El empresariado alicantino, harto con Ximo Puig por la guerra del agua: “Nos han humillado”
El empresariado de Alicante se ha cansado del perfil afable, pactista y conciliador de Ximo Puig. Las buenas palabras, el teléfono abierto y la comprensión se han convertido en inútiles cuando el agua no llega a la agricultura de Alicante. El presidente de la Generalitat ha logrado, y así se lo reconocen los empresarios, una alta comprensión de los grandes problemas de la Comunidad Valenciana. Otra cosa es Pedro Sánchez, cuyos actos son distintos a las palabras de Ximo Puig.
«Durante todo este proceso de negociación del agua, el presidente de la Generalitat siempre nos decía que íbamos a trabajar para arreglarlo. Nos dijo Ximo Puig que no entráramos en guerras del agua. No ha servido para nada. Nos han derrotado y nos han humillado«, asegura Ramón Espinosa, secretario técnico de Asaja Alicante.
«Nos dijo Ximo Puig que no entráramos en guerras del agua. No ha servido para nada. Nos han derrotado y nos han humillado»
Ramón Espinosa, secretario técnico de Asaja Alicante
El origen de esta cuestión está la guerra del agua, que en 2004 entró en ebullición al anular los socialistas el trasvase del Ebro hacia la cuenca mediterránea. La solución entonces fue el desarrollo de desalinizadoras, que ahora con el incremento de los costes energéticos está más en entredicho. Con estos precedentes, Ximo Puig acuñó el término «agua para siempre», que quita del foco los trasvases para garantizar una agua barata (vía subvención) y desalada. El objetivo político es imponerse al «agua para todos» que utilizó el PP.
El enfado que se ha desatado en Alicante viene por la promesa incumplida por Ximo Puig con respecto a esa «agua para siempre». El Consejo Nacional del Agua ha elevado el mínimo de caudal ecológico que debe tener el Tajo para que su excedente se trasvase al Segura, que es desde donde se riega parte de la huerta alicantina y murciana. Según censuran desde Asaja Alicante, el nivel marcado para 2027 es tan alto que supone la eliminación de dicho trasvase. Además, Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica, ha eliminado la subvención al agua desalinazada.
Los cálculos de Asaja son que el agua trasvasada tiene un coste de 0,15 euros por metro cúbico de agua, que se eleva a pie de campo hasta los 0,40 por el coste de transporte. El agua desalada tiene un coste de producción de un euro. «La desalinizadora de Torrevieja no tiene placas solares», recuerdan desde Asaja. El borrador con el trabajaba Teresa Ribera era que habría un subvención para que este coste se quedara en 0,45 euros.
Los agricultores trasladarán el 11 de enero a Madrid su protesta por el trasvase Tajo-Segura
Esta guerra del agua se había apaciguado pero las promesas incumplidas, como es esa subvención que ha desaparecido, empuja a los agricultores a la protesta. El 11 de enero se han citado en Madrid. No creen que la promesa de un agua constante y barata para el campo alicantino vaya a ser una realidad. Desde Asaja Alicante se reconoce la predisposición para reunirse y el conocimiento que, de primera mano, demuestra el presidente de la Generalitat pero aseguran que todo esto no ha servido de nada.
«Tiene más fuerza García-Page que Ximo Puig en Madrid. No tiene fuerza porque no es contundente, se ha puesto de perfil y ha mostrado mucha debilidad», sentencia Ramón Espinosa. La decepción con el resultado político de las gestiones de Puig es notable. «Pedro Sánchez ha ninguneado a Ximo Puig», apostillan desde Asaja, que identifican que García-Page sí que logra los objetivos que se marca.
El presidente de Castilla-La Mancha ya demostró hace cuatro meses, delante de Vicente Boluda y Juan Roig y los empresarios de la Asociación Valenciana de Empresarios que no tiene cintura respecto al trasvase. Descartó totalmente el Tajo-Segura, sobre el que dijo que «está completamente roto» asegurando que es tan ineficiente que pierde el 28% del agua que trasvasa por evaporación.
Reacción de Ximo Puig ante el mazazo del gobierno central
Ante esta situación, el gobierno valenciano ha adoptado un estilo más propio de la oposición a Pedro Sánchez que de un barón autonómico del mismo partido que está en Moncloa. «Ximo Puig presentará alegaciones ante el Consejo de Estado para defender el trasvase Tajo-Segura y exige al Gobierno central que mantenga el precio del agua desalada» es el título de una nota de prensa de presidencia de la Generalitat Valenciana.
El presidente de la Generalitat muestra su «rechazo frontal» a la decisión y pide audiencia con la presidenta del Consejo de Estado, Magdalena Valerio Cordero. Ximo Puig ha recordado la necesidad de «respetar los acuerdos alcanzados» y ha exigido que se mantenga en los mismos términos aquello que se pactó en su día y obtuvo el refrendo del Consejo Nacional del Agua. Asimismo, ha subrayado que, en caso de incumplimiento, la Generalitat “emprenderá todas las acciones que estén a su alcance para defender la continuidad del trasvase Tajo Segura y apoyar así las justas demandas de los regantes alicantinos”.
El presidente del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, se ha preguntado «para qué sirve Ximo Puig a los ciudadanos de la Comunitat», en referencia a los recortes del trasvase Tajo-Segura, y ha afirmado que «lo que está claro es que sí sirve a su hermano, al que da sospechosas subvenciones, y a sus amigos y socios de la presunta financiación irregular del PSPV».
“Con el tema del agua el engaño ya no tiene límites”, ha señalado Mazón. El también presidente de la diputación de Alicante ha indicado que Puig «nos quiere vender como un acuerdo lo que es un engaño y otro hachazo al trasvase» y ha señalado que «el ninguneo» a la Comunidad Valenciana «ya no tiene un pase».