El bloqueo del Gobierno tras el 23-J encalla la ampliación del Puerto de Valencia
La patronal CEV y el Propeller Valencia están preocupados por el bloqueo del gobierno en España que, a su vez, paraliza la ampliación del Puerto de Valencia. La inversión necesita la autorización del consejo de Ministros y el temor que corre entre los empresarios es que el asunto no va a ponerse encima de la mesa.
Según cuentan a este periodico desde la patronal autonómica, uno de las consecuencias que más preocupan actualmente en el seno de la patronal es que la incertidumbre sobre el gobierno central lleve a una parálisis en la aprobación de las obras de la ampliación norte del puerto. Al tratarse de una inversión elevada, necesita pasar por el Consejo de Ministros. El problema que se ve desde Valencia es que el gobierno en funciones no va impulsar una obra que tiene en contra a Sumar ni a los intereses del puerto de Barcelona. «Si hay repetición electoral, no se aprobará hasta después de la repetición electoral», explican fuentes empresariales.
El proyecto comprende dos inversiones: la parte pública que es la que ejecuta la Autoridad Portuaria de Valencia (en torno a 500 millones de euros) y la privada, que es la que tiene que acometer MSC y que superará los 1.000 millones. La APV ya adjudicó en su día la gestión y explotación de la terminal a TiL (MSC). Una vez el Consejo de Ministros apruebe el proyecto, se podrá sacar a concurso para la ejecución de la obra pública, posteriormente se adjudicará a la constructora que corresponda y finalmente se hará la obra. Una vez concluida se pondrá a disposición de MSC.
La nueva terminal de contenedores estará ubicada en las aguas interiores del dique de abrigo de la ampliación norte del Puerto de València, cuyas obras finalizaron en 2012 con una inversión de 204 millones de euros, de los que 74 millones fueron subvencionados con Fondos de Cohesión Europeos. La terminal de contenedores tendrá una superficie de unas 137 hectáreas y 1.970 metros de línea de atraque, con una capacidad para albergar 5 millones de contenedores.
Alfredo Soler, presidente del Propeller Valencia, explica: «Cada día de paralización del proyecto de la Terminal Norte supone una merma paulatina de la competitividad del Puerto de Valencia. Teniendo en cuenta que el puerto no es un fin en sí mismo, sino que es una herramienta al servicio del tejido económico de la región, esa merma está afectando directamente a la competitividad de nuestras empresas».
El presidente de la asociación de directivos y empresarios logísticos recuerda que el puerto de Valencia, con un tráfico anual de más 5 millones de TEUs, está llegando a un punto de saturación (que en el ámbito portuario se alcanza cuando llega al 80% de su capacidad). «Tenemos ante nosotros un inminente riesgo de desvío de tráficos a otros puertos vecinos que sean capaces de ofrecer servicios más competitivos», advierte.
«También nos preocupa especialmente que el inversor, ante una nueva paralización sine die del proyecto, decida replantearse la inversión y busque un nuevo destino para esos más de 1.000 millones de euros«, advierte.
Esta paralización de la última fase de la ampliación del norte frena, a su vez, el desarrollo de otras infraesctructuras que elevarán la productividad del puerto como es el caso de la Zal o el acceso norte, una obra «absolutamente necesaria para que el puerto no se colapse y para reducir las miles de emisiones de CO2 que actualmente genera el transporte por carretera realizando un recorrido adicional de más de 40 kilómetros para acceder al puerto».
Compromís quita importancia al Puerto
Mientras el peso de las posturas catalanas siguen siendo decisivas para la formación del proximo gobierno, Compromís, que es la parte valenciana de Sumar, no va a poner el asunto del puerto encima de la mesa. A preguntas de ECONOMÍA DIGITAL al respecto, Joan Ribó comparó el peso de la decisión sobre el Puerto de Valencia dentro de las negociaciones sobre el nuevo Gobierno en que es «como hablar de si el azul o el verde facilita el color de las mariposas». A reglón seguido dijo: «Hay tantas variables en las posibilidades de hacer Gobierno y tantas dificultades que yo creo que el tema del puerto, evidentemente, no creo que se decida antes de que se haya conformado un nuevo Gobierno».
Por si queda alguna duda sobre cómo Compromís tratará la ampliación del Puerto de Valencia, Ribó remató diciendo: «Que se decida (la ampliación del Puerto) necesita de un nuevo Gobierno pero no va a estar como tema fundamental de entrada en el Gobierno».
Tampoco parece que desde el PSOE valenciano se vaya a iniciar una cruzada por la ampliación en las próximas semanas. El que podría hacerlo sería Joan Calabuig, que atracó en el Puerto de Valencia hace ahora cuatro meses y, desde entonces, ha mostrado todo tipo de tibiezas sobre la ampliación de recinto del Grao pese a ser el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia.
Su puesto, aunque requiere de la aprobación del organismo estatal Puertos del Estado, es nombrado por el presidente de la Generalitat. Carlos Mazón tiene este nombramiento en tareas pendientes. La llegada del sustituto de Calabuig tendrá como principal asunto encima de la mesa lograr ejecutar la ampliación del puerto que ya acumula 11 años con el dique hecho pero sin actividad.