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Los tres escenarios que contempla Feijóo tras el fracaso de su investidura
El PP sabe que debe aprovechar ahora el momentum de la protesta contra la amnistía de la manifestación en Madrid; porque la propia amnistía, si sale adelante, será amnistiada en el tiempo
La masiva manifestación del PP en Madrid en contra del proyecto de amnistía de Pedro Sánchez es, y no la sesión de investidura que comienza hoy, el gran proyecto político de Alberto Núñez Feijóo. Nadie cuenta en el partido con sacar más síes que noes en la votación que se celebrará en el Congreso de los Diputados, pero entre los populares apuntan que su intervención, programada para hoy a las 12h, debe servir para apuntalar el discurso político que realizará la oposición hasta la candidatura de Pedro Sánchez y, si esta triunfa, durante los próximos años de oposición.
Todos los pasos que da el Partido Popular están encaminados a reforzar su posición de cara a tres posibles escenarios, sucesivos en el tiempo: investidura fracasada de Sánchez y nuevas elecciones, moción de censura en 2024-2025, o llegar vivos a la inevitable crisis de apoyos del futuro Gobierno de coalición. Así lo apuntan fuentes del PP a ECONOMÍA DIGITAL, que señalan que «el experimento» del pasado domingo en Madrid ha servido para testar esta hoja de ruta, soportada sobre la idea de que el PP se mantiene vivo y que Feijóo sigue siendo el líder del partido.
Escenario uno: objetores de conciencia de Sánchez
Los tímidos llamamientos de Feijóo y dirigentes populares para que diputados del PSOE den la espalda a Sánchez no están pensados para que voten esta semana a favor del líder popular, sino crear el caldo de cultivo para que, hipotéticamente, se ausenten misteriosamente en la votación de una investidura del líder del PSOE dentro de unas semanas (cuando lo estime el Rey Felipe). Este ‘tamayazo‘ se justificaría, como intenta dibujar el PP, por motivos de conciencia: serían varios diputados del PSOE que no podrían votar una investidura que comporta la amnistía generalizada a todos los delincuentes y presuntos delincuentes del Procés, Carles Puigdemont incluido.
A pesar de ser la opción menos probable, en Génova van a trabajar para que el clima de opinión respecto al proyecto de investidura sea tan intenso que pueda llegar a afectar verdaderamente a algunos de los diputados del PSOE. Es por eso que caben esperar más movilizaciones durante las próximas semanas en distintas localidades españolas, organizadas por el PP. El objetivo es ejercer presión sobre comunidades locales, como los feudos de Emiliano García-Page en Castilla-La Mancha. Naturalmente, puede que la estrategia no funcione y que la indignación contra la amnistía se deshinche. Pero, hoy por hoy, este es el camino a seguir.
Escenario dos: esperando al PNV
Si todo resulta como es previsible y Sánchez logra la investidura en las próximas semanas, automáticamente el calendario del Núñez Feijóo y el PP pasa a su siguiente fecha en rojo: mayo de 2024. Probablemente es cuando se celebrarán las elecciones autonómicas en el País Vasco. Pedro Sánchez tiene dos socios muy importantes que compiten ahí por el Gobierno regional, la lehendakaritza: PNV y Bildu. Los socialistas vascos tendrán previsiblemente la llave de Gobierno.
En el Partido Popular están convencidos que existe un acuerdo secreto entre PSOE y Bildu para hacer a Arnaldo Otegi lehendakari. Si el PNV descubriera este acuerdo, y se pusiera en práctica incluso aunque los nacionalistas de Sabino Arana ganaran los comicios, sería el detonante de un cambio de fuerzas. El PNV perdería el poder y, tras un tiempo en shock, estarían abiertos a apoyar una moción de censura de Núñez Feijóo contra Pedro Sánchez. Sería la única herramienta que les quedaría en la mesa para torpedear la hegemonía política PSOE-Bildu. Sería también justicia poética para Sánchez, que llegaría y se iría de la Moncloa con las dos únicas mociones de censura con éxito de la historia democrática española. ¿Cómo conseguir que le PNV apoyara una moción defendida sobre la unidad de España? De la misma forma que la moción contra Mariano Rajoy nunca tuvo que ver con la corrupción.
Escenario 3: nuevo ciclo político y ruptura del Gobierno
El tercer escenario es utilizar esta legislatura para la consolidación del poder territorial del PP, con nuevos barones como Carlos Mazón (Comunidad Valenciana), Marga Prohens (Islas Baleares) o Jorge Azcón (Aragón) que quieren tener voz también en una mesa donde se han sentado principalmente Isabel Díaz Ayuso (Madrid) y Juanma Moreno (Andalucía). Como adelantó ECONOMÍA DIGITAL, se tratará de una legislatura fundamentalmente centrada en lo territorial (condonación de deuda, modelo de financiación, cesión competencial, posible referéndum de autodeterminación). Es ahí donde el resto de CCAA tendrán algo que decir.
Si la legislatura es corta, como es previsible, es porque alguno de los socios parlamentarios de PSOE-Sumar consideran que estar al lado de Sánchez deja de ser un rédito electoral. Las elecciones en Cataluña, en el difícil caso de que no se adelantaran tras la investidura, serían en 2025. A partir de ahí, son dos años de legislatura nacional difíciles de mantener pese al interés de las partes. Para ello, quedan muchas incógnitas complicadas de aclarar.
Sánchez necesita unos Presupuestos para llegar a 2025. El acuerdo de investidura actual, previsiblemente permitirá unas nuevas cuentas para el ejercicio 2024. Como serían tardíos, en 2025 se podrían prorrogar. Eso conllevaría la urgencia de un adelanto no antes del último trimestre de 2025. Todo, con permiso de la evolución de los tipos de interés, la inflación y la crisis económica.
En este tiempo el PP, sabe que debe articular su oposición de Gobierno, dura y conflictiva, en torno al proyecto de amnistía y privilegio territorial que articula Sánchez. Es una bala que dura solo esta legislatura, puesto que, en caso de salir adelante, la propia amnistía será amnistiada en el tiempo. Pero es el locus donde se han encontrado las distintas corrientes del PP y lo que ha logrado el éxito de la manifestación del pasado domingo, que es considerado un éxito por parte de las distintas corrientes del PP. La única incógnita al respecto es: ¿qué hará Pedro Sánchez? Sin duda el presidente del Gobierno parece gobernar también los tiempos y los ánimos, y es algo que Génova no ha aprendido a leer todavía.