Juan Roig (Mercadona) insta a los empresarios valencianos a «salir del armario»
El presidente de Mercadona, Juan Roig, ha instado a los empresarios valencianos a «salir del armario». Tras el ataque frontal de Podemos que se inició con Ione Belarra acusando a Juan Roig de «capitalismo despiadado», los empresarios valencianos iniciaron una respuesta que se centró en la puesta en valor del empresario. Hubo respaldos de todo tipo, incluso de José Ignacio Goirgolzarri, presidente de Caixabank, durante la presentación de resultados, pero ahora se ha dado el paso de crear un barómetro de valoración del empresario que cuente con la solvencia del Instituto Valenciano del Investigaciones Económicas (IVIE) y de la consultora GAD3.
El primer barómetro de valoración del empresario presentado ayer sentó las bases para alimentar con datos el relato empresarial sobre el que el presidente de Mercadona está especialmente implicado. Además de los datos, hubo un mensaje más: Hay que contarlo. En palabras de Juan Roig: «Hay que salir del armario». El mensaje lo comentó ayer Agnés Noguera, consejera delegada de Libertas 7, durante la presentación del barómetro. El deseo del presidente de Mercadona ya ha calado en diversos empresarios que ayer acudieron a la presentación del estudio sobre la valoración del empresario.
Al margen de los datos, el movimiento que impulsa Juan Roig de «salir del armario» tiene como parte de sus bases el marco mental que puso sobre la mesa Adela Cortina, filosofa de referencia de los empresarios valencianos y presidenta de la Fundación Etnor. Lo dijo en el auditorio Francisco Pons, ex presidente de la Fundación Etnor que faltó en 2018 y que sigue siendo un referente ético-empresarial en la Comunidad Valenciana. El auditorio está dentro de Marina de Empresas, centro del legado empresarial de Juan Roig.
Cortina contrapuso la figura del empresario a lo que, sin citarlo, se impulsó desde Podemos con su ataque falaz y constante a la figura del empresario con el relato del «capitalismo despiadado». «Una buena empresa es un bien público y los bienes hay que potenciarlos«, apuntó Cortina, que concluyó que «las buenas empresas son las que que generan buenas sociedades».
La filósafa apuntó que hay tres modelos de sociedad. Sin nombrar a los independentistas, explicó el modelo del conflicto «que es bueno para algunos y muy malo para la generalidad y para los más vulnerables». En contraposición de ello, instó a centrarse en «los lugares centrales donde hay acuerdos«. El segundo modelo es el de la indiferencia, sobre el que puntualizó que «no resuelve nada y disuelve una sociedad». El tercer modelo, que es que el defendió, es el de la cooperación, «un modelo de cooperación de una generación presente con las futuras. La cooperación es lo que salva a una sociedad». En resumen, «la sociedad que no coopera, no prospera«. «Hay empresas colaborando en crear riqueza que no existiría sin esas empresas», concluyó.
Y mandó un mensaje final: «Haz el bien y habla de ello. Si no se cuenta lo que se hace, no se sabe. Haz el bien y habla de ello con información veraz». El concepto de que la «comunicación es fundamental» entronca directamente con el mensaje que Juan Roig está mandando a los empresarios valencianos: «Hay que salir del armario».
Agnés Noguera, de Libertas 7, contó ayer esta idea del presidente de Mercadona dentro de una reflexión de que si los empresarios se limitaban únicamente a contar sus resultados económicos estaban alimentando también la idea de que el único interés sea el de los resultados. Y de ahí ese «salir del armario» para contar qué se hace, cómo y por qué. Noguera incidió en que durante la pandemia se puso en valor la capacidad de organización y de obtener resultados ante las adversidades que tienen los empresarios pero «se ha vuelvo a bajar el suflé y no por lo que hacemos sino porque no defendemos lo que estamos haciendo«.
Junto con Noguera, en el mesa redonda final de la presentación del barómetro de valoración del empresario, estuvo Manuel Pérez Sala, presidente del Círculo de Empresarios, que dijo que la principal autocrítica que tienen que hacer los empresarios es «no ser lo suficientemente defensores de lo que hacemos». Aseguró que «el relato ha perjudicado mucho a los empresarios» por lo que instó a «destruir el relato ajeno cuando es falso«.
Jaume Guardiola, del Cercle de Economía, fue el que aportó una autocrítica más distante en el tiempo, ya que se remontó a antes de la crisis de 2008. «El arranque de siglo tuvo un empresario advenedizo mezclado con corrupción y en esa borrachera el empresario perdió su imagen. Desde entonces hasta ahora ha habido una revolución positiva. Hay que tener en cuenta lo que pasó. El origen (de la mala imagen del empresario) estuvo en aquellas malas prácticas», concluyó.