene la creación del eje económico entre la Comunidad Valenciana y el País Vasco donde el desarrollo de cada uno de sus recintos portuarios es crítico tanto para la exportación como para la captación de la manera más económica posible de las materias primas que requieren cada una de sus industrias regionales.