Ximo Puig se rodea de Diana Morant y Reyes Maroto para sacar pecho del turismo
El presidente de Generalitat Valenciana, Ximo Puig, apostó ayer por una potente recuperación del turismo como dinamizador económico de la Comunidad Valenciana. Pronosticó un 2023 «histórico» en el que se alcancen los 30 millones de turistas y 10.000 millones que desde el turismo internacional se aporte a la balanza comercial. Para ello se rodeó de la ministra de Industria, Reyes Maroto, y de la ministra de Ciencia, Diana Morant, mientras abogaba por el diálogo horas antes de que el Consejo de Estado confirmara el recorte al trasvase Tajo-Segura.
En el contexto del Día de la Comunidad Valenciana en Fitur, Ximo Puig centró el tiro en la actividad económica, ámbito en el que se empiezan a materializar los primeros frutos de la gigfactoría de Volkswagen en Sagunto. La recuperación del turismo, congelado durante los confinamientos del Covid y que se ha ayudado públicamente con los bonos viajes del Ejecutivo valenciano fomentando el turismo local en la Comunidad, tiene buenos augurios contrarios a las amenazas de paralización de la industria.
Además, las ministras que rodearon a Puig (Maroto es la que está más ligada a la automoción mientras Morant llegó al ministerio tras dejar la vara de mando de Gandía) escenificaron el apoyo del gobierno central. Incluso Maroto le echó un capote al presidente valenciano al asegurar que Ford aprovechará la segunda edición del Perte de la automoción. Economía Digital preguntó ayer a Ford por este aspecto y ofrecieron un rotundo silencio.
También recibió la Generalitat el premio nacional Q Calidad Turística 2023, que concede el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), organismo que ha querido distinguir a la Administración valenciana por su trabajo continuo en defensa de la calidad, la seguridad y la sostenibilidad y su ayuda a las empresas en la implantación y certificación de las marcas.
Dentro del ámbito turístico, también aprovechó Ximo Puig su paso por Fitur para apoyar a una de las empresas alicantinas de referencia, la naviera Baleària que siempre ha mantenido especial relación con las filas socialistas (el director de expansión es José Manuel Orengo, exalcalde socialista de Gandía que formó parte de la ejecutiva de Ignasi Pla).
Ximo Puig tildó a la compañía de “buque insignia del tejido industrial alicantino”, cuyas líneas de transporte “cosen el territorio”, y ha valorado la colaboración público-privada que existe con esta naviera que ofrece un “servicio público fundamental que no dejó de funcionar durante la pandemia, y que no ha perdido sus orígenes ni su identidad”.
El guiño alicantino se produjo horas antes de que se conociera el dictamen del Consejo de Estado que avalaba el recorte del trasvase del Tajo hacia el Segura. Sin conocerse el dictamen, la postura de Ximo Puig fue acorde a la que ha mantenido las últimas semanas sin alterarse tras varapalos ni protestas. «Pase lo que pase continuaremos trabajando y dialogando para encontrar soluciones», afirmó el presidente valenciano.
Reconoció carecer de información sobre el resultado («no tengo ninguna información al respecto») mientras garantizó ser respetuoso «con todos los estamentos de las instituciones y, por supuesto, también con el Consejo de Estado». Para rematar por la mañana sostuvo que el plan A y B de su ejecutivo «es siempre el diálogo y buscar una solución para un ‘agua para siempre'», es decir, pensando en el agua desalada más que en la trasvasada.
Horas después, conocido el resultado, fuentes del Consell apuntaron a EFE que desconocen el contenido concreto de lo decidido por el Consejo de Estado pero añadieron que el Ejecutivo valenciano usará «cualquier vía en defensa de los regantes de Alicante«, además de mantener «abiertas las vías de diálogo«.
Falta de respaldo desde Delegación de Gobierno y Organización del PSOE
Hace cinco días, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, consideró en una entrevista con la agencia EFE que el «enfrentamiento con el Gobierno de España no le puede funcionar» a ningún barón socialista. Sobre Ximo Puig, que quiere focalizarse en la actividad económica frente a las disputas políticas y escenificar que tiene respaldo de Consejo de Ministros (obviando aspectos como la financiación o el agua, entre otras), Santos Cerdán dijo: «Ximo Puig no está de acuerdo en algunas cosas, pero entiende que es el camino que hay que hacer«.
En la comitiva también estuvo Pilar Bernabé, actual delegada del gobierno, que viene del Ayuntamiento de Valencia y, previamente, fue asesora del grupo parlamentario socialista en Les Corts cuando Ximo Puig compaginaba la alcadía de Morella con la portavocía adjunta del PSPV en Les Corts. En sus últimas declaraciones sobre el trasvase dijo que «nadie va a cerrar el grifo» y que lo importante, según ella, son «las infraestructuras», en un discurso desalineado tanto con lo que reclaman los empresarios agrícolas de Alicante como con Ximo Puig.