Juan Roig (Mercadona) se defiende de los ataques del Gobierno y lo acusa de crear “enfrentamiento”
Juan Roig ha respondido a los ataques del Gobierno. La ministra de Asuntos Sociales, Ione Belarra, acusó al empresario de ser un «capitalista despiadado», por lo que el presidente de Mercadona se ha defendido este martes alegando que son los empresarios los que generan «riqueza y bienestar». «Si después, a los que les toca gestionarla lo saben hacer, hay riqueza para todos y si no, enfrentamiento», ha apostillado Roig.
Vicente Boluda, presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios, también ha salido en defensa de Roig. En el Forum Europa, rodeado de empresarios, ha dicho: «O todos los capitalistas somos despiadados o no somos ninguno pero no entiendo que si sube el precio de la gasolina haya que ir contra el presidente de Repsol». La respuesta llegó en el turno de preguntas, cuestionado por Economía Digital. En este sentido, ha puntualizado que «no hay ningún monopolio en España» y que «si no te conviene comprar en un sitio, puedes ir a otro».
Boluda carga contra los políticos abonados al «no»
Boluda ha cargado con los políticos centrados en el «no» mientras ha pedido aislarse de los «partiditos» centrados en enfrentar que están en ambos extremos del arco parlamentario. En linea con la propuesta de Feijóo de que gobierne el partido más votado, Boluda ha defendido el modelo francés y estadounidenses de elecciones mientras ha dicho que tanto el PP como el PSOE, cuando no están afectados por los «partiditios», a los que también ha llamado «partidos raritos», o que están centrados en «chorradas», son una buena opción como gobierno.
Durante un desayuno organizado por Forum Europa celebrado en Valencia (le propusieron a Boluda hablar en Madrid pero dijo que lo haría en Valencia y con Juan Roig de telonero), el naviero se ha centrado en poner «poner negro sobre blanco, sin ambages, que nuestra Comunidad y nuestro país no pueden permitirse el lujo de tener responsables políticos que reúnan alguna o todas de las siguientes condiciones, como que se instalen en la cultura del «no»».
Además, ha censurado a los partidos que tengan las siguientes características: que sean incapaces de alcanzar pactos; que gobiernen solo para una parte de los ciudadanos, “los suyos”; que no crean en la sociedad civil; que consideren que el empresario es el enemigo; que utilicen las lenguas como armas arrojadizas y herramientas de confrontación y división; o que hagan de su discurso un permanente engaño, sin que, además, faltar a la palabra dada o engañar, no tenga consecuencias.