La Comunidad Valenciana, epicentro de innovación sostenible gracias a REDIT
La Red de Institutos Tecnológicos (REDIT) de la Comunidad Valenciana celebró hace unos días, en colaboración con RUVID, la CEV y el apoyo de la Generalitat Valenciana, el CV+i Circular Day, evento que se convirtió el epicentro de la investigación, el desarrollo, la innovación y el emprendimiento en Economía Circular en la región.
CV+i Circular Day reunió a los principales agentes del ecosistema regional, en una apuesta dirigida a facilitar su conexión y a acelerar la innovación entre startups, actores clave del desarrollo económico y social de la región, en el ámbito de la economía circular.
No en vano, REDIT ha puesto en marcha más de 2.200 proyectos de I+D a lo largo del 2023 con empresas de la región, con el objetivo de transformar el modelo productivo, consolidar el crecimiento empresarial sostenible y, en definitiva, mejorar el bienestar de la sociedad valenciana.
Muchos de estos proyectos, cuyo presupuesto total ha ascendido a 60 millones de euros, se han enmarcado en la convocatoria del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) que desde enero del 2022 a junio del 2023 ha potenciado la inversión privada en I+D y en innovación en la Comunidad Valenciana y se ha encargado de la financiación de los proyectos, junto al Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).
La colaboración entre empresas valencianas ha supuesto un factor fundamental del proyecto de REDIT, ya que permite adecuar la investigación a sus necesidades reales, tanto actuales como futuras, al mismo tiempo que facilita la transferencia de los resultados obtenidos.
Destaca el fuerte peso que ha tenido la sostenibilidad como instrumento de competitividad al servicio de las empresas valencianas, con el objetivo de avanzar en un sistema de innovación valenciano orientado a lograr los máximos resultados en una economía productiva.
Así, los centros IBV (coordinador de proyecto), ITE, AIDIMME, AIMPLAS, ITENE e ITI han creado un nuevo entorno de investigación para desarrollar tecnologías en el marco del proyecto iMoLab, un laboratorio de movilidad inteligente, con el objetivo de cambiar la manera en que habitamos las ciudades y nos desplazamos por ellas, desarrollando una convivencia urbana clave para el bienestar de las personas y la protección del planeta.
Los laboratorios serán tanto fijos (en las instalaciones de los centros) como móviles (con vehículos instrumentados), para realizar pruebas virtuales donde validar los prototipos desarrollados, y permitirán establecer cómo debe ser la nueva movilidad.
Larga vida al plástico
El centro tecnológico ITENE está desarrollando una mejora de las propiedades de plásticos compostables y papel reciclado y reducirá su coste en su aplicación para envases alimentarios y botellas para productos de droguería – biocidas, fitosanitarios, acabados textiles y productos de higiene del hogar –, además de modelos matemáticos que permitan predecir la toxicidad de nanomateriales y sustancias de origen natural.
Por otro lado, AINIA investiga tecnologías limpias para abaratar y optimizar el reciclaje de plásticos biodegradables. Con el proyecto Sufrapur, busca lograr productos cada vez más puros y sostenibles sobre las bases de la química verde, orientado a mejorar la calidad de sustancias líquidas aplicables en alimentos y cosméticos.
Asimismo, el proyecto Revaloriza, financiado por IVACE y fondos FEDER investiga nuevas tecnologías para abaratar y optimizar la producción del reciclaje de plásticos biodegradables con el objetivo de obtener, de forma sostenible, compuestos de valor añadido.
Por último, con el objetivo de impulsar soluciones de plásticos biodegradables más sostenibles y seguras para el medio marino, AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, está trabajando en nuevas metodologías estandarizadas de alta fiabilidad para evaluar la biodegradación y ecotoxicidad de los bioplásticos en el mar con el proyecto Aigua Marina.
AIMPLAS también trabaja en impulsar nuevas soluciones que permitan avanzar hacia un sistema energético eficaz y sostenible. Con su proyecto Solarflex pretende conseguir unas celdas fotovoltaicas más económicas, flexibles, de mayor tamaño, menos contaminantes y hechas con materiales orgánicos, que sustituyan a las de silicio.
Construcción sostenible
AIDIMME ha centrado la aplicación de la sostenibilidad en el mundo de la construcción desde el principio. Por eso, su proyecto Woodforest Satellite estudia la calidad y estado del terreno forestal de la Comunidad. El estudio posibilitará la extracción de madera de forma sostenible y disminuirá los riesgos de incendios.
Asimismo, su proyecto Facons, cofinanciado por la Unión Europea, investiga la automatización de los procesos productivos en la construcción, para que en el espacio donde se vaya a realizar una obra tengan lugar una serie de procesos interrelacionados y comunicados de manera automática, analizando previamente aspectos de eficiencia e incidencia en el impacto medioambiental para hacerlos más sostenibles.
Por otro lado, los sistemas de aislamiento térmico que se utilizan actualmente en construcción, tanto en obra nueva como en rehabilitación, emplean como aislantes materiales no renovables de elevado impacto ecológico (espumas petroquímicas flexibles, poliestireno expandido, poliuretano proyectado o en planchas, lana de roca, lana de escoria y lana de vidrio). Por eso, este sector busca sistemas de aislamiento más eficaces que los actuales, fáciles de instalar y que utilicen en gran medida materiales sostenibles y reciclables, como madera y derivados.