Orizon estima que la mitad del presupuesto tecnológico de la banca se pierde en el desarrollo ‘cloud’
Sin contemplaciones. «Algunas empresas del Ibex 35 se gastan en un trimestre el presupuesto tecnológico de todo un año«. Así de contundente se muestra la empresa tecnológica Orizon, que ofrece soluciones de rendimiento que permiten generar ahorro a las compañías.
Desde su experiencia, tras haber participado en algunos de los principales movimientos corporativos de la banca española, estiman que las grandes compañías podrían tener importantes ahorros latentes en sus procesos tecnológicos, sobre todo, relacionados con la migración en la ‘nube’ y que, sin embargo, no están sabiendo capturar.
Algunos de los principales problemas, precisamente en grandes compañías, es la complejidad de hacer entender a los departamentos adecuados de la importancia de gestionar los costes tecnológicos. De esta forma, explican desde Orizon, muchas veces no hay correlación entre la inversión en IT y la facturación de la empresa. Esa situación, básicamente, es porque no existen modelos de ahorro. Simplemente control de costes.
Mucho que mejorar
La realidad es simple. Los sectores de la banca, seguros y ‘utilities’ asumen sobrecostes imprevistos de en torno al 45% en sus presupuestos tecnológicos destinados a la migración a la ‘nube’ debido a la ausencia de una política real de gestión del rendimiento de sus infraestructuras, según un estudio de la empresa tecnológica alicantina Orizon.
De esta forma, los costes ocultos de los servicios ‘cloud’ como, por ejemplo, los asociados al procesamiento de picos inesperados y la mayor complejidad de este entorno, que exige perfiles profesionales muy especializados y escasos en el mercado, son las causas más comunes que explican esta situación.
Y no solo eso. En el sector banca y seguros, a este sobrecoste se suma el histórico que sufren las empresas que operan en este segmento (en torno a un 15%), debido a la baja calidad del software y la inexistencia de políticas para su optimización.
Además, y según se desprende de este muestreo realizado por Orizon, el resultado del proceso de migración a la nube es calificado como negativo ya que cerca del 80% de las organizaciones afirma no haber alcanzado los objetivos que se habían marcado.
En este contexto, la totalidad de las organizaciones argumenta como causa fundamental de esta percepción el escenario de «enorme complejidad» que implica la nube. De hecho, en torno al 70% de las organizaciones admite asumir únicamente una gestión reactiva efectiva del cloud cuando aparecen problemas que afectan a la operativa, frente a una proactiva y constante. Igualmente, un porcentaje similar de organizaciones reconoce que la nube ha elevado la complejidad en el desarrollo de nuevas aplicaciones para el negocio y están replanteando sus estrategias de plazos y objetivos en este entorno.
Sin embargo, paradójicamente, el gasto en software en 2022, de acuerdo con IDC, experimentó un crecimiento interanual del 15% en Europa y llama la atención que tras el subsegmento de las plataformas de inteligencia artificial (IA), que creció un 35%, se sitúa el de las herramientas de calidad y ciclo de vida del software, que aumentó un 26%.
«A pesar de ello” -apunta el CEO de Orizon Ángel Pineda-, y me refiero al último de estos porcentajes, las empresas siguen teniendo muchos problemas que se derivan de la baja calidad de software ya que las soluciones de monitorización tradicionales no son capaces de ofrecer una visión completa y se limitan a detectarlos y emitir centenares de avisos y alertas, pero no identifican, analizan, correlacionan y resuelven los problemas».
El negocio de Orizon
Por lo que respecta a las magnitudes de negocio, la tecnológica española prevé cerrar este ejercicio con unas ventas en torno a los seis millones de euros, lo que implicaría duplicar las obtenidas en 2022, y situar su Ebitda en un 25% sobre sus ingresos, frente al 19% anterior.
Este año Orizon da el salto con su tecnología BOA para la mejora continua del rendimiento tecnológico de las grandes organizaciones, desde los grandes sistemas centrales (mainframe) a los entornos cloud e híbridos. Para ello, la compañía se encuentra en pleno proceso de adaptación de la arquitectura de su tecnología, respaldada por el Centro de Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) por su alta capacidad innovadora, que tendrá disponible en el tercer trimestre de este año y tras una inversión 1,8 millones de euros.
Con estas cifras, Orizon da por satisfechas sus expectativas de negocio para 2023, a pesar de que inicialmente apuntaban a alrededor de los ocho millones de euros, teniendo en cuenta, apunta la compañía, dos factores clave.
El primero de ellos, las «gravísimas» dificultades que hay ahora mismo en el mercado español para encontrar profesionales suficientemente cualificados para innovar en entornos tecnológicos avanzados y de nueva generación, tales como la tecnología BOA, y el segundo, la propia cultura de los departamentos de tecnología de las grandes organizaciones, «muy poco madura aún para afrontar proactivamente una estrategia robusta para asegurar el rendimiento de sus infraestructuras por las posibles consecuencias en sus organigramas», apunta Ángel Pineda.